Definitivamente, Internet ha dejado de ser un espacio de adolescentes, universitarios y ejecutivos del nuevo márketing. Los que han invadido el espacio que antes era de los jóvenes han sido los internautas mayores, de edades comprendidas entre 55 y 64 años.
Pero no se quiere alarmar a nadie. Esta realidad por la que se va introduciendo en la red un sector de población que «contrata acciones bursátiles online, diseña planes de viaje y efectúa todo tipo de compras» provoca satisfacción y un eufórico frotarse las manos de quienes anteriormente ya se habían introducido en la red movidos por el interés de exponer e intentar vender sus mercancías de este modo. Internet fue objeto de interés, y resultó perseguida por mercaderes que aprovechando la corriente creada intentaban transformarla en otra fuente de beneficios. Fue destinado a compartir información y también un producto de tertulia. Internet es como un refugio donde se da cabida a personas que quieren protegerse. Éste refugio se ve amenazado por aburridas personas mayores faltas de imaginación y sobradas de experiencias frustrantes, que prefieren copiar antes que crear, de imitar las enormes librerías de la bibliotecas nacionales en lugar de ingeniar un medio cómodo y económico de consultarlas sin salir de la propia casa. De cualquier manera sea bienvenida también esta generación de «mayores».
El refugio es un gran invento en el que han caído multitud de personas, que perseguían tan sólo forrarse en ella, y a la vez está favorecida por una corriente de libertad que nos hace sentir bien, y que sabiamente manejada puede conseguirse que también limpie, que purifique. Internet no tiene límites y eso es lo que ha reforzado a que la gente sienta tantas ganas de disfrutar de esa libertad infinita.
Muchos jóvenes utilizan Internet porque necesitan privacidad y por ello se encierran en ellos mismos y se evaden del resto. La culpa de que esto suceda la tienen los padres, ya que ellos quieren saber demasiado acerca de la vida de ellos, y esto usualmente no funciona y provoca problemas. Una de las causas por la que los adultos empiecen a navegar en la red es para ver si esto es peligroso debido a que sus hijos pasan ahí la mayor parte de su tiempo libre. Otra causa es que la mayoría de los trabajos necesitan un ordenador, y esto también condiciona a que los adultos se interesen por esta nueva tecnología.
Internet se ha convertido en un instrumento imprescindible en la vida cotidiana. Por lo tanto, nosotros los jóvenes debemos ir aceptando que la sociedad también esta dispuesta a cambiar y quelos internautas mayores tienen el mismo derecho que nosotros a utilizarlo.