Hablamos de Emilio Botín. Dicen que detrás de una gran fortuna se esconde un crimen. En este caso no hay crimen que valga, no hay trampa ni cartón, sólo trabajo y sobre todo ingenio.
Emilio Botín nació el año 1934 en Santander. Su bisabuelo fue uno de los nueve fundadores del Banco Santander y su abuelo llevó las riendas de la entidad, al igual que su padre.
Padre de seis hijos, le podría ser bien atribuido el calificativo de tiburón de la banca, pues su brillante y siempre sorprendente dirección frente al SCH le ha situado como el presidente de la entidad financiera más importante de España y la octava en todo el mundo.
Este estatus no es fruto de la casualidad ni muchísimo menos, 47 años de dedicación le avalan. Comenzó en la entidad financiera con 24 años, a los 30 fue nombrado director general para alcanzar finalmente la presidencia a los 52 años. Lleva pues 19 años presidiendo el SCH, 19 años en los que ha convertido a un gran banco como era el Banco Santander en el actual Santander Central Hispano, desde el lanzamiento de una cuenta de ahorros con un interés inédito hasta entonces, la acertadísima fusión-adquisición con el Banco Central Hispano, la compra de Banesto y un largo etcétera de gestiones que parecían descabelladas, pero que han resultado ser la llave hacia el éxito en el sector financiero.
Sus últimas fechorías en la gestión del SCH han sido la compra de la entidad financiera inglesa Abbey y las ventas de Amena y Unión Fenosa a la francesa France Télécom y a la constructora ACS respectivamente.
Por un lado, la compra de Abbey national le reportará al SCH unos 18 millones de clientes más, que le permitirán llegar a tener unos beneficios totales de unos 3000 millones de euros en este año 2005. Esta operación le costaría a SCH alrededor de 13500 millones de euros. ¿Es poco? ¿mucho? Sólo cuatro años antes el también banco inglés Lloyds intenta comprar Abbey, sólo que en esta ocasión ofrece 27000 millones de euros. Parece pues que es poco.
No sólo en la compra, Botín también gana vendiendo. Son ejemplos de ello las ventas de Amena y Unión Fenosa en 2005.
La primera de ellas es una muestra de estrategia pura y dura, que levantó en su momento algunas ampollas entre algunas entidades, que se han sentido utilizadas por Botín, al que acusan de mostrarles un pastel que ya estaba vendido. Estas entidades dicen haber sido utilizadas como cebo para pujantes, como es el caso de la Francesa France Télécom que, finalmente pagó 10.600 millones de euros por la española Amena. Consiguió 2500 millones de euros en plusvalías.
En el segundo caso, Botín vendió el 22% de la eléctrica Unión Fenosa a ACS, liderada por el presidente del R.Madrid Florentino Pérez. En esta ocasión sacó 33 euros por acción, dejando plantado al grupo de Amancio Ortega. En esta ocasión consiguió unas plusvalías realmente importantes.
Sin duda Botín se nos presenta como un ídolo para algunos, pero también tiene sus detractores. Se le ha visto inmerso en distintos procesos legales, uno en referencia con la fusión-adquisición de Banesto, y otro referido a ciertos pagos en las prejubilaciones de algunos dirigentes del Banco Central Hispano.
Pese a ello, no se consigue borrar en absoluto la imagen de Botín: un hombre incansable, trabajador nato y sobre todo ambicioso.