Con una amplia trayectoria en el ámbito informativo, el periodista Carlos Franganillo, jefe de Informativos Telecinco, nos atiende en una entrevista online cercana y sincera que nos permite conocer a la persona que está detrás de unos de los referentes del periodismo en España. La entrevista está realizada en el aula y fue seguida por los estudiantes de 2º de Bachillerato.

Carlos Franganillo (Oviedo, 1980) es licenciado en Comunicación audiovisual por la Universidad Nebrija y en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo. Comenzó su actividad como periodista en La Nueva Espa en 2003. Cinco años después llegó a Televisión Española y fue corresponsal en Moscú y Washington. En 2018 se encargó de presentar la segunda edición del Telediario. Actualmente es director de Informativos Telecinco y presentador de su edición de las 21 horas. 

Recién llegado de Estados Unidos, donde ha informado de la toma de posesión de Donald Trump, Carlos Franganillo ha compartido con nosotros sus reflexiones sobre el papel del periodismo en nuestra sociedad, temas de actualidad nacional e internacional, además de compartir anécdotas y experiencias que han marcado su camino en el mundo de la comunicación. En cada respuesta que nos ofrece observamos que valores como el compañerismo, el trabajo o la ilusión están presentes en su día a día.

Pregunta.- Buenos días, Carlos. Soy Nico. Para preparar esta entrevista hemos visto las últimas semanas los informativos de Telecinco para conocer mejor su trabajo. Sin duda esto es una parte pequeña de su trabajo. ¿Cómo es un día de trabajo para usted? Por ejemplo, ¿puede contarnos cómo será su día de hoy?
Respuesta.- No podría decíroslo la verdad, básicamente hay algunos proyectos que nos cuesta preparar y los preparamos semanas vista. Ahora estamos trabajando en estos proyectos y pensando en los de mediados de marzo cuando se cumplen cinco años del confinamiento del COVID, en la que será una fecha que nos gustaría recordar también. Hay otro tema de las próximas semanas sobre la lucha contra la droga en el sur de España, pero lo que es el día a día funciona de otra manera, esto son temas de bastante recorrido y que requieren mucho cuidado y que vamos trabajando en paralelo.
En el día a día, evidentemente, hay algunos temas que puedes preparar porque intuyes que van a estar de actualidad o que no van a estar de actualidad, pero pueden tener un interés social. Luego está la agenda informativa y eso cambia cada hora y cada minuto. Entonces, cada día empieza de cero, aunque tengas algún tema ya preparado, que sea menos pegado a la actualidad, pero el día realmente empieza de cero. Siendo sincero, desde que uno se levanta está muy atento a las noticias: yo escucho mucho la radio, tertulias etc. Veo los digitales y la prensa mientras llevo a mis hijos al colegio, es decir, todo es un poco frenético, pero vas echando un vistazo a todo lo que está pasando. Luego a las siguientes horas tienes alguna reunión y vas pensando un poco como se estructura el día y a la una de la tarde es cuando formalmente empieza el equipo.
Aunque haya estado cada uno trabajando por su lado, a la una nos juntamos en la televisión, hacemos una reunión durante las siguientes dos horas por donde van pasando los jefes de sección: hay un jefe de sección de política nacional, otro de internacional, otro de sociedad, otro de cultura, otra de economía… Ellos van pasando y dicen este día ha pasado esto, se prevé que pase esto… Con toda esta información se forma un guion que tenemos listo a las 15:30 y empezamos una discusión con el equipo de edición, que es quien elabora ese guion, cómo lo llevamos a la práctica, qué gráficos queremos sacar a pantalla, qué paseos queremos hacer por el informativo, qué requiere una explicación más profunda, cómo llamamos la atención a veces es simplemente un recurso narrativo… Entonces ahí,  junto con el contenido, vamos pensando también la puesta en escena y luego, durante la tarde, después de comer en torno a las 16:30 y en adelante todo el contenido se va ensamblando en el guion. Los reporteros van trabajando el material que han recopilado y los van convirtiendo en una noticia, los enviados especiales… Todos los miembros que forman parte del equipo empiezan a ensamblar el contenido que es cambiante hasta el minuto uno del informativo,  incluso durante el informativo el contenido puede cambiar: si de repente hay un ataque terrorista, si hay una noticia de última hora, un anuncio, una división… todo eso va cambiando. Es un organismo vivo y hasta que no termina el informativo todo se mueve.

