En un mundo lleno de miedos, no poder vernos las caras es una dificultad añadida. La expresión facial queda muy disminuida por las prevenciones de distancia y mascarillas. Como lo mejor que tiene el CEIP Jesús Cancio son su alumnado y su personal, desde el primer día de septiembre comenzamos con una campaña que llamamos #DoylaCaraporelCancio. En el colegio había bastantes maestras nuevas y un buen número de escolares recién llegados. No queríamos que la seguridad fuera una barrera. Pensábamos que debíamos dar confianza y mostrar nuestra cara más humana, sin ponernos nunca en peligro. Así nacieron las primeras iniciativas: en nuestras redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter) y en el blog publicamos vídeos de todo el personal del colegio presentándose sin mascarilla.
Con muy buen espíritu de equipo, se apuntaron todos los docentes, el personal de limpieza y el servicio de orientación. Esta iniciativa sirvió para crear cohesión y conocernos un poquito mejor. Cada uno contó cuáles eran sus aficiones y mostró su mejor sonrisa. Los comentarios de los niños fueron muy divertidos y sirvió para ver a la persona detrás de la máscara. Por fin podían ver nuestra sonrisa. También las familias, que ahora no pueden acceder al centro ni entrevistarse con los tutores, pudieron ver nuestro rostro y nuestros gestos faciales desde sus casas.
Curiosamente, la realización de las reuniones de trabajo por Teams también ayudó a conocernos mejor entre los compañeros. Dentro de la seguridad de nuestras casas, pudimos reírnos y ver nuestra expresión sin limitaciones.
En la puerta de cada aula está la foto del personal que suele ocuparlo, con su nombre, como parte del plan lector. Es una forma de dar la bienvenida y de que los pequeños puedan aprender nuestros nombres y asociarlos con cada uno, practicando la lectura significativa.
Otra de las actividades más divertidas fue que en Navidad creamos un bingo de caras. Los cartones se compusieron con los rostros y el nombre de todos los que trabajan en el colegio Jesús Cancio. Repartimos un cartón con nueve caras con su correspondiente nombre. Las clases participaron por Teams, oyendo cómo se «cantaban» las caras dando pistas para adivinarlas antes de enseñarlas a cámara.
También, en el día a día, todo el personal del colegio porta una identificación con su cara y su nombre en mayúsculas, para que siempre sepa el alumnado con quién está tratando. Esto es muy útil incluso con los visitantes al colegio, que pueden ver a quién se dirigen sin necesidad de correr ningún riesgo.
Seguiremos reforzando esta campaña, procurando que las niñas y niños y toda la comunidad escolar pueda establecer relaciones de confianza y vinculación con el Cancio, sin que los protocolos de seguridad frenen nuestro deseo de conocernos y compartir aprendizajes.