El proyecto CanSat de ESERO Spain da paso al equipo OSIRIS

El proyecto CanSat de ESERO Spain (European Space Agency) fue el punto de partida de OSIRIS, un equipo compuesto por cuatro centros educativos repartidos por la geografía de Cantabria: IES José Hierro de San Vicente de la Barquera, CC Apostolado del Sagrado Corazón de Jesús de Medio Cudeyo, IES Villajunco y CC Miguel Bravo-AA La Salle de Santander. Tras participar de forma independiente en la fase regional, se les ofreció la posibilidad de acudir como un único equipo invitado a la fase nacional, uniendo los puntos fuertes de cada uno de los proyectos que se propusieron.

Lanzamiento del cohete.

La oferta fue aceptada con entusiasmo como un reto nada fácil donde habría que superar dificultades, como las distancias entre centros y los diferentes horarios de actividad entre estos. Lo que, inicialmente, podría haber resultado como un puzle con piezas difíciles de encajar, desembocó en un proyecto que, gracias a la buena organización, coordinación y distribución del trabajo, así como la gran cohesión conseguida entre los miembros del equipo, no solo sumó lo mejor de cada uno, sino que les hizo crecer en conocimientos y habilidades. Surgió un proyecto totalmente nuevo, fruto del trabajo no solo de estudiantes y profesores participantes, sino de otros miembros de la comunidad educativa muy implicados. Este proyecto fue merecedor de distinciones como la de ser seleccionado como una de las ‘35 experiencias destacadas’ y galardonado con el premio ‘Mejor experiencia educativa en Inteligencia Artificial’.

OSIRIS realizando una prueba de telecomunicaciones.

¿Qué es el proyecto Cansat?

El proyecto CanSat consiste en crear un satélite del tamaño de una lata de refrescos, que se lanza en un cohete a una altura de 1 km, desde donde se deja caer. En su descenso, que debe ser a una velocidad de entre 8 y 12 m/s, el CanSat tiene que tomar datos de temperatura y presión cada segundo y enviar esos datos a la estación de Tierra. Para ello, los equipos deben diseñar e imprimir en 3D la carcasa del satélite; hacer los cálculos para el diseño del paracaídas, que garantice el descenso seguro; diseñar y programar los dispositivos y sensores que llevará en su interior, así como diseñar y fabricar la antena receptora de la estación de Tierra y, además, llevar a cabo una misión científica que será elegida por cada equipo como medición de CO₂, aceleración o, como en nuestro caso, análisis de imágenes para su posterior análisis con una IA para un posible uso en lucha contra el fuego, contra el tráfico de sustancias y localización de distintos tipos de terrenos, zonas de agua, etc. A todo esto, se le añade una ardua labor de difusión del proyecto en la comunidad educativa, medios de comunicación, a través de redes… y de financiación mediante la búsqueda de patrocinios por parte de distintas empresas y entidades que apoyaron el proyecto.