P.- Muy bien, muchas gracias, yo soy Martín. Está enfrentando la competencia contra nuevas plataformas como las redes sociales ¿Cómo cree que nuestra generación, que no tiene en la televisión tradicional su canal habitual, podría ver más la televisión, ver más sus telediarios, puesto que tenemos tan presentes las redes sociales que nos llaman la atención por la rapidez con la que se mueve todo?
R.- Hay cosas que no van a volver a ser como eran y no pasa nada. Quiero decir que la historia y la vida va cambiando y uno tiene que adaptarse a las corrientes que se imponen ¿no? Porque ahora es difícil cambiar los hábitos de la gente. Todos consumimos redes sociales, todos nos wasapeamos, todos nos comunicamos de una manera que no utilizábamos hace 15 años… Vosotros ya habéis vivido en ese entorno, pero yo he tenido el privilegio de ver toda esta transición, yo nací en un mundo analógico y, de repente, llegó Internet y los nuevos medios. Todo ha ido cambiando hasta el momento en el que estamos y vosotros iréis viendo también futuras transiciones. Los medios de comunicación como cualquier empresa, como cualquier otra institución dentro de una sociedad, tienen que adaptarse a los cambios y lo que está claro es que todos nos hemos acostumbrado a consumir contenidos de informativos de otro tipo. De la manera en la que lo estamos haciendo, los medios nos tenemos que adaptar a eso, no podemos exigirle al espectador que vuelva a tener hábitos de hace 20 años y que se siente en el sofá a las 21:00 a vernos. Habrá gente que sí lo quiere hacer, y está muy bien, y habrá gente que nos ve al día siguiente en el autobús y ve un clip de lo que hemos hecho. Es decir, yo creo que la responsabilidad en ese caso es nuestra, de los medios, de buscar las vías para llegar a la gente. No podemos pretender que la gente vuelva a utilizar hábitos de consumo de hace 15 años y yo creo que en ese sentido también lo estamos consiguiendo, es decir, muchas veces se juzga a los medios tradicionales por la audiencia midiéndola como se medía hace 20 años. Evidentemente, hay menos gente que se sienta a la hora exacta a ver el informativo, pero hay mucha gente que a lo mejor nos ve un día más tarde o que nos ve después yendo en el metro o en el autobús, o ve un fragmento de nuestro informativo porque se ha logrado viralizar, porque nos ven en Instagram. Es decir, es difícil sumar a todo la gente que nos sigue, pero yo creo que sea ahora o sea dentro de 10 años la gente va a necesitar referentes, sea una cadena, sea un periodista, pero va a necesitar alguien en quien creer y este mundo tan agitado ofrece muchísimas oportunidades de estar enterado de muchas cosas que antes eran difícil de saber, pero también puede generar una enorme confusión y yo creo que el valor de una marca, de una marca personal o de unos informativos, que te da esa confianza pues va a estar cada vez más valorada porque cada vez tenemos más confusión alrededor. Si tú sabes que fulano o fulana te va a dar las informaciones contextualizadas, que trata de ser riguroso y que cuando se equivoca te lo dirá te va a generar confianza y cuando quieras saber algo pues seguramente acudirás a esa persona sean Instagram sean en la televisión lineal…

 

La clase pudo presenciar en directo la entrevista online con Carlos Franganillo.

