El famoso cuadro de Leonardo da Vinci la Gioconda ha sido investigado desde siempre por los expertos para averiguar qué es lo que se esconde tras esa enigmática sonrisa… Parece ser que padecía alopecia, era bizca, tenía problemas en la piel, estaba embarazada y sufría parálisis facial en medio rostro, aún así tampoco descartan la posibilidad de que se tratase del propio Leonardo…
La Gioconda ha sido desde siempre uno de los cuadros más misteriosos y sobre los que más se ha especulado. Su misteriosa sonrisa, su extraño parecido con el autor son dos de los aspectos que más han intrigado a los expertos.
La Gioconda, también llamada Mona Lisa, es sin duda uno de los cuadros más emblemáticos de la historia. Fue pintada hacia el año 1504 por el famoso pintor, escultor, filósofo e inventor florentino Leonardo da Vinci. Leonardo era sin duda alguna un genio. Inventó el paracaídas en 1480, bosquejó un diseño para un submarino e hizo estudios detallados de anatomía humana entre otras muchas cosas.
Obsesionado por la idea de la perfección, Leonardo dedicaba mucho tiempo a cada una de sus obras, lo que explica que su producción pictórica no fuese muy abundante.
De sus pinturas sólo se conservan 17, de las cuales muchas de ellas están sin terminar. En cuanto a la Gioconda, su obra maestra, se dice que tardó unos cuatro años en conseguir esa perfección que tanto ansiaba. Muchas son las hipótesis sobre la misteriosa identidad de la modelo, pero el misterio sigue aún sin resolver.
Una de las teorías que tratan de explicar la identidad de esta singular modelo es la que sostiene que se trata de un autorretrato inverso de Leonardo, pintado con ayuda de un espejo, lo que explica la impresión de que su cara está al revés, con ese aire de misterio.
La dama del retrato sonríe más con la parte izquierda de la boca que con la derecha, lo que para algunos expertos es normal en las sonrisas forzadas, sobre todo en los hombres. Esto se explicaría porque el modelo fue el mismo Leonardo, que utilizó un espejo para ver su imagen y pintó su cara invertida, lo que coincide con el conocimiento de que el pintor era zurdo y solía escribir al revés, ayudándose con un espejo.
Otro de los hallazgos que apoyaría esta teoría fue la investigación realizada hace unos años mediante la cual se sobrepuso un autorretrato de Da Vinci sobre media cara de Mona Lisa. Hubo una coincidencia total de sus labios y el análisis del cuadro, mediante rayos X, reveló la presencia de una barba alrededor del rostro de la dama, sobre la que el pintor redondeó la cara.
La explicación de la ambigüedad del retrato, según muchos, sería la homosexualidad del pintor, que se habría pintado como mujer, para ayudarse a aceptarse a sí mismo. Sin embargo esta no es la única teoría existente sobre la identidad de la extraña modelo.
La mayoría de los expertos concuerda en que se trata en realidad de Lisa di Antonio di María di Noldo Gherardini, tercera esposa de Francesco di Bartolomeo di Zanobi del Giocondo, un notario florentino que habría encargado el retrato a Leonardo y al no quedar satisfecho rehusó a pagarlo. De ahí que el cuadro se conozca con dos denominaciones: Mona Lisa, que viene de Madonna Lisa (Monna es un apócope cariñoso de madonna, señora o dofia en italiano. Mona en español) y Gioconda, por su esposo, Giocondo. Aunque también podría ser cierto que este último apelativo provenga de giocondo/a, que en italiano describe un gozo sereno.
Aunque esta es la hipótesis más apoyada hay quienes especulan con la posibilidad de que la joven fuese lsabella d’Este, que reinaba en Mantua cuando Leonardo da Vinci permaneció allí; una amante de Julián de Médicis o de Leonardo, una mujer ideal e incluso un adolescente vestido de mujer.
Por muy sorprendente que todo lo que acabo de relatar parezca esto no es todo. Hay quien afirma que la enigmática modelo no tenía buena dentadura y padecía una parálisis facial en media cara y es por eso que en la pintura se muestra una media sonrisa en su rostro.
Se cree también que la joven padecía alopecia. Si se observa bien el cuadro puede verse que apenas tenia cejas ni pestañas y que según se cree llevaba peluca. Además, esta pintura tiene el curioso detalle de que según desde donde se observe parece que la Gioconda te esté mirando. Es por eso que los que han estudiado dicha pintura dicen que también padecía de estrabismo en uno de sus ojos. Sufría además esclerodermia, una enfermedad cutánea que le endurecía la piel y, por si esto no fuera poco, ¡estaba embarazada!
En verdad si todo esto es cierto puede decirse que Leonardo hizo un buen trabajo. De todas formas habrá que esperar y ver con qué nuevas e insospechadas teorías nos sorprenden los expertos en los próximos años…