Había una vez una niña llamada Sara. Le gustaban muchísimo las brujas y todos los días rezaba para ser una de ellas … Todas las noches las brujas se metían en sus sueños y le hacían creer que era una de ellas.

Y un día le dijo a su madre:
Mamá quiero ser bruja.
Y ella le respondió:
No existen.
Y se fue al colegio. Allí se encontró una llave y una nota que decía así: «Quien lea esta nota y pueda ver y distinguir lo que pone será una de nosotras».

En cuanto llegó a casa se fue al baño y, de repente, oyó una voz. Era su padre:
Voy a entrar hagas lo que hagas, porque me estoy meando.
¡No entres, papi, no entres!, respondió Sara, porque lo que estaba haciendo era leer la nota de la llave.

Al día siguiente, Sara se compró un precioso vestido negro y por la tarde se encontró un gorro de bruja que, por cierto, lo llevaba un preciosísimo gato negro
¡Mamá! ¿Nos lo podemos quedar?

Trabajo original