Juan Carlos Arce, autor de ‘Melibea no quiere ser mujer’ entre otras obras, nos visitó transmitiéndonos su visión del arte literario en una magnífica y amena exposición.
Experto en Derecho Comunitario, antiguo letrado del Tribunal Supremo y secretario general de las Agregadurías Laborales en diversas embajadas, como las de Londres y Berna, actualmente es letrado del Consejo General del Poder Judicial.
Busca siempre un espacio para escribir hermosas obras dejándose influenciar por los clásicos. Se autodefine como un escritor de vanguardia, especialmente en el teatro, porque literariamente «estamos en una época de cambio». En sus historias mezcla personajes de ficción con personajes reales dando protagonismo a la gente cotidiana, «la historia la hace la gente de la calle».
Nos convenció de que un libro no sólo es un objeto cuadrangular, sino un objeto que nos permite viajar en el tiempo y conocer a personas que han vivido en otras épocas. Un libro no sólo hay que leerlo sino saborearlo, sabiendo y entendiendo lo que se lee, por eso este autor pretende que sus libros sean amenos y divertidos afirmando que «un libro aburrido es un pecado».
Es un autor que no vive de la literatura, lo cual le permite no estar sometido a la dictadura del mercado editorial. Al respecto comentó que se publicaba mucho en España (alrededor de 70.000 títulos al año) y no hay tiempo para leer tanto. Aconsejaba no leer por leer sino hacer una selección y en esa selección «inevitablemente hay que empezar por los clásicos».
Detuvo su exposición, al hilo del feminismo de Melibea… en su visión sobre el papel de la mujer en la sociedad actual. Afirma que la mujer tiene numerosos registros, por lo general por la mañana puede trabajar fuera de su casa, por la tarde es madre, por la noche esposa; puede ser muchas cosas y todas a fondo. Insistió en que no ejercía un feminismo militante, pero que las mujeres habían sufrido mucho y desde hace mucho tiempo. Para conseguir respeto tienen que hacerse invisibles ante las barbaridades que los hombres pueden llegar a decir y a hacer. Por ello son importantes en sus obras. «Que vivan en la literatura lo que no pueden llegar a vivir en la realidad».
A lo largo de su carrera como escritor ha obtenido algunos premios de relato corto y su obra Los colores de la guerra (2002) recibió el VII premio de novela Fernando Lara, lo que le permite llegar a más público lector. Preguntado por el valor de este premio comentó que la medida de su popularidad se la dará la publicación de su próxima obra.
De entre todos sus títulos destacó El matemático del rey una novela sobre la verdad y la mentira cuyo telón de fondo es la España del siglo XVII y las controversias científicas y religiosas entorno a la teoría heliocéntrica de Copérnico y Galileo.
Se interesó por la opinión de los lectores bachilleres de Melibea no quiere ser mujer, preguntando abiertamente a los alumnos allí reunidos si les había gustado la novela. Finalmente «nuestro autor favorito» firmó y dedicó su novela a los allí presentes.
El encuentro fue interesante, sugestivo, ingenioso, y sobre todo agradable, ya que Juan Carlos Arce se mostró dispuesto a volver al instituto en un futuro próximo. Así que esperamos contar con su presencia en cursos sucesivos.