P.- A raíz de esa innovación de los medios de comunicación que comentaba hemos podido ver que el mundo del deporte, la política e, incluso, el de la televisión nos muestra con frecuencia que dos profesionales que rivalizan por un título, un voto o un espacio televisivo no pueden ser amigos sino que se tiran cuando pueden los trastos a la cabeza. Sin embargo, por lo que hemos investigado, tiene buena relación con Vicente Vallés que compite con usted en la misma franja horaria y antes, cuando estaba en Televisión Española, tenía buena relación con Pedro Piqueras ¿Cuál es el secreto de esta buena relación?
R.-Bueno, yo creo sinceramente que eso es lo habitual. Y al revés, yo creo que somos todos compañeros, nos solemos llevar bien. Te puedes llevar mal con alguien como te pasa en la vida, pero en la vida real pues evidentemente cuando podemos ayudarnos nos ayudamos, cuando podemos vernos nos vemos, y tengo una excelente relación con Marta Carazo de Televisión Española, con Vicente y con Pedro, además con muchísimos otros compañeros en la Sexta o en cualquier cadena… Quiero decir que esa rivalidad muchas veces se lleva a los digitales porque siempre puede vender o porque siempre es llamativo: quién pierde, quién tiene más audiencia, quién está cayendo…  Supongo que eso es como en el deporte, a la gente le atrae ese tipo de titulares y está bien que sea así. Entiendo esa dinámica porque trabajo en un medio de comunicación, pero más allá de eso luego hay compañerismo y siempre me he encontrado gente muy normal, muy dispuesta a ayudar, y siempre el ambiente ha sido ese no me he encontrado otra cosa.

P.- Nuestros compañeros van a entrevistar a Esther Vaquero de Antena 3 y hace poco hemos visto que en una entrevista Esther Vaquero alababa su trabajo y confesaba que veía ciertas similitudes con Vicente Vallés ¿Puede  darnos alguna pista o nos puede aconsejar alguna pregunta que le puedan hacer nuestros compañeros?
R.- Me parece que Esther, a la que conozco, es una excelentísima profesional y tiene una manera de transmitir muy cálida y que llega muy directamente al espectador. Yo sí que le preguntaría, como curiosidad, porque quizá todos tenemos ahí nuestros trucos o nos mentalizamos de una manera o de otra ante la cámara, si ella tiene algún truco a la hora de ponerse delante de la cámara, si hay algo que le dé tranquilidad o seguridad. Y piensa que hay tanta gente viéndola… O si trata de estar simplemente pendiente de lo que tiene alrededor, de los compañeros, de los cámaras… ¿Cómo afronta ella esa relación con la cámara? ¿Cómo se dirige al espectador, se ha ido trabajando con los años o si es algo natural? Yo creo que cada profesional tiene su truco y eso es interesante verlo para alguien sobre todo como vosotros que no estáis relacionados con los medios, o todavía no lo estáis, y por si lo queréis estar en el futuro.

P.- Como ha dicho antes, ha estado trabajando en Televisión Española, de hecho fue el director de informativos durante cuatro años y ahora desempeña esta función en Telecinco.
R.- Solo por puntualizar, no estaba como presentador, estuve como corresponsal, no era director.

