El alumnado de 1º de Bachillerato del colegio Kostka ha completado en Edimburgo su ‘Trilogía de la inmersión lingüística y cultural’. Tras haber recalado en Brighton cuando estaban en 6º de Primaria y en Cambridge en 3º de ESO, del 10 al 14 de noviembre han realizado una estancia en Escocia.
La llegada supuso el contacto con el frío de la ciudad y el ‘Remembrance Day’, día de la celebración del armisticio, en el que recordaron a las víctimas de la Primera Guerra Mundial con el símbolo de la amapola, que es la primera flor que crece en los campos regados de sangre.
El lunes se dedicó por completo a interactuar con escolares de Inveralmond Community School, donde fueron recibidos con gaita escocesa tradicional. Con actividades preparadas por la profesora de español, nuestros estudiantes presentaron Cantabria y se llevaron un trocito de cultura británica, así como varias expresiones típicas de Escocia.
La siguiente parada, cultural e histórica, fue el Museo Nacional de Escocia y sus variadas salas. Pudieron aprender un montón de cosas de diseño, celebraciones alrededor del mundo, física, botánica o biología.
La excursión a Stirling, con previa parada para conocer algo más de la mitología escocesa en el monumento a The Kelpies, fue una visita teatralizada a su castillo e interacción con personajes históricos.
Después de varias noches de misterios, monjes errantes (e hilarantes) y práctica del inglés con Adam Lyle (deceased) en un recorrido por el Edimburgo de las cazas de brujas y los fantasmas, pasamos a un día para jugar con la historia de la ciudad, sus filósofos, pensadores, economistas, poetas y símbolos con la gymkana preparada por el equipo profesores. La visita a Hollyrood House Palace y al Castillo de Edimburgo -donde presenciamos el ceremonial de cambio de guardia- supuso, por último el contacto más cercano con la monarquía antigua y actual.
No podemos olvidar los desayunos típicamente británicos en el hotel ni las comidas en pub típico o en restaurantes locales, donde degustaron especialidades como ‘fish & chips’. ¿Qué más se puede pedir? Tiempo libre para compras en Princess Street repartido en varios días.