El domingo 23 de abril de 2006 el Monasterio de Liébana abría la Puerta del Perdón del Monasterio de Santo Toribio para dar comienzo al año jubilar. Miles de peregrinos se esperan en un lugar que alberga desde hace once siglos el mayor fragmento de la Cruz de Cristo, el ‘Lignum Crucis’.
Año Jubilar Lebaniego
El Monasterio de Santo Toribio tiene junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz el privilegio de celebrar el Año Santo, otorgado por medio de una bula del papa Julio II en el año 1512.
El Año Jubilar Lebaniego, que se celebra el año en que la festividad de Santo Toribio, el día 16 de abril, cae en domingo, queda inaugurado oficialmente cuando, con gran pompa, se abre la Puerta del Perdón del monasterio. El encuentro ante la Puerta del Perdón y el pasar por ella resulta un momento clave. El que acoge, abraza y perdona es siempre Dios y la Puerta del Perdón simboliza y hace presente a Dios acogiéndonos, abrazándonos y perdonándonos como al hijo pródigo. Es un acto sencillo y expresivo que nos despierta para abrirnos al don de jubileo.
El monasterio de Santo Toribio es principalmente conocido por albergar el ‘Lignum Crucis’, el mayor fragmento conservado de la Cruz de Cristo. La Iglesia lo admite como auténtico y los estudios científicos realizados sobre la madera afirman que es de un ciprés propio de Palestina y su antigüedad podría ser de unos 2000 años.
¿Por qué en Liébana?
Santo Toribio, obispo de Astorga, la trajo de Tierra Santa en el siglo V. Con la invasión musulmana se trasladó la reliquia a tierras lebaniegas por miedo a que fuera profanada. En el monasterio se ha conservado durante siglos, donde los monjes incrustaron la madera en una cruz de plata dorada del siglo XVI.
Santo Toribio de Liébana
El templo sigue las directrices del gótico monástico de influencia cisterciense, con una claridad de líneas y de espacios y la sobriedad decorativa que caracteriza a la arquitectura de San Bernardo. La planta rectangular proporciona un espacio diáfano y la prismática torre a los pies de la nave central remarca el carácter medieval del conjunto (su fisionomía sería similar a la de la Abadía de los Cuerpos Santos, actual catedral de Santander).
El Beato de Liébana
La historia del monasterio quedaría muy mermada si no hiciéramos referencia al personaje más famoso que allí vivió y escribió sus obras. Hablamos de Beato de Liébana, que en la comarca recibe culto desde tiempo inmemorial con el nombre de San Beato, cuya fiesta se celebra el 19 de febrero.
Beato debió nacer en la década de los treinta del siglo VIII, vivió en la segunda mitad del siglo VIII y murió al poco de comenzar el siglo siguiente. Era abad del monasterio de San Martín de Liébana, es decir, el actual Santo Toribio de Liébana.
En el año 776- según otra versión en el 784- escribió el libro ‘Comentario al Apocalipsis’, para explicar el hermético texto de San Juan. Para su redacción el monje se basó en otros libro de Santos Padres orientales y romanos, lo que pone de manifiesto la gran biblioteca que debía poseer el cenobio lebaniego. Fue el creador de la primera escuela de dibujo y miniado medieval español, con las primeras ilustraciones que dan vida a los textos y que durante varias centurias se reproducen por toda la Europa culta y sirven de apoyo a la escultura que prepondera en el arte románico inicial.