P.- Perdón por la equivocación. Los periodistas que trabajan con usted siempre han dicho que es un gran profesional y, especialmente, una buena persona. Hay una faceta que no vemos como profesional, que es liderar a un grupo humano ¿Nos podría dar algún consejo o alguna pista de cómo ser un buen líder?
R.- Uff, no sé la verdad, es que no me atrevería porque, sinceramente, no sé si soy un buen jefe o no lo soy, la verdad. Estoy todavía casi experimentándolo. Al puesto llegué hace poco más de un año, el 15 de enero de 2024. Pepa Bueno, una buena compañera que dirige ahora ‘El País’ y con la que trabajé en Televisión Española hace tiempo, me dijo que en su experiencia como directora de este periódico reconocía que en los primeros años no se había enterado prácticamente de nada. Todavía siente que está en esa fase de aterrizaje. En mi caso ya ha pasado un año y empiezo a sentirme más cómodo, empiezo a conocer más a la gente, empiezo a ordenarme un poco más la cabeza… Porque es verdad que al principio tienes que hacer cosas que no sabías hacer y que tienes que afrontar por primera vez.
Respecto a ese liderazgo, tampoco tengo muy claro que sea un buen jefe. Yo creo que el único truco ahí es rodearte de gente buena, aprender a escuchar y aprender a delegar, algo que yo mismo reconozco que me cuesta a veces hacer. Yo también estoy en esa fase de aprendizaje. Si me haces esa pregunta dentro de dos años a lo mejor te puedo responder mejor, pero estoy casi enterándome cada día y tratando de mejorar esas cosas porque realmente no había sido jefe hasta ahora. Lo fui en una corresponsalía donde éramos tres, cuatro o cinco personas dependiendo de la corresponsalía, pero yo creo que hay una base fundamental que suele suele funcionar y es crear buen ambiente: tiene que haber gente capacitada y estimularla y confiar en esas capacidades y, sobre todo, generar un ambiente. Yo creo que eso sí que donde he estado se ha conseguido y eso facilita mucho las cosas un mal ambiente de trabajo  pues evidentemente lo acaba complicando todo y yo he tenido la suerte de estar en grupos humanos donde ha habido buen rollo y eso.  En un trabajo tan coral como son los informativos hay que encajar muchas piezas: editores, redactores … Tienes que estar rodeado de gente buena y entenderlo como un organismo que tiene que ir en paralelo trabajando: tú aportas unas cosas, pero tiene que caminar, todas las veces sería imposible controlarlo todo uno mismo.

P.- Como comentaba antes, cuando llega a Telecinco una de sus apuestas es renovar los informativos además de escuchar, delegar y generar este buen ambiente ¿Cómo se puede renovar un espacio que todo el mundo conoce y que a priori no ofrece mucho margen?
R.- Creo que es verdad que había mucho trabajo previo. Cuando yo me incorporé ya había esa voluntad por parte de la cadena de cambiarlo, el proyecto de renovación del plató ya estaba en marcha y algunas otras cosas similares. A partir de ahí está el reto. Paco Moreno es el director de informativos de Mediaset, Juan Pedro Valentín está dedicado a los informativos de Cuatro y yo en los de Telecinco, un equipo que ha estado aportando cosas. Y el reto es grande, en el sentido de que hay una marca muy consolidada que es Informativos Telecinco, que es verdad que estilísticamente necesitaba una renovación, porque no se había invertido durante muchos años en cómo contar las cosas, en la puesta en escena digamos, en el plató, y ese aspecto era muy interesante. Yo creo que eso se hace en varias fases y todavía están en construcción: hay una primera fase que es la renovación del plató, contando con tecnología, con medios muy novedosos que no existen en otros platós de televisiones españolas… Pero esto siempre es una carrera constante y dentro de poco nos irán dejando atrás y se renovará otro plató y ya no seremos tan novedosos. Esto siempre es una carrera que no tiene final, pero se apostó por una renovación estética con más pantallas, con otros elementos, con la realidad virtual que hemos ido trabajando y que estamos todavía desarrollando… Lo hemos hecho en algunas ocasiones con medios muy muy vanguardistas: lo hicimos en las elecciones de Estados Unidos, metiéndonos en un escenario virtual que nos llevaba a la Casa Blanca. Lo hemos vuelto a hacer ahora con la toma de posesión y la idea es ir normalizando eso. Lo vamos a utilizar pronto también cuando documentamos el viaje al espacio de Calleja… La idea es ir incorporándolo casi a diario y hay una unidad que está empezando a trabajar también para eso. Nosotros creemos mucho en eso, en el apoyo de la tecnología con un sentido. Es decir, la tecnología por la tecnología no vale de nada, pero si nos ayuda a contar las cosas mejor y volviendo a la primera pregunta que me hacíais de una manera más llamativa, ya que sea llamativo no quiere decir que sea malo, que sea frívolo, sino que tenemos más capacidad de llegar al espectador que, al fin y al cabo, es nuestro cometido… Si conseguimos que las herramientas nos valgan para eso lo habremos logrado y estamos trabajando en esa dirección. Queremos ser vanguardistas, innovadores y explorar un poco el mundo de la información que viene.

