Nico y Mila, junto al duende Silvestre, comienzan sus aventuras en este número de Red-acción sumergiéndose en el cuento clásico: Hansel y Gretel. Los alumnos de 5º de Primaria del CP Mata Linares de San Vicente de la Barquera son los creadores de este cibercuento.
Érase una vez dos amigos llamados Nico y Mila. Nico era un niño regordete y bastante despistado y también tenía unas gruesas gafas por las que asomaban unos pequeños ojillos, era miope. Tenía de amiga a Mila, que era prácticamente lo contrario a Nico, Mila era delgaducha, bastante inteligente y sobre todo marimandona.
Bueno pues los dos niños se pusieron a leer un libro de cuentos clásicos, empezaba por el de Hansel y Gretel, se enfrascaron tanto en su lectura, que de la imagen de la casita de chocolate salió un pequeño tornado que les llevó dentro del libro.
Así, sin darse cuenta se encontraron delante de la casita de chocolate, de repente, un pequeño duende apareció delante de ellos:
–Hola, me llamo Silvestre, soy un duende guía. Estáis en el cuento de Hansel y Gretel, ¿cómo os llamáis?
–Nos llamamos Nico y Mila, ¿qué nos ha pasado?, ¿por qué estamos aquí?
Nico tenía una hambre terrible entró en la casita de chocolate y Mila le advirtió que no entrara, Mila también entro en ella para ayudarle.
–¡Qué mal educados, no me han dejado que les conteste, pero tengo que hacer algo para ayudarles, ¡PERO SI SOY MUY MIEDOSO!, tendré que hacer algo, ¿y si la empujo al horno como en el cuento de verdad?, si, lo haré.- pensó Silvestre.
Nico entró en la cocina, vio un frutero lleno de apetitosa fruta y empezó a comer, era una fruta especial, parecía de gelatina y estaba deliciosa. Pero era una fruta-trampa que contenía un somnífero para inmovilizar al que la comiese.
Mila, viendo a Nico inmóvil, salió corriendo a buscar a Silvestre, y éste le contó que ya no tenía poderes, que se los había quitado la bruja.
Mila volvió a entrar en la casa y encontró un cofre en el que había dos llaves, una era la del sótano y la otra abría una cajita donde se guardaban los poderes de Silvestre.
A continuación bajaron al sótano Mila, Silvestre que, con con sus poderes recuperados, consiguió que Nico recuperase su movilidad y liberaron a Hansel y Gretel que estaban encerrados en una jaula. Todos los niños rieron y saltaron de alegría.
El duende Silvestre, mandó a la bruja al inframundo. A Hansel y Gretel les acompañó a la casa de sus padres y él se fue contento con Nico y Mila en busca de una nueva aventura…
Continuará….
Trabajo original