Una original manera de acabar el año viejo y recibir el nuevo. Los habitantes de Silió, en el Valle de Iguña, mantienen una larga tradición durante las fiestas de Navidad: la Vijanera. Cuando los demás nos pongamos los disfraces en marzo, «la pepa», «el oso», «el amo», «el zamarraco»… ya nos habrán ganado ¿Que quiénes son? Lee, lee, y verás…

La Vijanera es una fiesta popular de los valles de Iguña, Anievas y Toranzo. Actualmente, sólo se conserva en Silió, recuperada por la Asociación «Amigos de la Vijanera».

El nombre Vi-janera o Bi-janera haría relación a dos janos, con cara a los dos años, aludiendo a la fecha en que la fiesta se celebra, transición de un año a otro. Parece que en los límites de un pueblo con otro se ponían dioses con doble cara, «janos», y, tal vez por eso, sea éste el nombre de la fiesta, pues uno de los momentos más importantes de la Vijanera es la defensa de la raya o límites del pueblo, donde se pide a los visitantes «paz o guerra».

Fecha de la fiesta

La fiesta se celebra en el primer domingo del año, la fecha es el primer dato que hace a la Vijanera un hito importante, se emparenta así con los carnavales de invierno, que todavía se conservan en el País Vasco, Navarra, Aragón y gran parte de Europa. Se viene celebrando el primer domingo del año salvo que este coincida con la Navidad o el Año Nuevo, en cuyo caso, se celebra el siguiente.

Los personajes

Se tienen documentados unos noventa personajes, y se han restituido y mantienen alrededor de setenta; todos ellos importantes y que desempeñan su misión en la Vijanera.
Cada año, se introducen nuevos personajes , además de los fijos de siempre de acuerdo con el número central de la fiesta.

Los personajes más importantes de la Vijanera son: el Zarramaco, la pepa, el oso y el amo, la madama y el mancebo, el viejo y la vieja, el zorrocloco, los danzarines, los trapajeros, los traperos, los trapajones, el marquesito, el caballero, los pasiegos, la bruja, el zíngaro, el mono y el amo del mono, los gitanos… hasta un total de unos setenta.

El zarramaco. También llamado «campanero». Es un chico que lleva la cara ennegrecida. Atado a la cabeza y cubriendo su frente lleva un pañuelo, y, sobre él, un gorro con barbuquejo a modo de cucurucho lleno de rosetones y cascabeles.
El cuerpo se cubre con pieles de oveja que sirven como disfraz y, para protegerse de las rozaduras de los campanos que van atados al cuerpo por medio de sogas. Completan el disfraz unas polainas de piel de oveja y alpargatas blancas. En la mano lleva un porro para apoyarse y realizar sus zarandeos.

La pepa. Se representa por un chico con careta, con boina, un pañuelo al cuello y, sobre el hombro, un palo del que pende una vejiga. Simula ser un hombre a caballo sobre una mujer a la que conduce con el palo terminado en vejiga. Significa el año viejo que muere.

La madama y el mancebo. La madama se trata de un chico travestido. Representa, con sus flores y adornos, la primavera con todo su esplendor y colorido.
El mancebo es un personaje muy presumido, con pantalón escarpelado y camisa con encajes.

El oso y el amo. El oso, junto con el amo, es el número central de la fiesta. Se trata de un muchacho disfrazado de oso; el disfraz está hecho con pieles de ovejas, va sujeto por una cadena al amo, del que recibe instrucciones a base de latigazos y zarandeos.

El viejo y la vieja. Representan el paso del tiempo.

El trapero. Es un tipo de estatua que lleva un camisón blanco y largo, lleva un enorme palo rematado con trapos sucios que utiliza para alejar al público.

Los danzarines. Son dos. Van vestidos con camisa y pantalón de saco, llevan la cara tiznada de negro, van delante de los demás personajes dando saltos y piruetas al mismo tiempo que van abriendo paso entre el público.

El trapajón. Es un muchacho cuyo traje está enteramente hecho de panojas y de panizos.

El trapajero. Lleva camisa y faldón, todo él cubierto con tiras de trapo.

Recorrido

Salida hacia la raya, el límite con el otro pueblo, allí se pide «paz o guerra». Seguidamente, se inicia el recorrido de la raya hacia el pueblo, metiéndose con todos los visitantes. En las escuelas de Silió, se inicia el recitado de las coplas y número central del año.

Tras las coplas, se celebra el parto, la preñá da a luz al nuevo año, que cada año es sorpresa, puede ser un gato, un conejo, etc.

Continúa la fiesta hasta la plaza de la iglesia donde se celebra la muerte del oso.

Trabajo original