Franganillo habla de las buenas relaciones entre compañeros de profesión.

P.- Tras esta introducción sobre su trabajo y trayectoria queríamos cambiar de temática y pasar a unas preguntas de ámbito nacional. Estamos en un entorno en el que el enfrentamiento, la irritación y la controversia están a la orden del día en todos los ámbitos: en cultura, en deporte, en política… ¿por qué cree que se produce esto?
R.- No me atrevería a diagnosticarlo exactamente, pero sí que en mi opinión hay varios factores en marcha, ¿vosotros de qué año sois más o menos, cuándo habéis nacido, en qué año?

P.- 2007
R.- Perfecto. Justo el año que vosotros nacéis, 2007-2008, y como seguramente habéis estudiado, hubo una gran crisis financiera en todo Occidente. Creo que en España, en Estados Unidos, en muchos otros países, hay un punto de inflexión porque ese shock empieza a resquebrajar un poco la confianza en las instituciones, genera una mayor incertidumbre económica en muchos sectores de las sociedades occidentales y empieza una dinámica de fragmentación política que yo creo que llega hasta nuestros días. Es decir, en España se traduce unos años después que empiezan a aparecer nuevos partidos, los parlamentos se van haciendo cada vez más ingobernables. En Estados Unidos había ya corrientes populistas, nacionalistas en marcha, pero que van cogiendo forma y que se acaban traduciendo, casi una década después, en la llegada de Donald Trump. Es decir, con esa crisis financiera, yo creo que se empieza a debilitar la confianza en las instituciones y en los sistemas democráticos, en gran parte de Occidente, cada país con sus particularidades. Un año después, creo que en 2008, aparece el iPhone y el teléfono inteligente, es decir, comienza una revolución también en la manera en la que nos comunicamos, en la manera en la que transmitimos información. Aparecen las redes sociales que van cobrando cada vez más fuerza y eso modifica el lenguaje y cómo nos relacionamos. Yo creo que, ahora, lo hacemos de una manera más simple, con mensajes más cortos, con mensajes menos contextualizados, que acaban despertando más los sentimientos y menos el razonamiento. No quiere decir que antes todos leyéramos ‘‘The New York Times’ por las mañanas, pero digamos que estas nuevas herramientas de comunicación aceleran o se prestan más a la polarización, y a todos nos atraen de esa manera, con la fragmentación política. Estas nuevas herramientas de comunicación, los partidos y los relatos políticos también se atañen más a los sentimientos, y yo creo que ese mundo polarizado en el que nos encontramos ahora contribuye a él. Ha habido otros muchísimos episodios de polarización en la historia, mucho más graves que este. A veces también en el día de hoy tratamos de ser muy tremendos y de dramatizarlo todo. En este país ha habido momentos mucho más polarizados y muchísimo más dramáticos, hemos vivido una guerra civil, hemos vivido décadas de terrorismo. Es decir, hay casos de radicalismo político muchísimo más graves que lo que estamos viendo hoy, pero es verdad que esto ha contagiado, digamos, al sistema central de la política y a todos los ciudadanos. Todos nos hemos acostumbrado a ese estímulo constante de temas frívolos o de temas no frívolos. Los partidos políticos han contagiado ese tipo de lenguaje y yo creo que nos da la sensación de que estamos en un ambiente de crispación total, pero igual que digo que los medios de comunicación no pueden pensar que el consumo va a ser como era hace 20 años, tenemos que saber que vamos a vivir en este entorno de muchísima sobreinformación, de muchísimos contenidos, de mensajes más simples, menos contextualizados y aprender a movernos y buscar nuevas soluciones, también como ciudadanos para enterarnos de lo que pasa realmente.

