A raíz de la pandemia nos hemos habituado a leer, a ver o a escuchar noticias relacionadas con la salud mental. A términos ya conocidos como ‘ansiedad’, ‘depresión’ o ‘estrés postraumático’ se le suma ahora uno nuevo: ‘fatiga pandémica’. El protagonismo que ha cobrado la COVID en relación con la salud mental no puede, no DEBE, restar importancia a fenómenos como los TCA (trastornos de conducta alimentaria) contra los que luchan muchos (mayoritariamente “muchas”) adolescentes. Esta es la batalla que libra consigo misma una chica de vuestra edad quien, bajo el pseudónimo de Josephine Thirteen quiere mostraros esa realidad, SU realidad, a la que se enfrenta de manera directa, de TÚ a TÚ, en unas cartas que evidencian determinación, fuerza mental y deseo de superación.
Querido TCA:
Un día empecé a sentirme mal conmigo misma, me sentía insuficiente. Llegaste tú y me prometiste que si te dejaba entrar en mi vida conseguiría mis metas, podría ser feliz.
Te recibí con los brazos abiertos, contenta por obtener tu ayuda. Seguí tus órdenes, prohibí comida, me aislé, me machaqué haciendo deporte y aún así seguía sintiéndome mal. No podía soportar más, pero cada vez que quería abandonarte me susurrabas “nadie te querrá si no eres atractiva” o “aguanta un poco más que no pasa nada por un poco de hambre”. Por ello continué matándome de hambre para complacerte y que llegase la felicidad que tanto me decías porque según tú:
No comer = Delgada Delgada = Felicidad
Cada vez que te desobedecía, me castigabas restringiendo más comida, exigiéndome con el deporte, machacándome mentalmente y también me hacías sentir mal por haber comido.
Hoy en día sigues aquí, obstaculizando mi recuperación y prometiéndome tener una figura delgada. Quiero que te vayas. Vete, déjame volver a ser yo; vete, deja de consumirme. Vete, y no vuelvas.
Querida depresión:
No sé exactamente qué día llegaste a mi vida, pero ya nos conocemos desde hace un tiempo.
Contigo, junto a la baja autoestima, aprendí que no valgo nada, que la vida no merece la pena, que nadie me quiere, que soy fea e inútil, que tengo mala suerte y que no vale la pena esforzarse porque nunca conseguiré avanzar. Te llevaste mi felicidad demasiado pronto, y me repites cada día que morir es la solución para este dolor y cansancio.
Me provocaste tal cansancio que desde entonces se me hace imposible levantarme de la cama y lo único que quiero al empezar el día es que llegue la noche para volver a dormir. Me aíslas de todo y de todos. Y eliminas de mí ser aquello que me hace única.
Pero ¿sabes qué? Poco a poco desaprenderé todo aquello que me enseñaste y volveré a sentirme bien con todo, pero, lo más importante, me sentiré bien conmigo misma. Descubriré que la vida no es de color negro, pero tampoco rosa como uno desea, que el color lila está bien. Sonreiré más que nunca viendo lo bueno de la vida. Te dejaré ir, como hay que dejar ir las cosas malas. En un futuro no muy lejano tu estancia en mi vida habrá terminado y yo seré más fuerte que nunca.
Más información:
https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/trastornos-de-la-conducta-alimentaria
https://www.consumer.es/alimentacion/tca-trastorno-que-hacer.html