Los alumnos del CP Mata Linares han visitado en la localidad de Cades una ferrería que se construyó en el siglo XVIII y que recientemente se ha restaurado. Allí asistieron a una demostración del funcionamiento del lugar y además pudieron saber algo más sobre especies animales tan diferentes como las lechuzas y las avestruces. Una salida muy interesante.
QUÉ ES UNA FERRERÍA
La ferrería de Cades es muy antigua y bonita. Cuando se abrió dicha ferrería proporcionaba trabajo a los campesinos de Cades, podían ser ferrones, carboneros…
Era beneficiosa para los humanos, pero para los ecosistemas era bastante perjudicial, ya que destrozaba los bosques y ríos, cortando los árboles para fabricar carbón vegetal y cogiendo parte del agua del río. Hacían esto para mover las ruedas hidráulicas del mazo y de los barquines.
El mazo sirve para aplastar el mineral del hierro y los barquines sirven para darle aire al fuego.
La ferrería por fuera parece una casa, pero por dentro es una chulada. Algo así es la ferrería para nosotros. Ahora contaremos nuestra salida.
SALIDA DIDÁCTICA
El pasado día seis de marzo realizamos una salida a la ferrería de Cades. Días antes Goyo nos entregó un cuadernillo con lo más importante de la fábrica del hierro. En la guía venía el proceso de elaboración del hierro y la historia de esta ferrería.
Todos los niños que nos apuntamos nos reunimos en el porche del colegio a la nueve y media.
Cuando cogimos el bus los quintos viajamos juntos, al igual nuestros compañeros los de sexto. En llegar a Cades tardamos unos treinta minutos. El autobús nos dejó enfrente del colegio de aquel pueblo. Después, nos introducimos por un camino que llegaba hasta la ferrería. Al llegar allí Pablo nos enseñó una maqueta de la ferrería, mientras Manuel Antonio, el ferrón, preparaba la maquinaria. Nos enseñaron los barquines, ¡ hacían un ruido…! También el mazo ¡ era enorme…!.
El suelo de la ferrería estaba lleno de ergagrópilas. Las ergagrópilas son los restos de las presas que comen algunas aves como las lechuzas, los búhos, los mochuelos, y las expulsan por la boca.
Si examinamos detenidamente ergagrópilas, veremos que está formada por pelos y huesecillos, distinguiéndose perfectamente a qué parte del cuerpo pertenecen, ya que estas aves tragan enteras a sus presas.
En la ferrería de Cades habitan varias lechuzas e incluso crían allí.
A la vuelta nos encontramos con un prado lleno de avestruces. Paramos para observarlas, y sacarlas un par de fotos.
El amo nos vio y nos explicó de donde las había traído, y nos dijo cuánto le costaron: las hembras 70.000 ptas y los machos 90.000 ptas.
¡La excursión fue corta pero alucinante!