‘Comer con sentido’ implica una conexión más profunda con los alimentos que elegimos; significa ser conscientes de dónde provienen nuestros alimentos, cómo se producen y cómo impactan en nuestra salud y en el mundo que nos rodea. Este fue el tema elegido de la cuarta edición del Concurso InterAulas de periodismo escolar y estos los trabajos de Aisel, Mikaela y Olga, estudiantes del colegio San José de Santander. 

LUCÍA
Por Aisel María Santana, estudiante de 3º ESO del colegio San José Santander

Érase una vez un niño que se llamaba Héctor. Héctor era un niño simpático, amable y cariñoso con todo el mundo; tenía un grupo de amigos muy grande, se llevaba bien con todo el mundo y, sobre todo, con Mark y Nico, sus mejores amigos. Un día, en el colegio, conoció a una niña llamada Lucía. Iban juntos al colegio pero a diferentes clases. Se dieron cuenta de que tenían amigos en común y se hablaban pocas veces. 

Un día se juntaron en el patio y se pusieron a hablar mucho. Y desde ese día fueron inseparables. Cada vez que podían se iban y se ponían a hablar. Héctor le presentó sus amigos a Lucía, a Mark y Nico, y Lucía le presentó sus amigas a Héctor, que eran Carla y Alba. Se fueron conociendo, compartían momentos todos juntos, y Lucía y Héctor se hicieron novios. Siempre estaban juntos, quedaban todos los fines de semana y en vacaciones también. Todo era muy bonito hasta que llegó verano. Lucía y Héctor solían discutir, porque tenían desacuerdos o inseguridades. Héctor siempre iba a la playa con Mark y Nico, y a Lucía no le gustaba por las inseguridades que le causaba, porque tenía miedo de que su relación se acabara. Entonces Lucía empezó a tener muchos problemas con la comida: empezó a comer mucho, le daban atracones, tenía insomnio, empezó a sobrepensar* por las noches, y  empezó a desconfiar sobre lo que le decía Héctor, ya que él siempre le decía que era la única, que las demás no le importaban, y que solo tenía ojos para ella. Lucía no se creía nada de eso, pero aún así lo quería, y quería estar con él. Entonces Lucia quedaba con sus amigas Carla y Alba, iban a fiestas discotecas, hacían picnics para olvidarse de sus problemas y despejarse un poco, pero sus amigas no sabían lo que le pasaba a Lucía. Ellas siempre la veían bien, pero no lo estaba, y nadie se dio cuenta de eso. 

Pasados unos meses, Lucía empezó a engordar por sus problemas con la comida, ya que, cuando estaba mal, le daban atracones y no tenía a nadie para que la ayudara. En su casa, su familia no se daba cuenta, ya que siempre vestía con sudaderas, pero un día que quedó con su novio se dio cuenta de que algo no estaba bien. Se pusieron a hablar sobre su relación. Lucía le dijo todo lo que no le gustaba que hiciera, también le contó sobre los problemas que tenía con la comida, que tenía atracones, que por las noches no dormía o dormía poco y que desconfiaba de él. Héctor lo entendió y le dijo que iba a cambiar para que ella estuviera bien. Entonces le dijo que tenía que comer con sentido, que no podía tener atracones, la ayudó a tener una dieta equilibrada… Con el paso del tiempo, Lucia fue cambiando gracias a Héctor: empezó a adelgazar, a estar como antes, dejó de tener insomnio, ya que Héctor solía dormir con ella los fines de semana, para que ella estuviera segura y se sintiera cómoda. Lucía dejó de sobrepensar*, ya que con el cambio de Héctor no tenía motivos para hacerlo, y empezó a confiar más en él. Con ese cambio Lucía se sentía muy feliz y estaba orgullosa de tener a Héctor en su vida.

 

¿DE DÓNDE PROVIENEN LOS ALIMENTOS?
Por Mikaela Gloria María Rosales Núñez, alumna de 1º de ESO del colegio San José de Santander

Casi todos los alimentos son de origen animal  o vegetal. Los alimentos que provienen de fuentes animales o vegetales incluyen varios hongos comestibles incluido los champiñones. Muchas culturas comen algas y, adicionalmente, la sal es frecuentemente consumida como saborizante o conservador. Muchas plantas o sus partes son comidas como alimentos .

