Una alumna del IES María Telo entrevista a la responsable COVID de su instituto para participar en el I Concurso InterAulas de periodismo escolar. Funciones, cambios, protocolos e incluso el porqué de esta figura son algunas de las cuestiones que fueron resueltas. 

Pregunta.- Bueno, lo primero, buenos días, Isabel.
Respuesta.- Buenos días.

P.- Te voy a hacer una entrevista sobre el COVID este año. Entonces, la primera pregunta es ¿por qué hay un coordinador COVID en cada centro este curso? 
R.- Bueno, pues, dada la situación sanitaria, la Consejería de Educación lo decidió en el verano de 2020. Habíamos estado confinados y había que articular cómo empezar el curso. Se necesitaba a alguien que coordinase no se sabía muy bien el qué en ese momento. Me incorporé el 1 de septiembre al nuevo curso escolar, sabía que iba a ser la coordinadora COVID porque la directora del IES habló conmigo. Como llevaba el Plan de Salud y también por cuestiones horarias se decidió que fuera yo. No porque fuera la más lista ni la más preparada, ya que en esos momentos nadie estaba preparado para ser coordinador COVID. Supongo que por la novedad de la situación, la Consejería creó la figura, nombró a los coordinadores antes de establecer sus funciones. Es decir, al principio no estaban claras las funciones de esta figura.

P.- Entonces, la siguiente pregunta es sobre cuáles son algunas de las funciones más importantes que tienes como responsable COVID del centro.
R.- Las funciones principales al principio consistían en controlar la situación sanitaria. Sí es verdad que desde un principio se dejó claro que no teníamos que tomar decisiones sanitarias porque no estábamos preparados para ello. Se centraba en la aplicación del protocolo a nivel no solo de alumnado, sino de toda la comunidad educativa que estuviese en el centro. Si había síntomas, si había que tramitar PCRs o si esas personas daban positivo, si estaban confinadas y, sobre todo, lo más importante era estudiar los contactos estrechos que podían generar esas personas en el centro. Para mí, esa es la labor fundamental y en la que con el tiempo yo me he volcado más porque me parecía que era la más importante.

P.- Y, a ti, personalmente, de todas las funciones, ¿cuál es la que te ha resultado más difícil?
R.- La más difícil creo que es la de buscar los contactos estrechos, en especial del alumnado, porque son más y pueden tener… bueno… algún despiste o no dar toda la información. Pero, en general, se han portado de maravilla. Quien ha dado positivo ha sido sincero, ha dicho con quién ha estado y, bueno no sé si me adelanto a otra pregunta, pero las medidas han sido muy eficaces porque nadie que ha dado positivo ha generado contacto estrecho en el centro. Nadie.

P.- Bien. Eso está bien. Después, desde septiembre hasta ahora, mayo, ¿se han cambiado los protocolos? ¿Nos podrías contar en qué aspectos específicos han cambiado?
R.- El primero que se modificó, y que creo que fue un acierto, fue el de concretar los síntomas que podían desencadenar una prueba PCR. Al principio, yo creo que porque teníamos todos más miedo que vergüenza y pensábamos que al mes íbamos a estar unos confinados y otros en el hospital se puso un protocolo muy muy estricto que a nivel de prevención de riesgos sanitarios estaba genial, pero no se adaptaba a un centro educativo. Como por un ejemplo si alguien tenía algún síntoma. Síntoma es un dolor de cabeza, malestar físico, es decir, un catarro, una menstruación, una alergia, una migraña, te podía dar alguno de esos síntomas. En este caso, había que sacar a ese alumno del aula, aislarlo, sacar a sus compañeros, limpiar y ventilar el aula durante cuatro horas y a ese chaval tramitarle yo directamente, que no soy médico, una PCR (solo era dar los datos). Entonces, las primeras semanas era un caos y se ha ido gente a casa pues por eso, porque le venía la regla, porque tenía migrañas… nada por el COVID. El problema del COVID es que tiene unos síntomas muy comunes.

P.- Claro, muy generales.
R.- Muy generales. Entonces la Consejería vio esto y ya para octubre los concretó. Además, la situación en nuestro instituto era buena porque, al final, es un entorno rural, semirrural, y no hay mucha población y los pediatras estaban atendiendo a los alumnos el mismo día. Uno se ponía malo y se iba, y ese mismo día el médico, que es quien debe decidir, decía si se realizaba o no la PCR. Entonces esa primera parte ya no tenía que hacerla como responsable COVID y me centraba en los seguimientos de los positivos y de los confinados.

P.- Y ya la última pregunta es si te reúnes periódicamente con los responsables de otros centros.
R.- Hemos tenido tres reuniones en todo el curso online. Somos unos 400 de todos los centros educativos de Cantabria, desde Infantil hasta Bachillerato. A los que se suman los de Inspección de la Consejería. El equipo COVID de la Consejería sí se reúne semanalmente. Después hay un coordinador intermedio que es el que me avisa también de los casos. Con esa persona, que se encarga solo de determinados centros, tengo más relación.

P.- Muchísimas gracias por este tiempo.
R.- De nada. Encantada.