La obra teatral ‘El alcalde de Zalamea’ es un drama de honra, un enfrentamiento entre un labriego y un noble ideado por el autor de ‘La vida es sueño’.
Un buen día en tiempo del reinado de Felipe II, un grupo de soldados que se dirigían hacia Lisboa bajo el control del capitán Álvaro y del sargento de la compañía, llegaron al pueblo de Zalamea donde tenían previsto alojarse algún tiempo corto para proseguir su camino. En la casa de Pedro Crespo le tocó hospedarse al capitán don Álvaro donde fue acogido con gran amabilidad.
A este capitán le contaron que Pedro Crespo había escondido a su hija Isabel en un lugar para que los soldados no la pudieran ver, así que el capitán empieza a pensar una trampa para poder verla. Concluida la trampa, una tarde delante de la casa de Pedro Crespo, Rebolledo, que es un soldado, y el capitán discuten disimulando y como resultado el capitán sale tras Rebolledo para matarle y éste corre hacia el lugar donde se encuentra Isabel escondida con su prima Inés. Ellas abrieron la puerta rápidamente para socorrer a Rebolledo que llegaba dando voces, y entonces también entró en el lugar el capitán y pudo ver a Isabel e incluso se enamoró de ella. Con motivo de este gran escándalo llegó al lugar don Lope, un jefe superior al capitán y expulsa a éste de la casa y se queda el mismo alojado allí.
Después de este jaleo, el capitán sigue impaciente y decide preparar una fiesta con los soldados delante de la casa de Isabel para que ésta se asome y poder hablar con ella, pero al ver todo el alboroto salen Pedro Crespo y Don Lope con sus armas y hacen marchar corriendo a todos. Y además don Lope ordena que al día siguiente los soldados se marchen del pueblo y así lo hacen con la compañía del sargento. El capitán todavía decide volver desde la cumbre del monte con unos pocos soldados.
Una vez allí, el capitán raptó a Isabel mientras los soldados retenían a Pedro Crespo, el cual es atado en el monte para que no pueda ir a defender a su hija. Cuando Juan, el hermano de Isabel, quien se había marchado momentos antes con Don Lope hacia Lisboa como soldado, oyó los gritos de Isabel volvió a socorrerla, hiriendo al capitán y huyendo de los soldados. Isabel también huyó y rescató a su padre.
Al día siguiente Pedro Crespo fue nombrado alcalde del pueblo y por ello recibió la vara de la justicia y éste administró justicia en primer lugar con el capitán que había vuelto a curarse a la aldea. El capitán no quiso casarse con Isabel, así que fue quemado por Pedro Crespo. Algún día después de lo acontecido, llegó al lugar don Lope a buscar a su capitán, pero ya era demasiado tarde, aunque si no es por el rey Felipe II que también llegó allí y puso orden, la cárcel del pueblo habría sido derribada por todo el ejército que don Lope había mandado volver al pueblo, y de este modo todos se fueron por su camino, unos con honra y otros sin ella.