El colegio Kostka de Santander celebra todos los años en la última semana del mes de enero su semana solidaria con actividades en favor de proyectos de la ONG jesuita Entreculturas. Este curso no podía ser menos, a pesar de la pandemia.

A pesar de que la situación sanitaria ha obligado a modificar muchos formatos de las actividades y a suprimir directamente otras, dejándolas en espera para tiempos mejores, se han querido combinar las medidas del plan de contingencia con la solidaridad, precisamente porque en estos momentos la necesidad de educación y de medios para acceder a la misma es más acuciante que nunca en territorios donde las conexiones a internet llegan de modo efímero, discontinuo, o directamente no llegan.

Mediante Entreculturas se accedió a participar en su proyecto ‘Luz infinita’, destinado específicamente a niñas y jóvenes que deben ser escolarizadas.

Con las propuestas diversas, conseguimos recaudación económica que se unirá a la de la Carrera Solidaria de Entreculturas.

Marcapáginas elaborados por la clase de 1º de Bachillerato.

Por ejemplo, los chicos de cada clase pensaron una manualidad que hicieron ellos mismos junto a sus tutores y que después vendieron en su entorno familiar o de clase: cuadros, llaveros, marcapáginas, velas decoradas, pendientes y pulseras de abalorios, cuadernos artesanales… por unas horas el colegio se llenó de pequeños artistas.

El miércoles y el jueves estaban emplazados los proyectos de aula: mientras los niños de Infantil y Primaria conectaron con niños de Latinoamérica que habían empezado las clases esos mismos días para aconsejarlos y tranquilizarlos por las medidas higiénicas de la escuela, los chicos de ESO y Bachillerato participaron en un coloquio-incidencia con personal de Entreculturas donde se trataron temas de justicia social, derechos y deberes de los ciudadanos y posibles acciones de mejora para ciertos colectivos en nuestra sociedad, del que se sacó una propuesta para los políticos locales.

El viernes, que normalmente se dedicaba a la feria solidaria, se propuso una rifa donde hubo donaciones de objetos o vales-regalo por parte de particulares y de muchísimos establecimientos del entorno del colegio o de las familias. Después se llevó a cabo el sorteo, resultando agraciados muchos miembros de la comunidad educativa.

No estamos seguros de qué nos deparará el futuro, pero sí sabemos con certeza que la solidaridad no se ha parado en este extraño curso.

 

Más información:
https://www.entreculturas.org/es/home