En el año de los aniversarios, la figura del poeta cántabro Casimiro del Collado pasa a un segundo plano.
En este año de aniversarios (Lorca, Manuel Llano, el 98…) parece que se ha olvidado la figura de un poeta cántabro del que, también este año, se recuerda el centenario de su fallecimiento. Se trata de Casimiro del Collado.
Nace Casimiro del Collado en la calle de Ruamayor, número 19 de Santander, el día 4 de Marzo de 1821. En Santander hace sus primeros estudios, para pasar a Liendo, de donde era originario, a estudiar latín con el presbítero Claudio de la Piedra.
Pasó después al Colegio de los Escolapios de Villacarriedo, lugar de cita de los hijos de la burguesía cántabra donde desde el año 1833 al 1835 estudia filosofía, completando posteriormente sus estudios en Burgos.
A finales del año 1838, con poco más de 16 años, llega a México con un bagaje cultural poco frecuente y con la ambición de un joven emprendedor.
Contando solamente 21 años de edad, junta a José María Lafragua fundará el año 1841 «El Apuntador», periódico de literatura y crítica teatral, en el que van a aparecer sus primeras poesías. Estas primeras publicaciones aparecerán también en «El Liceo Mexicano».
El Ateneo de México, el día 9 de Agosto de 1841, le nombra socio en la sección de Literatura y Redacción, leyendo en la sesión inaugural su poesía «América».
La variedad de asuntos y la flexibilidad de ingenio son las dotes resaltables en la poesía de Casimiro del Collado; son famosas sus «Odas a España» y a México; se ve aflorar la sátira juvenalesca en «Adiós a España», modelo de sátira política.
Dos meses antes de morir, a petición de una dama distinguida para que contribuyese a un álbum que iba a publicar con fines benéficos, escribe un precioso soneto, profundo por su pensamiento y revelador de la fe acendrada del poeta, que no desespera a sentirse vencido por la muerte, sino que muestra su sereno y tranquilo espíritu iluminado por cristianas esencias.
Perteneció a la «Real Academia de la Lengua Mexicana», que fundara el año 1875 con otros escritores. Fue presidente de la Sociedad Española de Beneficencia los años 1870-1871 y participó en la importante Junta del desagüe hasta su muerte.
Casimiro del Collado muere en la cuidad de México en la calle de la Independencia el día 28 de Marzo de 1898, siendo enterrado en el Panteón Español.
Algunos versos de Don Casimiro:
«El padre austero, que al sumiso grupo
de familia, ejemplo fue admirable:
acá la santa madre, que hacer supo
el deber fácil, la virtud amable.
De los rudos patriarcas de la aldea
la abuela, con los nietos consentidos,
en las noches de invierno se rodea.»
«¡Qué necio quien se aleja, y sacrifica
en extranjero altar a la fortuna!
¡Cuán sabio quien su túmulo fabrica
al pie del árbol que asombró su cuna!»