La llegada del buen tiempo inunda las playas de Santander de jugadores de palas, que se suman a los fieles seguidores de este deporte que durante todo el año practican en los arenales de El Sardinero, El Camello o La Concha.

Aunque no existen pruebas definitivas del origen de este deporte, se considera que las palas, tal y como son en la actualidad, tienen su origen en las playas de la capital cántabra.

Este juego, que no es competitivo, se inició con las pelotas que caían del Club de Tenis de La Magdalena. Como no botaban en la arena se estableció que el juego se haría golpeando de pala a pala, demostrando la habilidad de los jugadores.
Además, las raquetas de tenis desechadas por los socios del club pasaron a convertirse en una estructura de madera, tomando la forma que conocemos actualmente.

 

Trabajo original