Existen aproximadamente 200 especies de plantas cultivadas para alimento. Los alimentos de origen vegetal pueden ser clasificados con los nutrientes necesarios del crecimiento inicial de las plantas. De hecho, la mayoría de todos los alimentos consumidos por los seres humanos son semillas. Esto incluye cereales (como el maíz y el trigo) frijoles, guisantes y lentejas, junto con las nueces.

La alimentación es una parte fundamental de la vida humana, no sólo en términos de nutrición física sino también en lo que respecta a nuestra cultura, salud y relación con el medio ambiente. En la era moderna, donde la comida rápida y procesada es omnipresente, es esencial reflexionar sobre el concepto de «comer con sentido». Este enfoque implica una conexión consciente con los alimentos que consumimos, considerando su origen, impacto en la salud y en el medio ambiente, así como su significado cultural y social.

Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han tenido una relación íntima con los alimentos. Más allá de la simple ingesta para satisfacer el hambre, la comida ha desempeñado un papel central en nuestras vidas, marcando celebraciones, rituales y momentos significativos. Sin embargo, con la industrialización y la globalización, esta conexión se ha vuelto cada vez más distante.

Una alimentación consciente consiste en prestar atención a lo que comemos, cómo lo comemos y por qué lo comemos. Implica sintonizar con las señales de nuestro cuerpo, honrando nuestras necesidades nutricionales y emocionales. Comer con sentido no se trata sólo de elegir alimentos saludables, sino también de practicar el autocontrol y la moderación. Además, estudios han demostrado que una alimentación consciente puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas, promoviendo así un mayor bienestar físico y emocional.

La forma en que producimos y consumimos alimentos también tiene un impacto significativo en el medio ambiente. La agricultura intensiva, el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes, la deforestación y la emisión de gases de efecto invernadero contribuyen al cambio climático y a la degradación del medio ambiente. Optar por una alimentación más sostenible y basada en plantas puede ayudar a reducir nuestra huella ecológica, preservando los recursos naturales para las generaciones futuras.

La alimentación consciente también nos invita a considerar las implicaciones éticas de nuestras elecciones alimenticias. Esto incluye aspectos como el bienestar animal, la equidad en el acceso a los alimentos y la justicia social en toda la cadena de suministro alimentario. Al apoyar prácticas agrícolas sostenibles, comercio justo y agricultura local, podemos promover un sistema alimentario más ético y equitativo para todos.

Es importante comer con sentido porque nos ayuda a : 

  • alcanzar y mantener el peso adecuado
  • mejorar la salud
  • mejorar el nivel de energía
  • mejorar la claridad mental
  • mejorar la resistencia al estrés
  • aprender a comer con atención

También consiste en aportar grandes satisfacciones y beneficios. La alimentación ha sido una importante fuerza selectiva en la evolución humana .

Una parte fundamental de comer con sentido es prestar atención a la calidad de los alimentos que consumimos. Optar por productos frescos, naturales y, siempre que sea posible, orgánicos, nos asegura que estamos proporcionando a nuestro cuerpo los nutrientes esenciales que necesita para funcionar correctamente. Además, al priorizar los alimentos de temporada y apoyar a los agricultores locales, no solo estamos obteniendo productos más frescos y sabrosos, sino que también estamos contribuyendo a la sostenibilidad de nuestro entorno y la economía local.

Además de cuidar nuestra salud física, comer con sentido nos invita a considerar el impacto ético y ambiental de nuestras elecciones alimenticias. La agricultura industrial y la producción en masa de alimentos pueden tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente, desde la deforestación hasta la contaminación del agua y el suelo. Al optar por alimentos producidos de manera sostenible y ética, como productos orgánicos, de comercio justo o de origen local, podemos reducir nuestra huella ambiental y contribuir a un mundo más equitativo y justo para todos.

