Las coníferas, así llamadas porque producen sus semillas en conos o piñas, son los árboles más altos, antiguos y corpulentos del mundo. Las cerca de 250.000 hectáreas de superficie forestal de Cantabria están ocupadas mayoritariamente por esta especie que se extiende a lo largo de 91.686 hectáreas y que ha ido sustituyendo a las especies autóctonas.
En su mayoría, las coníferas se distinguen fácilmente por sus hojas largas y en forma de aguja. Casi todas las coníferas son árboles o arbustos perennes. Sin embargo, este término no significa que las hojas no mueran nunca. Lo que ocurre es que cada hoja vive de 3 a 4 años y mudan continuamente, por lo que la conífera siempre posee un gran número de hojas vivas.
Entre las coníferas figuran los pinos, las secuoyas, los abetos, los cedros, los cipreses, las piceas y los alerces. Casi todos crecen en el hemisferio norte y hay una ancha franja de coníferas que circundan el mundo y llega justo hasta el círculo ártico.
Las coníferas más conocidas son probablemente los pinos. Poseen conos masculinos y femeninos, y estos últimos, más voluminosos, son colgantes. Hay pinos que se plantan para aprovechar su madera, que es blanda y se utiliza en la fabricación de papel y de muebles, así como para postes de telégrafo y vallas. Entre los árboles madereros más importantes se cuentan el pino silvestre y el pino albar, grupo en el que figuran algunos de los árboles vivientes más antiguos del mundo. El pino americano es un árbol bajo, de montaña, cuya silueta es usualmente retorcida. Algunos ejemplares se consideran de una antigüedad superior a los 4.500 años.
Las secuoyas son los árboles más grandes del mundo. La secuoya costera, que se encuentra en California, alcanza a veces una altura superior a los 75 metros. Uno de estos ejemplares es el árbol más alto del mundo, con 111,6 metros.
La secuoya gigante, llamada también Wellingtonia, es el árbol más corpulento del mundo. Su mayor ejemplar, denominado General Sherman, tiene más de 83 metros de altura y el perímetro de la base de su tronco rebasa los 24 metros. Las secuoyas son también muy antiguas. Entre las del litoral hay algunas que cuentan más de 1.800 años y los científicos consideran que las de tipo gigante pueden vivir más de 6.000 años, edad muy superior a la del pino americano.
Los abetos son también árboles muy altos y algunas especies son valiosas por su madera. En el hemisferio norte hay 35 especies provistas de conos muy recios y que crecen en posición vertical.
El pino de Oregón es muy valioso por su madera. Se dice, aunque no está demostrado, que el árbol más alto que jamás haya existido fue uno de esos pinos, derribado en 1895. Se calcula que medía 127 metros de altura. Entre los de esta especie, el más alto se encuentra hoy en el parque del lago Quinault, en Washington, y tiene una altura de 94 metros.
Sólo hay cuatro especies de cedro y la más conocida es el cedro del Líbano. Alcanza una altura de unos 45 metros y tiene unos conos largos y verticales. Su excelente madera se emplea para fabricar cajas de cigarros y yates.