El exjugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta (Madrid, 1972) impartió una charla sobre bullying al alumnado de 1º y 2º de la ESO del colegio La Salle de Santander. El exdeportista, que actualmente es divulgador y activista en la detección y prevención del acoso escolar y la violencia en las aulas, contó a los estudiantes el sufrimiento y acoso que vivió con once años por parte de sus compañeros de colegio. Cinco escolares del colegio la Salle recogen en estos artículos cómo ha sido la charla de Zubizarreta.
REFLEXIÓN 1
Por Amia Ortiz.
La historia de Iñaki comenzó a los once años cuando apenas estaba en sexto de primaria. Él jugaba en el equipo de baloncesto del colegio y a tan corta edad ya era incluso más alto que su entrenador. Ese mismo año entró al colegio un nuevo niño que se acabó convirtiendo en ‘el popular’. Este empezó a decir que Iñaki era la peste y todos debían de huir de él. Con el transcurso de los días, los insultos y las bromas fueron aumentando, incluso el padre de este nuevo niño emprendió nuevos motes para Iñaki. La tutora de Iñaki también se burlaba de él, al suspender enseñaba su examen a toda la clase, incluso le dejó durante más de tres meses sin salir ni un solo día al patio en hora de recreo. Los alumnos de Bachillerato, al percatarse de que Iñaki no hacía nada al respecto, también comenzaron a meterse con él. A la salida del colegio le pegaban palizas e, incluso, le llegaron a obligar a comer las heces de uno de estos. Los acosadores no se pararon a ponerse en el lugar de aquel inocente niño el cual tenía un padre alcohólico que le agredía de vez en cuando y había sufrido la muerte de dos de sus hermanos a tan temprana edad. Esto dio lugar a que Iñaki se plantara en frente de un acantilado de su ciudad para suicidarse.
Cuando estaba en el borde se paró a pensar en su hermano pequeño y, debido a la mala situación familiar, decidió no dejarle a él solo a cargo de tantos problemas. En ese mismo acantilado, Iñaki se juró a sí mismo que iba a defenderse frente todo aquel que le hiciese daño. Un día más tarde, a la salida del colegio, fueron a pegarle los alumnos de Bachillerato, como ya era común para aquel entonces, pero Iñaki, cumpliendo su promesa, se defendió. Esto le llevó a despertar dos días más tarde en un hospital después de haber sufrido un grave coma. Decidió centrarse en los estudios y el baloncesto, hasta que le llamaron para irse a vivir a Valencia. Esto cambiaría su vida por completo.
Mucho tiempo después. y con muchísimo esfuerzo, Iñaki se hizo jugador profesional y mataba su rabia a través de los entrenamientos. Le llamaron para comunicarle que su padre había fallecido y debía ir a su hogar durante un tiempo. Al llegar, averiguó todo sobre su antigua tutora, lugares donde paraba, horas y horarios…, cuando estaba a punto de arruinarle la vida, paró a reflexionar y volvió al acantilado de nuevo, pero esta vez no iba para saltar, sino para pensar. Hoy en día ese acantilado es uno de los lugares más especiales para él, un lugar de paz y tranquilidad.
Todas las noches, Iñaki recuerda a su niño interior, ese niño inocente al que eligieron para hacer acoso. ¿Qué crees que estarán pensando los acosadores de tu escuela viéndote triunfar? «No me importa, que les vaya muy bien», dijo. Nadie debería sufrir tanto dolor y sufrimiento constante. Todos somos personas y aunque seamos diferentes en rasgos, cultura, religión y muchas otras cosas, tenemos una sola cosa en común, todos tenemos corazón, y si eso está roto es muy peligroso.
REFLEXIÓN 2
Por Laura Gómez Arce
Iñaki Zubizarreta es un hombre de 52 años y de una estatura de 2,07 metros. Este exjugador de baloncesto antes de dedicarse completamente al baloncesto sufrió demasiado acoso escolar por culpa de sus compañeros, lo que ahora todos conocemos como bullying. Tanto en el colegio como en casa Iñaki tenía situaciones muy complicadas. En casa sus padres no le trataban bien y su padre al ser alcohólico le maltrataba después de haber bebido. Los niños de cursos superiores, e incluso de su propio curso, le trataban muy mal, le insultaban poniéndole motes y riéndose de él. Son los motes una de las cosas que más le dolían, cuenta ahora él, más que todo el acoso físico. Todos los demás alumnos le menospreciaban y le pisoteaban, le dejaban apartado y le excluían de sus juegos.