P.- Ahora mismo estamos estudiando la Segunda República en historia y el problema nacionalista en nuestro país no es reciente. Desde su experiencia ¿ve  una solución próxima a esta cuestión, que a día de hoy sigue estando vigente
 R.- Creo que esto subirá y bajará, es cuestión de rachas. Ahora está en un momento más atenuado en comparación a lo que hemos vivido estos últimos años, pero supongo que si se dan las circunstancias convenientes subirá. La ideología nacionalista es una ideología muy tóxica porque se alimenta de la identidad y no atiende muchas veces a razones. La identidad precisamente es algo que está en auge en estos tiempos. Como decía, en esa incertidumbre económica mucha gente ha buscado identificarse con una nación, con unas características determinadas, es decir, la gente ha buscado agarrarse algo y sentirse dentro de un grupo. Yo creo que el nacionalismo en eso funciona muy bien, es difícil que se quede aletargado para siempre.

P.- Siguiendo con este tema del conflicto nacionalista, nosotros fuimos el primer centro no vasco que visitó el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y desde hace cuatro años en el colegio comenzamos a trabajar este tema con el especial informativo que hizo con Televisión Española. ¿Cree que la cuestión del terrorismo de ETA es algo que esté ya cerrado?
R.- Quiero pensar que sí. Es decir, una cosa es el hecho terrorista o la actividad terrorista que a día de hoy está acabada y otra cosa es que pueda reaparecer en el futuro. Eso no lo sabemos la verdad, que espero que no vuelva a aparecer. Por supuesto existe una cierta tolerancia en determinados lugares, incluso un cierto orgullo de esos entornos. Es triste y eso es difícil de erradicar pero yo sinceramente no veo posiblemente a corto plazo que eso pueda rebrotar de una manera violenta, como lo fue entonces. Hay otro fenómenos terroristas de otra naturaleza, de yihadismo, etcétera, que siguen plenamente activos y sí veo que esas amenazas no van a desaparecer.

P.- Estos días, a veces, viendo las noticias nos encontramos con el caso del Fiscal General del Estado, la investigación al hermano de presidente del Gobierno, el caso Koldo, las acusaciones de Aldama, los socios de gobierno no apoyan al Ejecutivo y un largo etcétera. ¿Cómo cree que será, brevemente, el 2025 en España?
R.- Es difícil, es muy difícil. No me gusta hacer de futurólogo porque me equivocaré y me he equivocado muchas veces, pero si tuviera que apostar, y a lo mejor mañana pasa exactamente lo contrario y os acordáis de mí, pues diría que seguiremos asistiendo a un montón de procesos judiciales muy comprometedores para el Gobierno, que salpican sus actividades diarias. También creo que el ejecutivo tiene capacidad para resistir, incluso para terminar esta legislatura. Me puedo equivocar, insisto, pero creo que ahora mismo estamos en un escenario casi de bloqueo parlamentario ya que el Gobierno va sorteando poco a poco y día a día y de momento lo sigue sorteando. Yo creo que su voluntad de resistir hasta donde pueda hacerles llegar casi hasta el final de la legislatura, pero me puedo equivocar. Yo creo que va a ser una legislatura muy muy turbulenta con todos estos frentes abiertos. Donde antes hablábamos de la polarización, yo creo que hay una política de bloques donde es difícil convencer a un bloque de una cosa y viceversa. Entonces yo creo que estamos un poco enmarcados en eso, con la ventaja para el gobierno de que puede establecer un pacto con una serie de fuerzas, que la oposición pues no puede contar con ellas. En ese sentido tiene esa ventaja y mientras la pueda mantener, aunque sea en negociaciones muy a corto plazo, pues sobrevivirá.

