Yasuhiro Sakamoto García, nuestro compañero, se proclamó el 21 de mayo de 2001 campeón de Europa de artes marciales en distintas modalidades como kick boxing y saholin kung fu. Antes de esto ya había ganado otros títulos, entre ellos el campeonato de España en 2000. Este año se presentará en mayo al Campeonato del Mundo en la localidad italiana de Perugia.
Pregunta.- ¿Cómo surgió tu vocación por las artes marciales?
Respuesta.- Comencé a los ocho años con el kárate, pero no me llenaba ni se adaptaba a mi estilo de vida. Entonces empecé a practicar el Kung Fu Saholin al estilo Fa Men Chuan, el cual me enseñó de todo un poco con respecto a la práctica de las artes marciales: la filosofía de la vida, la alimentación y un conjunto de prácticas sobre el «chi kung» (trabajo de la energía con la respiración abdominal en un sitio tranquilo y puro).
Más tarde, a los 12 años, fui mejorando mi técnica con mi actual maestro, Iván Perujo, tricampeón mundial. Mi maestro ha sido un padre y un guía para mí, una relación que se denomina Si fu. Con él fui primero a los campeonatos de España, celebrados en Zaragoza (año 2000), donde gané el título. En el 2001 participé en el campeonato de Europa, celebrado en Bilbao, en el sistema open, en el cual quedé campeón en la modalidad combate o kumite con la federación española de artes marciales y SUSKA. Iván Perujo ha completado mi formación, pero aún me falta por aprender muchísimo en la vida y en el Kung Fu, ya que esto significa «trabajo duro» y aprendes de todo: Kick Boxing, Vale-Tudo, Lucha Extrema, defensa personal, todas ellas variaciones del Kung Fu.
P.- ¿Qué sentiste al ganar los títulos?
R.- Sentí mucha ilusión, alegría, orgullo y satisfacción por lo que había conseguido, pero no lo había asimilado; en ese momento no te das cuenta de nada. Cuando estás peleando y cuando estás allí eres como una especie de Terminator que sólo obedece órdenes de su maestro y que no para hasta conseguir tu misión hasta el final. Cuando supe que había ganado me entraron ganas de llorar por todo el tiempo dedicado a este arte, por mi familia, por mi maestro, por la gente de mi alrededor, a mis verdaderos amigos y por mi honor.
P.- ¿Qué se te pasa por la cabeza cuando estás en una pelea?
R.- Que yo soy un campeón, voy a ganar. En una pelea de competición tienes reglas como, por ejemplo, no dar a las partes bajas, a los ojos, giros por detrás de la cabeza, etc. En esto tienes ventaja porque sabes que hay reglas, que el combate puede ser técnico, al KO o marcando por puntos, esto depende de los árbitros ya sea por tu calidad o por el instinto de supervivencia.
En la calle es más duro; no sabes a lo que te enfrentas, si puede ser un combate con 2 ó 3 personas, armadas o no, tienes que usar la defensa personal y en realidad esto se parece al Vale-Tudo y a la lucha extrema porque aquí no vale nada y sería la ley del más fuerte, aunque eso se puede cambiar siendo el técnico y ser perseverante en las situaciones más extremas, en la calle. Esto se puede lograr con la meditación y la relajación encontrando tu «yo» y preguntándote sinceramente cuáles son tus limitaciones y llegando a tus metas personales y profesionales.
P.- ¿Cómo te sientes al perder?
R.- En realidad no siento nada, yo soy una persona humilde y que tengo una amistad grande con mis amigos y mi maestro y una lealtad indiscutible con el Shaolin Kung Fu, y esto es lo que me lleva a las competiciones, es simplemente «demostrarte a ti mismo lo que puedes llegar a ser y ser capaz». El Kung Fu no es un deporte de competición sino una filosofía de vida para vivir en ella en paz y armonía alrededor de tus seres queridos. Mi maestro siempre me dice «no seas de esas personas de barrio que se hacen y deshacen, porque puedes estar arriba y ser el mejor, pero si no has sido humilde con la gente y contigo mismo no habrás hecho nada y cuando estás en una mala situación no te ayudará nadie, no tendrás apoyo porque no has ido por el camino de la vida humildemente». Lo que hay que hacer es ir progresando poquito a poquito subiendo un escalón y no bajando ni subiendo como las montañas. Siempre hay algo que mejorar.
P.- ¿Dejarías todo por las artes marciales?
R.- Bueno… eso depende, ahora mismo no puedo dejarlo porque apenas tengo 15 años y estoy en una etapa de estudiar que lo que tengo que hacer es sacarme el título de la ESO y luego ya veremos, porque lo principal es hacer eso para conseguir un trabajo estable con un sueldo fijo. De aquí a más adelante falta mucho para pensar en dedicarme de lleno a esto, pero creo que cuando logre el título de la ESO si me dedicaré a ello, ya que es lo que me gusta y me gustaría compartir con toda la gente. En el mundo de las artes marciales te abre muchas puerta, para ser vigilante, policía, escolta, instructor, profesor de Educación. Física, etc. Pero para ello hay que tener lo principal y lo primordial, que es la ESO, ya que sin esto no vas a ninguna parte.
P.- ¿Puedes ser amigo de tu oponente?
R.- Pues claro que si, no tiene por qué ser un desafío, simplemente es un combate que demuestra tus cualidades y virtudes en una «batalla» en la que se demuestra todo tu trabajo y sacrificio de muchos años. Puede ser un combate «infernal» pero no tienes nada en contra de tu oponente, sino que en un combate tu idea es ganar hasta la muerte por motivos psíquicos o emocionales y que salen a luchar y triunfar. Yo he ido a muchas competiciones y yendo a estas he hecho muchos amigos compitiendo y demostrando cualidades, y compartiendo y ayudando a tu mundo siendo humilde de dentro hacia fuera del corazón y no lo contrario, siendo tú mismo una persona normal, no eres un «dios», sino una persona con cualidades que hay que pulir como un diamante en bruto. Luego están esas peleas que piensas que vas a ganar y que eres el mejor, pero en realidad te vencen por el «factor sorpresa» que influye por motivos de intimidación, emoción, cansancio, miedo, etc. Pero son cosas que hay que aprender a conocerlas y evadirlas en frente e estas situaciones, ya que al perder un combate para algunos puede ser algo personal.