Comer con sentido también nos recuerda la importancia de disfrutar de nuestros alimentos con gratitud y aprecio. En lugar de comer de manera apresurada o distraída, tomarnos el tiempo para saborear cada bocado nos permite disfrutar plenamente de la experiencia culinaria y cultivar una relación más consciente con la comida. Además, compartir una comida con amigos y seres queridos nos brinda la oportunidad de fortalecer los lazos sociales y celebrar la importancia de la comunidad en torno a la mesa.

En resumen, comer con sentido es mucho más que simplemente alimentarse; es un acto de cuidado propio, respeto por el medio ambiente y conexión con los demás. Al adoptar una actitud más consciente hacia nuestra alimentación, no solo mejoramos nuestra salud y bienestar personal, sino que también contribuimos a la creación de un mundo más saludable y sostenible para las generaciones futuras.

Comer con sentido implica una conexión más profunda con los alimentos que elegimos. Significa estar conscientes de dónde provienen nuestros alimentos, cómo se producen y cómo impactan en nuestra salud y en el mundo que nos rodea. Optar por alimentos frescos, locales y de temporada no solo nos asegura una mayor calidad nutricional, sino que también apoya a los productores locales y reduce nuestra huella ambiental al disminuir la necesidad de transporte de larga distancia y el uso de productos químicos para su conservación.

La alimentación consciente también nos invita a sintonizar con las señales de nuestro propio cuerpo. En un mundo donde abundan las dietas de moda y los alimentos procesados, es fácil perder de vista nuestras necesidades nutricionales reales. Comer con sentido implica escuchar a nuestro cuerpo, honrando sus necesidades y disfrutando de una variedad de alimentos que nos proporcionen los nutrientes esenciales que necesitamos para mantenernos saludables y llenos de energía.

Además de cuidar nuestra propia salud, comer con sentido también nos permite considerar el impacto ético y ambiental de nuestras elecciones alimenticias. La agricultura industrial y la producción masiva de alimentos pueden tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente, desde la deforestación hasta la contaminación del agua y del aire. Al optar por alimentos producidos de manera sostenible y ética, como productos orgánicos, de comercio justo o de origen local, podemos contribuir a la preservación de los recursos naturales y al bienestar de los animales y las comunidades agrícolas.

La energía con la que afrontamos el día a día depende principalmente de nuestra alimentación.Somos lo que comemos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que creemos y tenemos la energía de lo que asimilamos”. Uno debe seguir un sistema nutricional acorde a sus necesidades, a su composición corporal, a su grado de actividad física, a su flexibilidad metabólica, a su tolerancia alimentaria, a su mayor o menor dificultad para mantener un peso graso aceptable, a su salud intestinal y a su estado nutricional, dado que actualmente son varios millones los españoles quienes presentan carencias en uno o varios nutrientes básicos, como el hierro, el magnesio, el zinc, el cromo, el yodo, la vitamina A, la vitamina B12, la vitamina C, la vitamina D, el ácido fólico, la colina y los ácidos grasos omega 3, entre otros. Son tantos quienes presentan deficiencias que de seguir así llegará un momento que será difícil encontrar a uno que no padezca alguna de ellas. Está “enmascarada desnutrición” produce fatiga crónica y es “una de las causas” de que uno picotee de forma constante, buscando quizás los nutrientes que necesita y que parece ser nunca encuentra.

Comer con sentido implica más que simplemente saciarnos; se trata de elegir alimentos que nutran nuestro cuerpo y nuestra mente de manera equilibrada. En lugar de dejarnos llevar por los caprichos del paladar o las tendencias de moda dietética, debemos de cuidar nuestros hábitos alimenticios, ya que lo que comemos afectarán nuestra salud a corto y largo plazo.

En resumen, comer con sentido es más que simplemente satisfacer nuestro hambre; es un acto consciente y reflexivo que reconoce la importancia de cuidar nuestra salud, el medio ambiente y el bienestar de los demás seres vivos. Al adoptar una perspectiva más consciente hacia nuestra alimentación, podemos cultivar una relación más saludable y armoniosa con los alimentos que consumimos, promoviendo así un estilo de vida más sostenible y compasivo para nosotros y para las generaciones futuras.

