Bueno, nada más empezar a jugar a ‘Las aventuras de Eudoxio: El poder de la Kínbreton’ descubrí como Cárdenas se había esforzado terriblemente en buscar un argumento para comenzar su aventura, como fue el chico malo secuestra a chica, y héroe pardillo acusado injustamente intentar hacer todo lo posible por estrujarla.
Por otro lado vi como algunas localidades estaban perfectamente definidas con todo tipo de detalles, y otras sin embargo se limitaban a decirme que era un caminito que me llevaba de aquí a allá.
Pero luego empecé a descubrir que este juego tiene cosas buenas y bonitas (no como el careto de su diseñador), como es que casi absolutamente todo puede ser examinado, algo que me encanta particularmente y le da un mayor realismo al juego.
Además los Psi’s son muy buenos (de lo mejorcito que he visto), tienen vida propia, se mueven de aquí para allá (aunque a veces resulta un poco pesadín encontrarles, como es el caso del leñador, «que da más vueltas que un mariquita en una rebaja de sostenes»).
Pero particularmente lo que más me agrada de este juego es su largo desarrollo, es un juego que garantiza muchas y muchas horas de diversión, sobre todo porque es un juego que no es lineal, sino que puedes desarrollar varias acciones a la vez y dejar otras para más tarde.
Lo que tienes que hacer casi siempre es lógico, aunque a veces es tan perfeccionista el juego (llevar el pedrusco al cruzar el río), que acaba por desquiciarte.
En resumen, ‘Las aventuras de Eudoxio: El poder de la Kínbreton’ se trata de una muy buena aventura, de la que esperemos pronto tener su continuación…