Ese atardecer,
maravilloso horizonte,
aguas en calma;
¿allí? ¿allí, dónde?
Esa medianoche,
el murmullo de una mujer
¡o quizás de un hombre!
El viento golpeando,
el mar agitándose,
y en el fondo
(¡o quizás al fondo!)
un adiós, un «te quiero» y… ningún nombre.