Leonardo DiCaprio nos ha demostrado en Atrápame si puedes que cada impostor es un ser especial, que intenta vivir experiencias que no puede vivir siendo él mismo. En este artículo intentaremos conocer un poco más a algunos de los ladrones de identidad más famosos.
Cada impostor es un ser especial con características propias. Su único vínculo en común es su habilidad para representar un papel de manera convincente. Los impostores aman el riesgo y juegan con la posibilidad de ser descubiertos. Conocemos la vida de los que han fracasado al ser desenmascarados pero hay otros, los embaucadores supremos, los mejores en su oficio, que siguen en la calle viviendo como dobles agentes, impenetrables y escurridizos. Aquí analizaremos algunos de los ladrones de identidad más ilustres de todos los tiempos.
FRANK W. ABAGNALE
El protagonista de Atrapame si puedes de Steven Spilberg, encarnado por Leonardo DiCaprio. Pocos impostores han dado tanto que hablar como Frank W. Abagnale, el más joven de la historia en entrar en la lista de los diez más buscados por el FBI.
Frank siendo un adolescente que ni siquiera había acabado el instituto, se escapó y fingió ser piloto, prestigioso médico pediatra y abogado, tras presentarse como licenciado en Derecho por la Universidad de Harvard. Tras una vida de farsas y engaños, la INTERPOL le tocó el hombro y fue detenido en Montpellier.
Tras sortear todas las cárceles europeas por su afición a los cheques sin fondos, finalmente fue deportado a Estados Unidos donde, tras pasar una temporada en prisión, accedió a trabajar gratuitamente para el FBI.
MILLI VANILLI
Un caso bastante estrambótico de impostores sacudió la música en la década pasada. El dúo pop Milli Vanilli arrasó en el panorama musical de finales de los 80. Llegaron incluso a ganar un Grammy al mejor artista revelación, que fue revocado en 1990, al descubrirse que sólo hacían playback y que, ni siquiera, cantaban en las grabaciones. La discográfica ponía la música y ellos ponían la cara.
FERDINAND DEMARA
Uno de los grandes embaucadores de la historia fue Ferdinand Demara. Denominado el hombre de las mil caras, este norteamericano fue un embaucador en serie que se hizo pasar por monje, profesor, cirujano, ingeniero, científico, siempre con éxito, hasta que fue descubierto.
Este impostor no sobresalía por su brillantez intelectual, tan sólo buscaba escapar de su mediocridad, y experimentar una vida mejor a la que no tenía acceso con su propia personalidad. Su vida fue recreada en la película El gran impostor, protagonizada por Tony Curtis.
DOUGLAS SPRINGFELLOW
Douglas Sringfellow logró alcanzar un alto cargo en las filas del Partido Republicano de EEUU en 1952 a base de presumir de valor en el campo de batalla y de su participación en la misión de rescate del físico alemán Otto Han en la Segunda Guerra Mundial. Stringfellow afirmó que los nazis lo habían torturado hasta dejarlo parapléjico (iba en silla de ruedas). Dos años más tarde el Partido Demócrata desmontó la farsa. Nunca fue agente de inteligencia, ni le capturaron los nazis. La silla de ruedas también resultó ser un engaño, ya que podía caminar con bastón.
ANA ANDERSON
En 1924, Ana Anderson, ingresada en un hospital psiquiátrico, aseguró que era la gran Duquesa Anastasia, la menor de las cuatro hijas del zar Nicolás II y de la zarina Alejandra. Según decía era la única superviviente de la familia real rusa que fue fusilada en Ekaterimburgo, la noche del 16 de julio de 1918. Varios sirvientes de la familia real la apoyaron, pero la mayoría de los parientes de Nicolás II rechazaron las pretensiones de la impostora, cuyo verdadero nombre era Ana Anderson.