Guillermo Moreno es uno de los pocos españoles que aún vive en Líbano. Es un Hermano de La Salle que ha desempeñado su labor docente en centros de La Salle de Galicia, Portugal o Valladolid y que desde hace tres años llegó a este país de Oriente Próximo a petición de la Institución. Allí participa en Proyecto Fratelli, una iniciativa que atiende desde hace nueve años a más de 1.300 personas, en su mayoría refugiados sirios, a través de 20 programas sociales y educativos. Cuentan con alfabetización para niños y adultos, cursos de formación profesional, planes para madres con bebés, para mujeres y adolescentes, apoyo psicosocial… Hablamos con él a través de videollamada y reproducimos las respuestas que dio a nuestras preguntas en modo entrevista.

El Proyecto Fratelli nace de las sinergias de dos congregaciones educativas como son La Salle y Maristas. Desde hace años trabajan con población refugiada siria, en lo alto de una colina de la localidad de Rmeileh, situada en los alrededores de la ciudad libanesa de Sidón y a unos 35 kilómetros de Beirut. Más allá del conflicto armado, hemos querido conocer la labor que realizan allí con la población local y con la población refugiada siria que tuvo que dejar toda su vida atrás al huir de la guerra.

Pregunta.- ¿Qué te motivó para unirte al Proyecto Fratelli en Líbano?
Respuesta.- Cuando le hablaron de ir a Líbano estaba sorprendido y preocupado por el asunto de los idiomas, pero aceptó puesto que siempre le han atraído los proyectos con los necesitados.

P.- ¿Cómo ha cambiado tu perspectiva sobre la vida y la fe desde que llegaste a Líbano?
R.- Durante su trabajo en Líbano ha aprendido mucho. La interculturalidad y la interreligiosidad que ha podido ver le ha abierto la mente.

Guillermo junto a personas implicadas en el Proyecto Fratelli en Líbano.

P.-¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado en tu trabajo con los refugiados sirios?
R.-Ahora mismo están en guerra con bombardeos muy cerca del centro, cosa que nunca se imagino que viviría. Han ayudado a familias que han venido desplazadas desde el sur, teniendo que escuchar sus historias y verles sin nada.

P.-¿Podrías describir un día típico en el centro donde trabajas?
R.-Por la mañana tienen una oración y el desayuno, después de eso, acompañan a los buses y los niños. Después se realizan distintos tipos de talleres y programas como, por ejemplo, alfabetización o taller de costura. Se marcha el turno de la mañana, comen y viene el de la tarde para hacer otras actividades como apoyo psicológico, inglés o formación profesional. Cuando se terminan las actividades hay oración comunitaria y cena.

Las reporteras de La Salle entrevistando al hermano Guillermo.

P.-¿Qué tipo de formación o preparación recibiste antes de venir a Líbano? ¿Para el trabajo que desarrollas es necesario algún tipo de formación específica?
R.-Antes de ir a Líbano, estuvo un mes en Irlanda para mejorar su inglés, puesto que es la lengua que usan allí para comunicarse. También tenía la experiencia de antiguas misiones al ser hermano. Él es el responsable de la contabilidad y de la relación con los donantes europeos. Para poder trabajar en ello, ha tenido que aprender sobre la marcha, porque no ha trabajado nunca en este área.

P.-Desde que empezó el conflicto habrás vivido situaciones más duras, más difíciles de lo que estarías acostumbrado ¿Dónde has encontrado fuerzas para seguir trabajando día a día?
R.-El hermano Guillermo cuenta que aunque hayan vivido muchas dificultades en Líbano, lo más duro es la guerra que actualmente está ocurriendo allí. Dice que siempre encuentra fuerza en la fe, en la que encuentra la alegría y la paz. Para él, Dios es el motor que le sostiene y llena de esperanza. También ha tenido el apoyo mutuo dentro de la comunidad.

Niños y niñas realizando actividades escolares en el centro.

P.- ¿Qué papel juegan la educación y las actividades recreativas en la recuperación de los niños refugiados?
R.-La educación que reciben y las actividades que realizan les hacen un impacto muy grande. No solo le abren las puertas a un futuro laboral y social, también obtienen unos valores universales y una ayuda para avanzar. También se sienten seguros y felices en Fratelli, en donde tienen un vínculo familiar.