 

COMER CON SENTIDO
Por Olga Noemí Ojeda Torales, alumna de 1ºESO del colegio San José de Santander. 

El origen de los alimentos suelen ser de origen vegetal y animal que, muchos de ellos, tienen nutrientes esenciales para el ser humano, nutrientes como carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas o minerales.

Fuentes de alimento

La mayoría de alimentos que existen en el planeta son de origen vegetal y animal, pero, también hay alimentos a base de hongos que se pueden dividir en mohos y levaduras. Las levaduras son utilizadas para panes o para postres. Los mohos, por otro lado, no son recomendados para su digestión, ya que invaden al sustrato muy rápidamente.

Historia

El alimento es una necesidad súper importante para el ser humano  ya sea para animales como para las plantas.Su consumo debe ser obligatoria, ya que si no lo consumes, podrías contraer una enfermedad, pero por otra parte, su consumo muy excesivo, podrías contraer otras enfermedades totalmente diferentes como el sobrepeso, entre otras enfermedades más.

Es por eso, que en el consumo de bebidas y cosas sólidas, debe ser muy moderado.

Los alimentos más consumidos son por ejemplo:productos lácteos, tipos de carnes, verduras, algunas plantas, etc. 

Ya con los alimentos más importantes para el ser humano, y por supuesto, que para los animales también, se van creando otros nuevos alimentos normales, inventados o ya sean típicos de una comunidad, país o pueblo, que, cada día van mejorando más y más con sus técnicas .

Por otra parte, y creemos que sea la más importante de todas, por ejemplo, en los alimentos de origen vegetal, es super importante la fertilidad de la tierra en la que cultivamos nuestros productos, ya sean verduras, entre otras.

Y ya para acabar con la historia.En los productos de origen animal, es muy importante el cuidado de los animales,por ejemplo, de las vacas, que producen leche, hay que cuidar muy bien de ellas, porque sin el cuidado adecuado, no tendríamos en nuestras manos estos alimentos que necesitamos día a día para el crecimiento y para el desarrollo.

A continuación, os enseñaré algunos platos o comidas típicas, entre postres, de algunos países de europa, áfrica, latinoamérica, etc.

Platos  típicos

Europa, tiene un sinfín de platos típicos,muy variada, ya que tienen postres entre comidas saladas, entre ellas, en España, la paella, en Italia, la pizza…

Empezaremos con una de las más típicas de todo el mundo:

– La Pizza

Desde Nápoles, hasta Italia, uno de los platos más típicos de europa y del mundo, caracterizada también por sus ingredientes principales:pan, salsa de tomate y queso mozzarella.También, en la pizza, hay un sin fin de sabores de pizza más en el mundo, como por ejemplo: la pizza sabor pepperoni, la pizza hawaiana, que uno de sus ingredientes principales es la piña, la pizza 4 quesos, etc. 

La pizza tiene una forma totalmente plana y suele ser redonda, elaborada con harina, levadura, agua y sal, que tradicionalmente, está cubierta con salsa de tomate.

– La Paella.

La Paella, o también conocida como arroz a la paella, que es una receta de cocina, especialmente, a base de arroz.Tiene un origen actual de Valencia, muy popular en España y por supuesto, por casi todo el mundo. Como ya hemos visto su ingrediente principal, también puede contener varios ingredientes más, con el pollo, carne de conejo, langostino y mejillones.

-El Asado Criollo.

El asado criollo,más conocido como parrillada, que es de origen argentino, basada principalmente de carne vacuna, que consiste en cocinar la carne con otros ingredientes opcionales, como el chorizo…Cociéndose sobre una parrilla con carbón vegetal o madera de bajo, o también puede ser cocida sobre una parrilla de gas.

 

 

* Según la RAE (#RAEconsultas)Es preferible usar en español expresiones como «pensar demasiado», «dar (demasiadas) vueltas [a algo]), o, coloquialmente, «comerse el tarro/la cabeza». «Sobrepensar» es un término correctamente formado, pero no está generalizado en el uso en español.