El día 26 de abril tuvo lugar en el paraninfo de nuestro instituto, el Santa Clara, un acto protagonizado por el novelista Fernando Marías. Su visita se ha producido con motivo de la lectura de «El Vengador del Rif», una de sus obras, que han efectuado alumnos y alumnas de 1º de Bachillerato y algunos de 4º y 3º de ESO. Esta es la crónica de su visita.
En un principio, la visita iba a ser a primeras horas de la mañana, pudiendo así desarrollarse con mayor amplitud; pero a causa de las obligaciones del escritor, el acto tuvo lugar a última hora de la mañana lo cual limitó bastante el tiempo establecido para el coloquio y posterior debate.
Una vez colocada la gente en sus respectivos asientos, la profesora Leticia Zaldívar realizó una pequeña introducción sobre su vida y obra. Entre sus comentarios destacan la publicación de Fernando de «Esta noche moriré», «Los fabulosos hombres de película», «Páginas ocultas de la historia» y «El niño de los coroneles», con el cual obtuvo el premio Nadal el pasado año 2001.
Este bilbaíno comenzó mostrándonos su interés por el período colonial de España en Marruecos, dado que la novela estaba orientada en esa época, en un lugar montañoso al norte de dicho país: el Rif.
Nos contó que para escribir una novela histórica, todo autor se ve obligado a informarse de los hechos en antiguos documentos. Por esto, cuando él indagó en ellos, pudo comprobar que los escritores españoles de esos años no se limitaban a contar la verdad, sino que adornaban las hazañas del ejército de nuestro país.
Además de otros temas, completó su discurso confesando que, «El Vengador del Rif» no se trataba de una novela escrita por iniciativa propia, sino que era de encargo y que se estaba preparando para su salto a la gran pantalla.
En definitiva, en nuestra opinión, la charla podía haber sido más amena, pero el tiempo y el cansancio de la semana, era viernes a última hora y eso se nota… Aún así, tenemos la esperanza de que la escritura de otra novela le traiga de nuevo por aquí y acabe de convencernos de su facilidad como interlocutor y de lo buen literario que es.