Iara es una de los diez estudiantes de 4º de ESO de Cantabria que han sido seleccionados por las becas de la Fundación Amancio Ortega para estudiar el próximo curso en Estados Unidos o Canadá. En este artículo la alumna del IES Valle de Piélagos explica cómo está viviendo la experiencia y cuál será su destino académico.
Faltan semanas para que empiece mi vida desde cero al otro lado del Océano Atlántico. Pero hace ya varios meses que comenzó mi experiencia. He tenido tiempo incluso de aprender algunas cosas que me hacen tener muchas ganas, pero no prisa.
En octubre del año pasado decidí presentarme a la convocatoria de Becas de la Fundación Amancio Ortega para estudiar 1° de Bachillerato en EEUU o Canadá pues estaba decidida a conseguir una oportunidad para estudiar en otra cultura. Esta beca resultó ser mi oportunidad pero, cuando yo aún no lo sabía, solamente pensaba en dar lo mejor de mí y ver qué pasaba. No dejaba de sorprenderme ir pasando las distintas fases de selección, pero pensé que podía atribuírselo a mis ganas y mi esfuerzo, que eran muy anteriores a la convocatoria.
Una vez conseguida la beca, la experiencia no se estanca en espera del avión que me llevará a mi destino: Ontario, Canadá. En absoluto. Ha habido mucho papeleo que hacer y jornadas de orientación pero, sobre todo, he conocido a mucha gente genial entre el resto de becarios de toda España a los que considero algo especial que me ha aportado la beca sin siquiera haber vivido todavía la aventura que esta me ofrece en un país extranjero.
Y todavía falta mucho por recorrer incluso antes de aterrizar en Canadá. Aún me queda por saber con que familia viviré el año que viene, pensar qué 22 kilos de las cosas que he acumulado durante 15 años merecen venirse conmigo y, por supuesto, lo más difícil, la despedida.
Pasaré diez meses en Canadá en los que espero conocer muchos puntos de vista diferentes, que enriquezcan mi forma de ser y de pensar; hacer amigos de otros países y vivir nuevas experiencias.
Como he dicho antes, tengo muchas ganas, pero el saber que dentro de pocos meses dejaré todo lo que tengo aquí para empezar una vida distinta en un país diferente me ha hecho apreciar aun más a las personas y sucesos de mi día a día en España. Siempre he sido de vivir en el presente, y eso haré durante los meses que me quedan para que cuando llegue el momento agridulce de decir adiós a un sitio y hola a otro, pueda también disfrutar al máximo de todo lo nuevo que llegue a mi vida.
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