Tamara y Rocío escriben dos poemas en los que el amor es el protagonista. Dos versiones de la pasión, una romántica y la otra cargada de celos con un final inesperado.
I
Solamente fue una noche
la que yo estuve con él,
él me agarraba y me abrazaba
y yo no sabía lo que hacer.
A los pocos días al vernos,
las miradas se cruzaron
pues no podíamos hablarnos,
las miradas hacia el suelo.
Unos meses más tarde
al fin coincidimos hablando,
pues si fuese realidad
no tardaría en abrazarlo.
Si algún dia tú te encuentras
con tu media naranja
mírale a los ojos,
y dile que le amas.
II
Te voy a contar una historia,
por la que cumplir condena.
Fue por mi novio tan guapo moreno
un día con otra lo pillé.
Y sin mirar apenas
por la espalda la maté.
Ya he cumplido mi condena,
mi delito ya pagué,
Fui a mi casa y a mi madre saludé.
Pregunte por mi hermana
y entre lloros escuché:
que mi hermana fue aquella mujer
que por la espalda maté.
Nuestros ojos se
miran y se hablan
pero nuestros corazones
no se declaran.