P.-¿Qué historias de resiliencia y esperanza has presenciado entre los refugiados?
R.-Una historia de las miles que ha presenciado es la de Fátima. Ella se quedó viuda con cinco hijos, viviendo en unas condiciones pésimas y de gran pobreza. Empezó a ir a Fratelli a distintos talleres como el de costura y comenzó a hacer vestidos desde su casa. Sus hijos están en Fratelli y lo consideran como familia.

P.-¿Cómo manejas el estrés y la ansiedad en un entorno tan volátil?
R.-Durante las últimas semanas ha estado en estado de alerta, pero los momentos de oración y convivencia le ayudan mucho. Al igual que tener una misión concreta que realizar.

Elena y Estela durante la entrevista realizada a Guillermo.

P.- ¿Qué tipo de apoyo recibes de la comunidad local y de organizaciones internacionales?
R.- El proyecto Fratelli recibe todo el dinero necesario vía donaciones, especialmente de organizaciones cristianas de Europa y América. Por parte del gobierno libanés no reciben mucha ayuda o mejor dicho, les complica más, haciendo que tengan que cobrar muchos impuestos. Y de parte de las personas a quienes atienden no les cobran nada, puesto que al ser tan pobres los programas son gratuitos.

P.-¿Cómo ha evolucionado el Proyecto Fratelli desde que te uniste?
R.-Durante los tres años que él ha estado en el proyecto ha evolucionado mucho, ahora con 1.300 refugiados. Sobre todo el primer año de esos tres, en el que hubo nuevos programas y beneficiarios, y se unieron nuevas personas. Este último año han tenido que cambiar varias cosas por la guerra y ser creativos todos los días.

P.-¿Qué impacto crees que tiene vuestro trabajo en la vida de los niños y las familias refugiadas?
R.-Fratelli tiene un impacto muy grande, enseñando valores universales y abriéndose la mente. Muchos les han dado las gracias por haberse quedado allí.

P.-¿Podrías compartir alguna anécdota que te haya marcado profundamente en los últimos dos años?
R.-Una tarde durante sus primeros días, volviendo de un paseo hacía el mar, se encontró con muchos niños saliendo de unas chabolas para cogerle la mano y darle fruta. También le llamaban “frere”, es decir hermano. Toda esa generosidad y hospitalidad le sigue emocionando. 

Guillermo con parte del equipo del centro de Líbano.

P.-¿Qué le dirías a alguien que está considerando unirse a una misión similar?
R.-Él recomienda hacerse voluntario, primero en un contexto local y luego puede que a nivel internacional. Para una misión internacional deberías primero tener una experiencia previa, un nivel mínimo de inglés para poder comunicarse y cierta madurez a la vez que querer vivir en comunidad.

P.-¿Cómo ves el futuro del Proyecto Fratelli y de los refugiados sirios en Líbano?
R.-Muchos refugiados sirios no pueden regresar a su país y se quedarán en Líbano. Por otro lado, Fratelli ya no solo es para refugiados, ahora está abierto a todas las personas vulnerables.

P.-¿Hay algún tipo de colaboración entre religiosos de otras congregaciones o religiones?
R.-Fratelli se creó por dos congregaciones: La Salle y Maristas, pero por el momento también hay una pareja de voluntarios vinculados a la congregación de los Redentoristas.

P.-¿Cómo pueden las personas de otros países apoyar el trabajo que haces?
R.-En España, PROYDE, SED y MANOS UNIDAS están recaudando fondos para Fratelli. También han presentado una campaña de emergencia a distintas ONGs de Europa para ayudar a 10.000 personas en los próximos tres meses aproximadamente.

P.-¿Qué mensaje te gustaría enviar a la comunidad internacional sobre la situación en Líbano?
R.-El hermano Guillermo nos cuenta que todos los seres humanos somos hermanos y hermanas y opina que necesitamos promover la fraternidad universal de la que tanto habla el papa Francisco.

 

Más información:

Fundación La Salle

https://www.rtve.es/temas/guerra-en-siria/53370/