McMurphy cumple una larga condena en prisión y se las ingenia para ser trasladado a un psiquiátrico. Una vez allí decide declarar la guerra a la enfermera Ratched. Tras una explosión de cólera le aplican un tratamiento de electroshock, pero para entonces ya se ha ganado a los internos…
RESUMEN
La película comienza con la llegada de McMurphy al psiquiátrico. En primer lugar se entrevista con el director Spivey, que revisa sus datos: ha sido arrestado cinco veces por intento de violación, normalmente tiene actitud agresiva… Pero el motivo por el que le han llevado de la cárcel al psiquiátrico es porque creen que finge para no trabajar. Sin embargo, McMurphy afirma que todo funciona bien en su cabeza.
En su primer encuentro con los locos comentan el problema del señor Harding, que afirmaba que su mujer le engañaba y le gustaba provocar, pero no tenía motivos. Al poco rato Taber comienza a discutir con él y acaban insultándose, lo que a McMurphy le parece divertido.
En el recreo salen a la calle, donde McMurphy intenta enseñar a jugar al Jefe, pero éste no puede entenderle puesto que es sordomudo.
Después se pone a jugar con ellos a las cartas, pero su descontrol acaba desesperándole y acaba marchándose disgustado. Además no consigue entenderse con ellos dado el volumen de la música, por lo que entra en el cuarto de las enfermeras para bajarlo. La enfermera Pilbow le echa y Ratched le promete hablar con él siempre y cuando salga. Cuando McMurphy le expone el problema Ratched insiste en que la música no se puede bajar ya que es para todos, y muchos son mayores y no la oirían si estuviera más baja.
McMurphy va a retirarse, pero entonces la enfermera Pilbow le dice que tiene que tomarse la medicación. Al principio se niega, pero con una amenaza de Ratched acaba cediendo.
Al volver a la mesa donde jugaban a las cartas, Harding pregunta por qué ha cedido. Entonces McMurphy abre la boca y ven que no ha tragado la pastilla. Riéndose, se la escupe a Harding a la cara.
En la siguiente sesión McMurphy pide que pongan en la tele los campeonatos mundiales de béisbol, pero Ratched se niega porque afirma que el horario está cuidadosamente estudiado y cambiarlo podría ser perjudicial. Como Mac insiste, Ratched propone una votación. Con la mayoría podrían ver los partidos, pero sólo salen tres votos.
Aburrido, en los baños, Mac ve como Harding y Taber vuelven a discutir, por lo que acaba cogiendo un grifo y mojando a todos los presentes. Después les provoca para que apuesten; está convencido de poder mover el fregadero y echarlo por la ventana, pudiendo escapar. Empiezan a apostar en su contra y al final Mac pierde. Sin embargo, al irse molesto masculla «Al menos lo he intentado».
En la siguiente sesión, en este caso sobre Billy, intentando llegar al fondo de su primer intento de suicidio, Cheswick propone de nuevo ver el partido de béisbol. En la nueva votación alcanzan los 9 votos, pero eso es justo la mitad porque Ratched incluye a los demás pacientes, incluso a los crónicos. Mac consigue que el Jefe levante el brazo, pero Ratched ya ha levantado la sesión y se niega a contar su voto.
Molesto, Mac se sienta en frente de la televisión. De repente empieza a hacer como que retransmite un partido y la mayoría de los hombres de la planta se unen a su falso partido, vitoreando y gritando. Ratched les obliga a parar, enfadada.
Mac de nuevo tiene una reunión con el director Spivey, en la que aprovecha para criticar a la enfermera Ratched. Spivey opina que Mac no está loco, que solamente fingía para no trabajar, tal y como sospechaban en la cárcel.
En el patio Mac consigue llevar al Jefe hasta la valla, y subiéndose sobre él logra escapar. Se esconde en el autobús de los enfermos, y cuando suben, antes de que suban los responsables, se pone al volante y se los lleva de «excursión». Pasan por unas casas en las que Mac recoge a una chica, Candy.
Acuden a un muelle donde, haciéndose pasar por médicos, cogen un barco de alquiler (aunque no lo alquilan realmente) para ir de pesca. En alta mar Mac pone a Cheswick al timón y enseña a los demás a pescar. Una vez que están todos entretenidos se marcha con Candy al camarote.
Al momento todos acuden a fisgar y, al girarse, Cheswick es incapaz de ver a nadie pescando, por lo que sale corriendo a buscarles. Al dejar el timón, el barco se desequilibra y Mac sale corriendo intentando recuperar el control, pero de repente empiezan a picar los peces… El barco está a punto de volcar, pero al final queda navegando en círculos.
A la vuelta el personal del psiquiátrico tiene otra reunión sobre Mac, esta vez sin estar él presente. Algunos piensan que es enfermo y otros que no, pero todos coinciden en que es peligroso. Ratched rechaza que lo manden de nuevo a la cárcel, pues eso sería pasar su problema a otros, nada más. Afirma que puede ayudarle.
En el psiquiátrico de nuevo Mac y algunos enfermos se enfrentan a los enfermeros en un partido de baloncesto. Al principio parece que van a perder, pero luego Jefe se anima y mete todas las canastas e impiden que entren las contrarias gracias a su altura.
En el baño el enfermero Washington se burla de Mac, afirmando que no podrá irse hasta que ellos no lo digan. Mac, dudoso, se lo pregunta a Ratched y entonces descubre que muchos de los enfermos allí como Cheswick, Harding, Martini, Scanlon, Billy… son voluntarios y en realidad no tienen por qué estar allí, pueden marcharse cuando quieran. De repente Cheswick reclama unos cigarrillos que han sido confiscados ya que Mac los ganaba siempre en las apuestas. Cheswick se altera y acaban peleándose por un cigarrillo que le han robado a Harding, que acaba cayendo en los pantalones de Taber y quemándole. Se inicia una pelea y Washington aprovecha para ensañarse con Mac.
