La ilustradora María Girón visitó nuestro colegio Santiago Galas y nos contó cómo a sus 7 años inició su carrera artística; aunque ella todavía no lo sabía. Habíamos preparado para ella una exposición y ella también tenía preparadas algunas sorpresillas para todos nosotros: un coloquio, una danza y un taller, que pudimos disfrutar ese mismo día en diferentes sesiones.
En cuanto supimos que María iba a venir a nuestro centro a visitarnos, todo el cole nos pusimos manos a la obra: investigamos su biografía, nos adentramos en sus cuentos ‘Inseparables’, ‘Mi lazarilla, mi capitán’, ‘Arturo y el elefante sin memoria’, ‘Nueve formas de no pisar un charco’, ‘Mi hallazgo’, ‘Con los brazos abiertos’… entre otros…
Cada nivel organizó y elaboró unos trabajos y, al final, juntamos todas las producciones, dando lugar a una linda exposición que ubicamos en nuestra maravillosa biblioteca, donde además le teníamos preparada una sorpresilla, un pequeño detalle preparado con mucho cariño por parte de los grumetes de 1º y 2º de Primaria.
A su vez, ella también tenía preparadas algunas sorpresillas para nosotros: un coloquio, una danza y un taller, que pudimos disfrutar ese mismo día todos los compis del cole en diferentes sesiones.
Nos sentamos todos alrededor de la pantalla y María Girón nos expuso con el proyector las imágenes con las que ella trabaja para dar forma a los cuentos que ilustra. Nos contó cómo se organiza en el proceso, desde que elige una imagen, las transformaciones por las que pasa hasta conseguir la imagen que ella desea.
¡Cuántas imágenes tiene! ¡Cuánto trabaja!
Tras el coloquio y antes de pasar al taller que nos había preparado, María Girón nos invitó a participar en un relajante baile con el que pudimos liberar tensiones y relajarnos, antes de pasar al taller.
María tenía expuestas en una mesa un montón de tarjetas con partes del cuerpo de personas y animales: extremidades, troncos y, por último, cabezas.
En primer lugar, elegíamos una tarjeta con extremidades y las dibujábamos en un mural que ella había colocado. Después, elegíamos una tarjeta con un tronco, y lo dibujábamos en el mismo mural, pero no sobre las extremidades que habíamos dibujado cada uno, sino que lo hacíamos sobre las extremidades que había dibujado anteriormente el compañero de la derecha. Íbamos rotando, compartiendo los dibujos. De igual forma hicimos con las cabezas. Así, en un trabajo colaborativo conseguimos un magnífico mural.
“Me encantó dibujar de esta forma” “Fue súper divertido”, añade Paula, una grumete del nivel 1.
¡Te queremos María!
¡Vuelve pronto!