Ríos de sangre corren por sus manos,
la mirada triste, angustiada,
pues ha muerto su hermano.
su corazón para siempre ha parado,
una envidia ciega,
que hasta este extremo ha llegado.
que volver a verlo no deseaba con vida,
una cabeza perturbada,
agudizada por la bebida.
la vuelta se ha dado,
y lleno de ira,
a ese hombre ha matado.
mientras un suspiro se ha escuchado,
un sencillo gemido,
de un corazón espinado.
llora y sus lágrimas seca el viento,
un cálido aullido,
que la deja sin aliento.
no puede hacer otra cosa,
una bala ha disparado;
y cayó al suelo la hermosa joven
que murió por su hermano.