Este estudiante nos manda el relato de la excursión que realizaron con el Instituto. El descenso en canoa por el río asturiano Sella fue el destino de los estudiantes. Durante la jornada no faltaron choques entre canoas y alguna que otra caída.
Salimos hacia Asturias el día 18 de diciembre sobre las nueve menos cuarto o menos veinte, después de haber estado esperando más de quince minutos al autobús, porque debíamos haber salido a las ocho y media.
El viaje fue muy tranquilo y tuvo una duración aproximada de dos horas. Cuando llegamos, bajamos en una pequeña casita en la que nos proporcionaron el traje, los remos y un bote de plástico para meter la comida.
Cuando todos estuvimos ya preparados, el autobús nos llevo al río Sella, en el que nos dieron las piraguas que habían llevado en una furgoneta.
Antes de meternos en el río, el monitor nos dio una pequeña clase sobre el manejo del remo y de la piragua y, en cuanto acabo, todo el mundo (por parejas) cogió su piragua y se metió en el rio. Después de algún choque entre canoas y alguna que otra caída, hicimos la primera parada para descansar un poco y para comer o beber algo, durante unos diez minutos.
Entonces, volvimos a meternos al agua y empezamos a remar, esperando antes a que los dos monitores se pusieran delante y detrás del grupo. Esta parte fue un poco más larga y hubo unas cuantas caídas. Desde choques con piedras y tener que ir luego a buscar la piragua hasta confundirse de camino y meterse por uno lleno de rápidos volcar al intentar salir de estos. Después se paró de nuevo para comer, más o menos sobre las dos. El tema de conversación de algunos fue la temperatura del agua porque muchos de nosotros estábamos congelados. Al acabar de comer, entramos de nuevo al río y no paramos hasta acabar el recorrido que nos habían marcado. En esta parte también tuvimos que superar algún rápido y alguna caída.
Al finalizar, subimos las piraguas a la furgoneta y nos cambiamos de ropa. Estuvimos allí un rato y más tarde regresamos a Santander.