Víctor es uno de los tres alumnos del IES Cantabria que este curso estudia 1º de Bachillerato al otro lado del Atlántico gracias a las becas de la Fundación Amancio Ortega.  Víctor escribe para InterAulas cómo está siendo la experiencia en Canadá.

Todavía no puedo creer que ya llevo tres meses y medio en Canadá. Parece que fue ayer cuando llegué. Todo ha ido muy deprisa, demasiado, diría yo. Mi primer día de instituto fue increíble, nunca había visto un instituto así. No sólo era gigantesco, sino que, además, la mayor parte eran zonas comunitarias, es decir, mesas para grupos, ordenadores… esto significa que lo importante del instituto es trabajar con los demás y en común, una de las grandes diferencias que he encontrado con España.

Mi equipo de fútbol después de ganar los provinciales de Nova Scotia.

Los primeros días de clase fueron una locura. En cada clase tenemos diferentes compañeros, así que iba de grupo en grupo conociendo a gente. No fue fácil, porque muchos canadienses son muy fríos, muchos no te contestan, pero conocía a muchos que son muy majos y ahora las clases son mejores y más divertidas.

En octubre comenzó la temporada de fútbol. Después de tres intentos conseguí entrar en el segundo equipo, el Junior  Varsity. Fue un mes muy intenso y en el que hice un montón de amigos. Además, ganamos los provinciales, el torneo que indica que somos el mejor equipo Junior Varsity de Nova Scotia. Una de las muchas cosas que nunca olvidaré de esta experiencia en Canadá.

Preparando la calabaza para Halloween.

A finales de noviembre fue Halloween. Hacía muchos años que no iba por las calles pidiendo caramelos, pero esta vez nos juntamos varios internacionales y fuimos de casa en casa. Fue tal y como en las películas, la única diferencia era que hacía menos cinco grados y nos estábamos congelando. Nunca había visto tantos caramelos juntos. Fue una noche alucinante y terrorífica a la vez.

Además, el programa de internacionales organiza muchas actividades y así hacemos amigos de otros países que también están buscando amigos. A mediados de noviembre nos llevaron a Halifax, a visitar Peggy’s Cove y Pearl Harbour, probablemente los dos lugares que más turismo reciben en Nova Scotia.

Con amigos de otros países en las orientaciones para estudiantes internacionales.

Después, ya que íbamos a Halifax, nos llevaron al centro comercial. Bridgewater, el pueblo donde estoy, no tiene demasiadas tiendas, así que muchos se gastaron demasiado dinero. Yo no tanto.

Después, a finales de noviembre, llegó lo que yo más había esperado de Canadá, la nieve. El primer día que nevó cancelaron las clases otra vez porque hacía menos 25 grados.

Tras tres meses y medio aquí, esto ya es una experiencia única e inolvidable. Sé que todavía va a ser mejor y espero hacer muchísimas cosas más. Yo voy a dar todo de mí para que sea mucho mejor de lo que ya es  y, a pesar de que sé que voy a pasar malos momentos, espero que los buenos superen a los malos. Tras este tiempo puedo decir que nunca me hubiera imaginado que esto me pudiera pasar a mí, y que es mejor que cualquier cosa que pudiese imaginarme antes de llegar.

 

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