En lo que va de año no son pocas las víctimas por violencia de género en nuestro país, muchas de ellas ni siquiera habían denunciado y, otras tantas, no habían notificado indicios previos de violencia. Esto debe hacernos reflexionar sobre el mundo en el que vivimos. Un mundo en el cual una persona, sin motivo racional y en muchas ocasiones sin antecedentes violentos, decide matar a su mujer o pareja por el simple hecho de serlo. ¿Qué puede llevar a una persona a cometer semejante barbarie?

En realidad, se trata de una escalada de comportamientos y acciones conocido como ‘Termómetro de la violencia’, algunos comienzan siendo insignificantes para la mayoría de las personas, como comentarios o malas miradas por cosas simples que pueden confundirse con los celos. Poco a poco esas acciones van aumentando de temperatura en el termómetro citado, el cual tiene como máxima el asesinato.

En lo que va de año se han recogido en Cantabria un total de 1.173 denuncias por violencia de género. Respecto al año 2023 estas denuncias se han visto reducidas considerablemente, pero eso no quiere decir que sean pocas ni que sea un dato que marca una tendencia clara. Donde más denuncias se han presentado es en Santander (municipio con un mayor número de habitantes), seguido de Torrelavega. En lo que va de año se han registrado en la capital cántabra en torno a 550 demandas del tipo viogén, es decir, por violencia de género. En oposición, el municipio que menos ha recogido en lo que va de año es Reinosa, con 23 notificaciones.  

             

En los últimos años, desde 2021, no ha habido mujeres víctimas mortales de violencia de género en nuestra región, como tampoco ha habido menores víctimas de esa misma violencia denominada en este caso concreto violencia vicaria. Lo que no significa (a tenor de las denuncias) que no exista todavía un clima de violencia contra la mujer en nuestra comunidad autónoma. Estas cifras nos deben hacer reflexionar, procurar poner rostro a estas más de mil mujeres que se han visto obligadas a denunciar a sus parejas por miedo a perder su integridad física y emocional.

Fuente: Ministerio de Igualdad – Estadísticas