P.- Vamos a pasar por último a cuestiones de ámbito internacional. En primer lugar, hoy se celebra el Día de la Paz en nuestro colegio y seguramente en muchos de toda España, se realizará algún gesto o acto por la paz, ¿estamos más cerca de que se acaben los conflictos de Oriente Próximo y Ucrania, o bien de que haya nuevas guerras en el mundo?
R.- Da sensación de que sí, estamos en otra fase con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Creo que eso sirve como factor de cambio en Ucrania. Empieza a haber ligeros movimientos, aunque yo creo que empieza a infundir ya la sensación de que el escenario de Ucrania no se va a mover apenas y que es una situación que no puede permanecer en el tiempo y hay que buscarle una solución. Trump es la excusa perfecta para tratar de buscar un acuerdo de algún tipo, veremos en qué términos, pero sí que creo que en los próximos meses vamos a ver algo en Oriente Medio  coincidido con ese alto el fuego y no creo que sea casual. De alguna manera ha estado interesado también en buscar una solución antes de llegar a la Casa Blanca y la administración lleva directamente varios meses trabajando en lo que puede ser una paz temporal. Evidentemente esto es un ciclo que sube y que baja pero ahora mismo Israel tiene casi todo a su favor. En la región ha dado varios golpes de efecto y tiene un control muchísimo mayor que nunca en décadas con el respaldo de los Estados Unidos. Yo creo que viviremos una temporada de mayor tranquilidad, pero que en algún momento rebotará.

P.- La publicación de la inteligencia artificial china ha irrumpido en todas las informativos y atrapado el foco. Hemos visto publicaciones en las redes sociales, ya que está interesado en lo que ocurre en este país. Ayer mismo, de hecho, hablaba de la búsqueda de la llamada AGI (Inteligencia Artificial General) por eso le preguntamos, ¿cree que DeepSeek es una oportunidad o una amenaza?
R.- Yo creo que ahora mismo estamos todavía en un momento de incertidumbre, pero creo que es una oportunidad más que una amenaza. No sabemos todo lo que hay detrás de DeepSeek y evidentemente no hay que fiarse de lo que ha publicado la propia empresa, ya que viene de China, pero yo creo que es una oportunidad. En esa carrera por la inteligencia artificial esto suele ser un toma y daca como en la carrera espacial. Necesitas un estímulo y un competidor para que siga adelante. Creo que esa parte es positiva. Suelen ser batallas que una vez las gana uno y otras veces otros, actuando siempre de revulsivo también para la industria estadounidense, que ahora reformulará su estrategia y seguramente nos dará nuevos hallazgos en los próximos meses. China es un competidor de primer nivel y con menos medios puede conseguir las mismas metas, poco a poco. Una buena noticia para Europa de alguna manera, porque el hecho de que DeepSeek haya logrado esa tecnología y además en código abierto y accesible ya que Europa que no tiene grandes gigantes tecnológicos, no puede utilizar esas herramientas sin tener que depender de las grandes tecnologías americanas, yo creo que eso democratiza de alguna manera estos modelos de lenguaje y veremos cómo evoluciona. Lo que sí me da miedo es esa carrera hacia un objetivo que no está demasiado claro y que necesitará mucha regulaciones para que la máquina en un futuro, casi de ciencia ficción, no se vaya de madre y no perdamos el control sobre sistemas tan inteligentes.

