Indalecio Gutiérrez nació en Torrelavega en 1956, es el mayor de cinco hermanos y profesional y personalmente se le conoce como Ciuco. Desde adolescente mantiene con la fotografía una relación bien estrecha, fue su padre el que le aficionó a ella. A los quince años adquirió su primera ampliadora, que trajo de Oviedo, e instaló el primer laboratorio en su casa, concretamente en el cuarto de baño.
Desde entonces, hasta el día de hoy, se puede decir que es uno de los artistas más innovadores de la visión fotográfica del panorama nacional.
En sus primeros años como fotógrafo aficionado, apostaron por él personas como Demetrio Gascón, José María Sastre, Diego, fotógrafo con estudio en los portalones…
Al finalizar el bachiller, que cursó en los institutos Marqués de Santillana y Besaya, se trasladó a Oviedo a estudiar Químicas. En Asturias permaneció un par de años, trasladándose a Madrid a estudiar la carrera de Periodismo.
Fue Ciuco notable conductor de dos programas radiofónicos. Uno, en Radio Torrelavega, La Horeja se llamaba; pero “horeja” con h, haciendo honor a su tiempo de duración; el otro, A tu aire, desde la Cadena Ser, en Santander.
Ya en Madrid, el futuro fotógrafo trabajó en lo que pudo. Fue representante en una empresa dedicada a envases de vidrio para laboratorios farmacéuticos; vendió juegos de tocador por las ferreterías de ciudad; trabajó en el Departamento de Promoción, de Prensa y Radio de la casa discográfica Zafiro y fue autor de portadas de discos de Luz Casal, Mercedes Ferrer o del último grabado por Pepa Flores.
Tuvo una participación muy activa en el nacimiento y evolución de la revista Sur Express, siendo el responsable de la edición gráfica. También se ocupó de dicha responsabilidad en la publicación municipal Madrid.
Decidió Ciuco dedicarse por entero a la fotografía. Coincidió su andadura con la conocida Movida Madrileña, convirtiéndose en un referente de las nuevas tendencias artísticas. Durante mucho tiempo fue catalogado como fotógrafo kitch, al resultar su obra una mezcla de objetos cotidianos elevados a la categoría de arte, y todo ello envuelto por un estallido de color desconocido hasta entonces entre los fotógrafos artísticos.
Hace sus primeras fotos para El País Dominical y su obra se difunde a nivel nacional. Llegó a la élite tras colgar sus fotos por primera vez en la famosa Sala Moriarty, aunque antes ya lo había hecho en la del Banco de Bilbao, en la calle Jose Mª de Pereda, en Torrelavega, y en otros muchos sitios entre bares y pubs.
Consiguió ganar el prestigioso Premio Kodak Europeo de Fotografía en el año 1990, con la serie Doce Asesinatos y un Suicidio.
Su trabajo se viene exhibiendo en los espacios más prestigiosos, no sólo de España. Así, su obra ya ha sido vista en los cinco continentes, y ha sido colgada en algunos de los Museos más importantes del mundo.
Este prestigioso fotógrafo ha sido nombrado torrelaveguense ilustre 2005 por el Grupo de Opinión Quercus y en la actualidad algunas de sus fotografías están colgadas en el Centro Nacional de la Fotografía en nuestra ciudad.