Las conversaciones, las insinuaciones, las verdades disfrazadas de mentiras, los juegos psicológicos, los encuentros casuales, los interrogatorios… todo es vibrante, intenso, todo tiene importancia en ‘Crimen y castigo’.
Título: ‘Crimen y castigo’
Autor: Fiódor Dostoievski.
Argumento:
Raskólnikov es un joven estudiante que se encuentra en la penuria económica. De mente brillante y carácter complejo, vive en una situación de aislamiento y abandono. Desde hace un tiempo se encuentra absorbido por una posibilidad que lo tiene obsesionado. Tiene la teoría de que existen personas extraordinarias que poseen el derecho de eliminar a los parásitos de la sociedad por el bien común, cometiendo los crímenes necesarios para ello. Y se percibe a sí mismo como una de éstos individuos superiores.
Tomándose la responsabilidad de equilibrar a su manera la situación de una sociedad rusa en crisis, asesina a una vieja y ruin prestamista y a la hermana de ésta. A partir de ese momento tratará de no ser descubierto mientras inicia el descenso a un tormento personal sin tregua en el que la confusión y la angustia se apoderarán de sus momentos de lucidez y de locura hasta terminar corroído por las dudas y el remordimiento.
Valoración Personal:
Antes de leer ‘Crimen y castigo’ sabía que era considerada una obra maestra de la literatura mundial. He leído algunas obras maestras que no me han gustado o que tras acabarlas no encontré los motivos que había encontrado el resto del mundo para considerarlas tan brillantes. ‘Crimen y castigo’ no sólo no me ha decepcionado sino que si entre todos los libros que he leído tuviera que denominar a uno solo obra maestra, sería éste.
La historia está cargada de contenido, de fondo, tanto que aunque en su forma sea una narración sencilla, comprenderla es complicado. El comienzo es ya de por sí espectacular pero, de algún modo, frío. Cuesta entrar en la historia, acostumbrarte a la inestabilidad de Rodia, al estilo tan sobrio de Dostoievski. No es hasta ya transcurridas bastantes páginas cuando lo que simplemente te inspiraba cierta curiosidad te absorbe completamente, te involucra, te aleja de la realidad, te traslada a San Petersburgo, a sus calles sucias y grises. Y entonces entiendes al protagonista, o le odias, pero sufres con él lo que le ocurre, te pones de su lado aunque no estés de acuerdo.
Las conversaciones, las insinuaciones, las verdades disfrazadas de mentiras, los juegos psicológicos, los encuentros casuales, los interrogatorios… todo es vibrante, intenso, todo tiene importancia. En seiscientas veintisiete páginas no sobra nada. Los conflictos que plantea Dostoievski son, a veces, de mucha complejidad y no todo puede captarse en la primera lectura.
Tras acabarlo, tengo la conciencia de que se me escapan muchas cosas, de que en algunos momentos debí detenerme más. Por ello pienso que es del tipo de libros que deben revisitarse en un futuro, quizá después de haber leído más o de haber tenido más experiencias. Porque cada vez que consultaba el libro durante el trabajo, descubría una idea que no había asimilado, recordaba detalles o comprendía algo de forma diferente a como lo había hecho anteriormente. El punto fuerte de la historia, en mi opinión, es hacia la mitad, los capítulos centrales, cuando te has olvidado de todo y ya odias y quieres a los personajes, esperas cosas de ellos, entiendes sus reacciones, te interesas por los recién llegados.
La construcción del personaje principal me parece brillante. Me encanta su complejidad, sus malos y sus buenos momentos, su locura, su inteligencia. Me ha hecho disfrutar muchísimo, incluso puede que hasta límites que no había experimentado con libros o que lo he sentido con muy pocos. Es de estos libros que te aportan momentos en los que la concentración es tan grande que se te quedan grabados en la mente. Cuando Razumikhin descubre, con una mirada de Rodia, que es el asesino, cuando Svidrigáilov recibe con una sonrisa desesperada la sincera respuesta de Dunia a su pregunta de si alguna vez podría quererle… te olvidas de que estás leyendo. Es un libro inteligente, escrito con auténtica maestría; es una novela política, una novela social, una novela humana, una historia de asesinatos, de detectives, una tragedia, una historia de amor.
‘Crimen y castigo’ me ha hecho estremecerme, me ha puesto los nervios de punta, me ha enternecido, me ha hecho forjarme una opinión acerca de temas que ni siquiera me había planteado nunca. Me ha entretenido durante más de seiscientas páginas sin descanso. Qué características debería tener una historia, si no son éstas, para convertirse en mi libro favorito.