El autor del artículo expone su punto de vista sobre el controvertido tema de la legalización de las drogas. ¿Qué pasará este año con la pendiente legalización de las drogas? ¿Se legalizarán, se penalizará tanto su uso, como su venta, o qué narices harán con ellas?

En este continuo debate se pueden tomar dos posibles posturas: Podrían legalizarse, eso acabaría con el dinero negro procedente de ellas y con las inmensas fortunas que amasan los grandes narcotraficantes, y con la miseria tan absoluta de la mayoría de los drogadictos, que muchas veces tienen que ponerse a venderlo ellos mismos para poder pagarse las dosis.

Eso conlleva las detenciones y encarcelamientos de gran parte de ellos. Y ojo, que no estoy hablando de todos esos que venden dos talegos de “kosto” en el instituto para que les salgan gratis sus propios porros, sino que hablo de los heroinómanos que no tienen donde caerse muertos.

Además eso acabaría con el número cada vez más creciente de adolescentes que tienen problemas (tanto legales, como de salud) con las dichosas sustancias.

Por el contrario, legalizarlas atraería un número notable de consumidores latentes que existen en nuestra sociedad tanto por influencias de amigos, como por las campañas de publicidad que se crearían.

Esto, junto con la mayor facilidad para adquirirlas y consumirlas aumentaría el riesgo notable de intoxicaciones por sobredosis por parte de los consumidores más jóvenes y con menos conocimiento.

También hay quien pueda alegar que el alcohol y el tabaco están legalizados y no por eso todos somos alcohólicos o adictos al tabaco.
Sí, todos no, pero yo me encuentro los fines de semana muchísima gente borracha y conozco a chavalitos de doce y trece años de edad que fuman mucho más que yo. Si esto no significa nada, es que la gente es ciega.

Conclusión: Las drogas van a estar siempre en la calle, tanto legalizadas, como sin legalizar. La única diferencia radica en donde las compres, porque siempre que haya demanda, habrá oferta.

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