El tema de la desaparición de los bosques, debido a la salvaje tala a la que ha sido sometida la tierra en los últimos años, hace que a estas alturas sea necesario plantearse un nuevo tipo de explotación forestal.
En los últimos 10.000 años, el manto de bosques de la tierra ha encogido en una tercera parte a medida que los árboles eran derribados para dar un paso a los cultivos, pastos y ciudades.
Simultáneamente, ha aumentado la demanda de la madera junto con la importancia de los bosques en el equilibrio del ecosistema.
Siempre que la tala sea superior al rendimiento sostenido, la producción futura sufrirá las consecuencias, y los taladores buscarán nuevas zonas que explotar.
A menos que se tomen medidas para poner fin al estilo de explotación forestal actual, corta y corre, poco quedara de los bosques forestales para la próxima generación.
El desafío consiste en detener la rápida explotación de bosques de un crecimiento tardío, insustituibles, y de plantaciones de árboles explotados, de manera que puedan ser renovados.
Las posibilidades de un nuevo tipo de explotación forestal que respete la diversidad de la vida y la multitud de beneficios de los bosques resultan esperanzadoras.