El deporte de la vela desarrolla la actividad física en los jóvenes, tiene beneficios tanto a nivel físico como psicológico en la salud y enseña valores importantes como la disciplina, o el compañerismo. También, se aprende a generar expectativas realistas de nosotros mismos y a gestionar emociones.
En estos últimos años, el deporte de la vela ha sido un parte esencial en mi vida. Me ha aportado numerosas experiencias, conocimientos, valores, pero, sobre todo, gusto por el deporte y la actividad física y la necesidad de hacer deporte siempre que puedo.
Es un deporte increíble y muy completo. Entre otros, podemos destacar aspectos como la conexión con la naturaleza y el mar; la sensibilidad con el medio ambiente; la aceptación de las condiciones y el clima.
En primer lugar, el deporte y la actividad física en los jóvenes son esenciales, y tienen muchísimos beneficios, tales como el desarrollo tanto a nivel físico como psicológico, beneficios en la salud, y nos enseña la importancia de aspectos importantes en nuestra rutina, como el sueño, la nutrición y la actividad física.
En segundo lugar, enseña valores importantes como la disciplina, el compañerismo, el esfuerzo, la ambición, la amistad, la valentía, el compromiso….. Además, aprendes la importancia de ganar y perder y saber sobrellevar ambos; aprendes a afrontar las derrotas y los triunfos, a generar expectativas realistas de nosotros mismos, a gestionar emociones, etc.
El deporte de la vela me ha permitido viajar junto con mis compañeros e ir a otros lugares como Cádiz, Vigo, Valencia… Allí he conocido gente nueva y he vivido muchas experiencias. Cuando viajamos solemos ir en furgoneta con nuestro entrenador y con un remolque detrás con nuestros barcos. Son viajes largos y, personalmente, me supone un esfuerzo considerable compatibilizar estos desplazamientos con las clases y exámenes, además de que volvemos agotados. Por otro lado, disfruto muchísimo porque me aporta mucho a nivel deportivo y me permite conocer más deportistas de otras de otras comunidades, a los que me hace ilusión volver a ver en otras regatas. Además, al viajar a lugares como Palma de Mallorca o Cádiz, disfrutamos de las altas temperaturas y el buen tiempo; y podemos ver desde el mar los aviones que aterrizan en el aeropuerto de Mallorca o el Puente de la Constitución en Cádiz.
En verano, navegar en Santander es una maravilla; ir a la duna y ver todos los niños pequeños que están haciendo un cursillo de verano y que van a empezar a navegar; que haga bueno y haya nordeste; ver delfines de vez en cuando fuera de la bahía; ir al club a tomar un pincho disfrutando de las vistas si no hay viento…, Por otro lado tenemos las tormentas de verano, que son peligrosas y hay que tener mucho cuidado.
También me gusta salir los sábados en un J80, que es un barco grande de 5 personas, en los que navegamos con gente mayor, que sabe mucho y ha vivido muchas experiencias, de los que aprendemos mucho. Aunque los días de invierno con mucho viento y lluvia son duros, son los que mejor te sientes cuando llegas a tierra y más orgulloso estás.
En conclusión, el deporte de la vela es precioso, hay muchas condiciones diferentes y cosas buenas, pero para mí navegar y disfrutar cada finde de la bahía de Santander es fascinante.
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