Juan hoy no ha dormido, ni ayer, ni anteayer, ni desde que llegó a la mansión de sus abuelos en Suances. Sus oscuras habitaciones le producen escalofríos y le dan miedo.

Él tiene diecisiete años y vive en Santillana del Mar, pero las navidades las pasa con sus abuelos. Desciende de una familia de la burguesía muy adinerada con muchos ancestros cantabros.

La razón de que sus oscuras habitaciones estén así no es por falta de ventanales, sino porque desde hace cincuenta años una espesa niebla tapa todos los fríos campos de la zona. Este, ya cansado, decide investigar por qué desde hace tanto tiempo hay esa espesa niebla.

Lo primero que hace es buscar algo que le diga qué pasó entonces y pregunta a su abuela. Ella le dice que un día se fue de viaje a Francia, pero su padre se quedó en la mansión. A la semana de volver de viaje, la niebla ya estaba y todos los sirvientes los habían cambiado excepto uno, pero murió hace quince años. Era el historiador de la familia, escribía todas las semanas lo que hacíamos. Cada cien paginas hacía un tomo que se guardaba en la biblioteca.

Él decidió ir por la noche, no quería que nadie le parase los pies en su investigación. Cuando sonó el cuco se dirigió hacia la biblioteca y entró. Era inmensa pero, tan perfectamente colocada, que sólo tardó unos minutos en encontrar el tomo que buscaba. El libro estaba; sin embargo, las hojas de esa semana faltaban, alguien las había arrancado. Al parecer debía de ser reciente, porque las huellas del polvo lo delataban. Sin querer tropezó y dio contra una silla y una estantería dejó ver un pasadizo. Él entró y a través de sus paredes pudo observar montones de agujeros que dejaban ver toda la casa pudiendo espiar sin que nadie lo supiese.

La puerta del pasadizo sé cerro y la poca luz que venía de la biblioteca desapareció. Al no poder salir decidió quedarse la noche hasta que la luz de los agujeros entrase al pasadizo y dejase ver algún artilugio para abrir la puerta. Por la mañana, temprano, entró el cocinero. El cocinero flipaba, literalmente dicho, e intentó explicar qué hacía allí. Juan decidió hacerle un interrogatorio sobre la marcha:

¿Desde cuándo vives tú en la casa?
– Desde que nací, hace unos cincuenta años.
– ¿Quién era su padre?
– Jean Loise Pique, el antiguo historiador.

Juan pensó que sabiendo todo lo que sabía podía haber roto perfectamente las hojas del libro y siguió preguntando:

¿Alguna vez té contó tu padre qué paso hace cincuenta años en la mansión?
– Sí, pero no creo que sea de su agrado saberlo.
– Cuentémelo, necesito saberlo.
– Tu bisabuelo, Pierre como le conocíamos todos, era viudo, pero encontró un segundo amor, este amor resultó ser mi madre. Pierre la acosaba pero mi padre no podía hacer nada. El día que mi madre me tuvo, Pierre sé volvió loco. Mandó a tu abuela a Francia para que no supiera nada. Mi padre, por si acaso ocurría algo, decidió llevarme a casa de mi abuela en San Vicente de la Barquera, pero cuando volvió todos desaparecieron. Pierre le dijo a mi padre «
Todos se encuentran entre la riqueza y la pobreza». Mi padre se pasó el resto de su vida buscando al igual que yo, pero nunca los hemos encontrado.
-¿Y por qué rompiste las hojas de libro?

No fui yo
– Pues quién fue
– Fue tu abuela
-¿Mi abuela?
– Sí, ella cuando se enteró quiso que nadie supiera nada de ello porque la noticia podría hundir a la familia. Por eso nunca hemos podido mi padre y yo buscar exhaustivamente

Ahora que lo pienso, ¿tú eres pobre, no?
– No me digas
….
– Bueno¿y entre la casa de mis abuelos y la casa de los criados dónde es?
– El sitio entre la riqueza y la pobreza, allí estarán enterrados

Sí, tengo una idea, para que mi abuela no sospeche le diré que si puedo hacer un lago, seguro que me deja ….

Una semana más tarde todos los cadáveres aparecieron y fueron enterrados por separado, desde entonces la espesa y encantada niebla no volvió a aparecer por aquellas tierras.

Trabajo original