Recopilación de los métodos y chuletas más utilizados para copiar en los exámenes y aviso de cuáles son los más recomendables, aunque el mejor de todos es no hacerlas. Este artículo lo escribimos en favor de los profesores, para que los alumnos no «se la den” en los exámenes, pero también lo hacemos en favor de los alumnos, para que dejen de usar estos trucos ya históricos y ensayen otros.

El truco del pañuelo

Consiste en coger un pañuelo, cuanto más resistente mejor, y escribimos la materia elegida. A la hora del examen sacas el paquete de pañuelos, coges el pañuelo escrito y haces que tienes necesidad de limpiarte la nariz, lo abres y disimuladamente miras el texto; rápidamente lo guardas. Tranquilo, si no te ha dado tiempo, como supuestamente tienes muchas mucosidades, puedes sonarte varias veces. Y mirar tantas veces como quieras.

* Nota: poner una parte del pañuelo con los mocos, pues si el profesor os pide el pañuelo, debéis enseñarle la zona donde están los mocos. Este pequeño truco suele dar resultado.

Truco ‘Tengo que ir al baño’

Minutos antes del examen dejas el libro en el baño. Durante el examen te echas un poco de tinta roja en el dedo cuando el profesor o profesora esté lejos y le dices que estás sangrando por la nariz y le enseñas el dedo. Él, al estar lejos, cree que es sangre de la nariz. Sales, vas al baño y aclaras tus pequeñas dudas (mirando el libro, claro).
Este es menos efectiva, porque igual no te deja, pero si te deja puedes aclarar las dudas con total tranquilidad.

Truco del boli

Otro tipo de “chuleta” muy usual entre los alumnos es guardar un papelito en un bolígrafo de cuerpo transparente, cuando llega el profesor simplemente da la vuelta al bolígrafo para que no lo vea.

Truco de la tirita

En casa te pones tiritas en los dedos y al día siguiente, que es el día del examen, puedes guardar las chuletas debajo de las tiritas. Pudiendo sacarlas y recogerlas cuando así lo necesites.

Otros tipos de chuletas menos usuales son escribirse las respuestas en la tripa, escondidas en bufandas y pañuelos de cuello o en los relojes, en los que se pinta con tipex la pantalla y se escribe encima.

Las más fáciles de descubrir son aquellas escritas en la mano o en el brazo, las más sencillas son los típicos papelitos debajo del examen y, por último, las más efectivas, son aquellas que se esconden en los estuches.

Los que hemos escrito este artículo creemos que hacer chuletas es un engaño para ti y para los demás, por eso nuestra recomendación es que no las hagas (nosotros no las hacemos). De hecho es más costoso hacer chuletas que estudiar, y si no nos creéis, preguntad a alguien que pasó toda la tarde grabando una en un bolígrafo con la punta de un alfiler para al final suspender porque le pillaron.

 

Trabajo original