Llegan más enfermeros y se llevan a Cheswick, Mac y Jefe, que había salido en defensa de Mac, a otra planta. Allí se llevan primero a Cheswick, para calmarle. Entonces Mac le ofrece un chicle al Jefe que al aceptarlo dice «Gracias». Sorprendido, Mac se da cuenta de que Jefe engaña a todos haciéndoles creer que es sordomudo. Optimista, le promete que se escaparán e irán a Canadá, tal y como pide Jefe. Entonces llega una enfermera y se lleva a Mac a una pequeña sala donde le dan una descarga eléctrica.
Al volver a la planta todos le miran sorprendidos, ya que llega en estado K.O., casi como un zombi. De repente se echa a reír y todos parecen más aliviados. Aquella noche Mac convence al guardia de turno, Turkle, para que permita que entren Candy y una amiga a la planta. Al final por dinero, alcohol, y sexo con la amiga de Candy, Turkle acepta. Sin embargo, al darse cuenta del caos se enfurece, pero acaba borracho y no puede evitar que monten una fiesta.
Cuando van a despedirse Billy se aparta apenado, diciendo que echará de menos a Mac. Él le ofrece que se escape con ellos, pero se niega. Entonces le pregunta por Candy y Mac se da cuenta de que le gusta, por lo que la convence para que haga el amor con él. Mientras esperan, a causa de los efectos del alcohol todos caen dormidos y a la mañana siguiente les descubren los enfermeros y Ratched. Al principio piensan que Billy se ha escapado, pero al final le encuentran en una habitación con Candy. Al salir Ratched amenaza a Billy, que acaba culpando a Mac de todo. Así todo ella insiste en que se lo contará todo a su madre, y Billy se altera mucho, por lo que Washington debe llevárselo.
Mac aprovecha la distracción para abrir la ventana y escaparse, pero otro enfermo, Warren, le descubre e intenta detenerle. Para evitarlo, Mac le da un puñetazo. Se inicia una nueva pelea y Washington tiene que volver a la sala, dejando solo a Billy. Cuando al parecer han conseguido calmarse, la enfermera Pilbow grita y todos acuden asustados: Billy se ha suicidado. Ratched intenta calmarles pero Mac, furioso, intenta ahogarla.
La siguiente escena muestra una sala de ambiente diferente. Harding, Cheswick, Martini y alguno más jugando a las cartas en condiciones y pacíficamente. Ratched lleva collarín, pero sonríe satisfecha: el control está en sus manos otra vez. Entonces Sefelt, otro enfermo, afirma que Mac se ha escapado, pero Harding insiste en que le tienen arriba. La discusión no llega a ningún punto final.
Esa noche dos enfermeros devuelven a Mac a su cama. Cuando Jefe se acerca a él, con la intención de escaparse, se da cuenta de lo que le han hecho: le han aturdido del todo para que no dé más problemas. Angustiado, afirmando que no puede dejarle así, Jefe agarra una almohada y ahoga a Mac. Después, en su honor, levanta el famoso grifo, lo lanza por la ventana y escapa.
RELACIÓN CON LA PSICOLOGÍA
La relación de la película con la psicología es el estado de los psiquiátricos hace algún tiempo. De hecho, esa situación es la que critica la película: los enfermeros pueden tratar mal e insultar a los enfermos, les dan corrientes eléctricas… incluso les aturden por completo, como en el caso de Mac, para que dejen de causar problemas.
Está claro que uno de los mensajes de esta película es «a veces el remedio es peor que la enfermedad». A causa del trato equivocado muchos acababan peor de lo que ya estaban.
Además está el hecho de que mezclaban las enfermedades. Algunos eran simplemente ancianos, Jefe era sordomudo, Mac sólo fingía estar loco…
Hoy en día los psiquiátricos son muy diferentes: no hay ancianos ni sordomudos, ya que ése no es su lugar. No fuerzan a hablar de sus problemas en grupo, como hacía Ratched, sino en sesiones individuales. No se les maltrata, al contrario, los enfermeros intentan mostrarse amables para calmarles e inspirar confianza.
COMENTARIO
La película me ha gustado mucho en general. El tema es realmente interesante y parece muy bien reflejado en la película. Me parece escalofriante el resultado de la mala terapia de aquel entonces, o que fuesen capaces de darles corrientes eléctricas como castigo o incluso, para que no estorbasen, aturdirles del todo.
McMurphy es un personaje alegre, que destaca y desentona y parece en todo momento fuera de lugar. Al final, aunque es el tipo de persona que si te encontrases frente a frente te desquiciaría o no querrías tratar con él, en la película acabas admirándole y esperando que se salga con la suya.
Por otro lado, Ratched es espeluznante. Su carácter altivo y algo arrogante, a veces fría y luchando por manejar el control, hace que llegue a ser odiada. El personaje de Jefe queda algo incompleto. Aparentemente es sólo sordomudo, pero luego resulta que no lo es. Al final, cuando ahoga a Mac, te planteas si está enfermo o si simplemente lo hace por compasión, porque realmente no puede verle así.
El final me parece inesperado, aunque después de reflexionarlo, apropiado para la historia. Mac no podía acabar el resto de su vida malviviendo en aquel psiquiátrico, en ese estado.
En resumen, la película me ha encantado, me parece que está muy bien hecha y los diálogos muy trabajados, sobre todo en la versión original.