P.- Hablando de rivalidades, desde su experiencia como corresponsal en Rusia y Estados Unidos, ¿ahora mismo puede haber más puntos comunes entre ambos países mandatarios de lo que pensamos?
R.- Yo creo que hay algunos que, sinceramente, obligarán a entenderse, pues… por la escena internacional y por lo que pueda ocurrir en Ucrania. Son voces muy autorizadas, por supuesto, la de Estados Unidos pero China es un actor de primer nivel. Y luego a nivel comercial, también ¿no? Entonces yo creo que hay algunos puntos donde muchas naciones están muy vinculadas a China. Es el caso de Alemania, por ejemplo, que tiene unas grandes inversiones en China y no va a ser fácil para un país tan industrial como Alemania separarse China, donde ha llevado muchas fábricas y tecnologías, es decir, hay unas implicaciones comerciales que se pueden romper. Luego vemos como llegó la invasión de Ucrania, y lo que parecía irrompible se rompió, y los vínculos de energía se rompieron y hacen que la gente se piense dos veces determinadas decisiones ¿no? Hay aranceles, hay una guerra comercial, hay una guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, pero sigue habiendo un gran vínculo comercial entre China y el resto del mundo.

Carlos anima a los chicos a trabajar en aquello que les gusta de verdad.

P.- Recientemente estuvo en Estados Unidos cubriendo la toma de posesión de Donald Trump. Por su experiencia en aquel país ¿hay que tomarse en serio las amenazas políticas que denuncia Donald Trump?
R.- Yo creo que Trump es un personaje fascinante, y hay que entenderlo como presidente de los Estados Unidos, que no es poca cosa, pero también como con esa faceta de showman y de hombre de negocios, duro y un poco macarra de Nueva York. Yo he vivido la primera presidencia de Trump con esos mismos arrebatos, con esas mismas amenazas, muchas de ellas no llegaban a nada o llegaban a la mitad del camino. Yo creo que eso es un poco su estrategia. Él empieza negociando muy muy alto sabiendo que quiere llegar a un punto intermedio, y esa táctica de ‘bully’, de acosador, muchas veces le funciona y consigue sus objetivos. Yo creo que parte de esos planteamientos hay que ir viéndolos batalla a batalla. Creo que con Trump hay que fijarse más en lo que hace, que en lo que dice. Lo que dice es un factor que muchas veces es propagandístico, para el público interno americano o para negociar desde una posición de fuerza y de amenaza, pero luego hay que fijarse más en lo que hace, ya que hay cosas que van, exactamente, en la dirección opuesta o que se quedan a la mitad de camino.

P.- Para terminar la entrevista, queremos preguntarle algo más personal. Cuando preparamos este trabajo descubrimos que sus comienzos fueron en la Fundación Príncipe de Asturias, después accedió por oposición a Televisión Española y, poco a poco, ha ido logrando nuevos objetivos. En unos meses nosotros comenzaremos una nueva etapa en nuestras vidas, la universidad. ¿Qué consejos nos daría para alcanzar nuestras metas?
R.- Bueno es difícil, yo creo que cada cada historia personal es diferente, sobre todo las circunstancias. Creo que uno tiene que ser consciente de sus talentos y de sus de sus deficiencias, de sus carencias, y a partir de ahí tratar de trabajar con pasión por algo que te guste de verdad y para lo que tengas actitudes. Hay que ser un poco sincero con uno mismo, ya que una vez que uno trabaja con pasión y con cierto talento hay que encontrar ese camino, lo cual no es fácil. Yo digo siempre que tuve claro que me gustaba contar cosas, primero estudié porque me gustaba ser cineasta y luego me dirigí más bien por el periodismo. Pero, al fin y al cabo, la base es un poco la misma, es contar historias desde la ficción o desde la realidad y con esas pasiones que uno desarrolla, ese cierto talento cuando llegan las circunstancias apropiadas o los golpes de suerte, lanzarte. Y eso es todo lo que puedo decir, pero claro, ahí por supuesto un factor de suerte y un factor de trabajo, y de trabajar con pasión.

P.- Muchas gracias, hasta aquí nuestras preguntas. Ha sido un placer poder hablar con usted.
R.-Encantado, ha sido muy interesante y os doy la enhorabuena, de verdad que sí.

 

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