Los escolares de cinco años fueron de excursión al Centro de Recursos interpretación y Estudios de la Escuela (CRIEME) de Polanco. Lo primero que hicieron fue subirse al autobús y abrocharse el cinturón. Cuando todos los cinturones estaban bien abrochados empezaron el viaje.

Una vez allí quedaron sorprendidos por el gran jardín que rodea el museo. El primer lugar donde entraron fue la biblioteca y allí, rodeados de libros, vieron un vídeo de cómo era la escuela de sus abuelos y bisabuelos. Una vez terminado, los monitores dividieron las clases en tres grupos que fueron rotando por los diferentes espacios durante el tiempo de la visita. Mientras unos veían los mapas, animales y bolas del mundo, otros visonaban las aulas antiguas, con sus pupitres, tinteros y pizarrines. El tercer grupo, mientras tanto, aprendía a situarse sin tener una brújula a mano guiándose por el sol o las agujas de los relojes.
Terminaron la visita haciéndose una foto todos juntos agradeciéndoles a los monitores el esfuerzo que habían realizado.

 

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