Lo peor de todo es que niños tan pequeños puedan provocar tanto dolor y tener tanta maldad y no pensar en los demás ni el daño que les provocan. Iñaki recurría a su tutora en ese entonces, en sexto de Primaria, que no le hacía caso y encima se reía de él. Esta señora es un ejemplo de la gente mala y sin corazón que hay en el mundo, nuestra sociedad cada vez empeora más y te cruzas con menos gente buena y amable por la calle a diario. Iñaki sufrió una situación muy complicada que ningún niño nunca tendría que haber vivido hasta el punto de replantearse quitarse la vida por culpa de todos esos comentarios sobre si era subnormal, que estaba mejor muerto, que cuanto más alto más bobo… es muy duro eso de que nadie te quiera con vida y sientas que no le importas a nadie, pero Iñaki se acordó de su hermano, que ya había perdido a sus otros dos hermanos antes y que era la única persona que lo apreciaba. Gracias al cariño de su hermano decidió hacerse fuerte y continuar viviendo y disfrutando los pocos ratos de descanso que tenía. Llegó un momento en el que Iñaki consiguió cambiar de mentalidad y empezó a jugar al baloncesto seriamente.
Cada vez que no tenía nada que hacer esos pensamientos negativos rondaban por su cabeza y sus compañeros podrían buscarle para pegarle así que decidió ocupar todos los momentos libres con entrenos y gimnasio y así llegar directo a la cama para dormir sin tener tiempo de pensar en nada. Iñaki tenía altura y técnica pero, aún así, los sueños no se cumplen solos y él, más que nadie, tuvo que esforzarse y trabajar muy duro para cumplirlos y no ser afectado por los comentarios ofensivos. Al final, Iñaki consiguió su sueño, jugó en ACB y ganó varios títulos.
Muchos dirán que es un buen final para poder callar todas las bocas que no creían en él y que estuvieron a punto de ser los culpables de su suicidio pero, por mucha satisfacción que dé ver como esos compañeros que te trataban mal han acabado con muy mal futuro, la sensación que vivió Iñaki de pequeño es una de las peores experiencias o incluso la peor que puedes vivir en tu infancia. Iñaki ha sido muy fuerte y mucho más después de enfrentarse a situaciones tan duras con tan poca edad, él no se rindió sino que siguió adelante para cumplir sus metas y estar orgulloso de su trabajo.
Demostrarse a sí mismo que todos esos motes e insultos no pudieron con él. Ahora, Iñaki está retirado del baloncesto y se dedica a dar charlas por centros o a informarse de casos de niños que sufren bullying para pararle los pies a los acosadores y ayudar al niño a superarlo y no hacerle caso a los comentarios negativos de los demás hacia él. Por su historia, por sus actos y por mucho más Iñaki Zubizarreta es un ejemplo a seguir de persona.

El divulgador con estudiantes hablando de acoso.
REFLEXIÓN 3
Por Laura Trueba.
El maltrato psicológico, verbal, físico o social implica situaciones que te superan y que dejan una huella que permanece durante toda tu vida. Pues imagínate cómo se siente un niño de once años al que todos los que le rodean le hacen la vida imposible. El acoso escolar es una cosa aleatoria. Por qué a mí, nos explicaba Iñaki Zubizarreta. En la escuela siempre hay un grupo de niños que necesitan sobresalir por encima de los demás y son aquellos que no tienen otra cosa mejor que hacer que llenar la vida de sus compañeros de obstáculos y tropiezos. Que pueden llegar a ocasionar grandes problemas tanto a nivel emocional como social, apareciendo así factores como la soledad o el hecho de ser excluido por tus propios amigos. Pero por si fuera poco a todo esto se le suman todos los problemas que desconocemos que pueda tener en casa ese niño con sus padres. Al juntar ambos inconvenientes da lugar a una mochila llena de piedras con la que cargas todos y cada uno de los días hasta que te cansas y decides plantar cara al problema o simplemente rendirte.
La historia que nos cuenta este chico narra un hecho que yo personalmente nunca me hubiese imaginado, un niño que nunca pudo serlo. Que desde el primer día que empezó al colegio ya le trataban como un adulto más, debido a su tamaño y peso, que era lo que hacía a los demás verle diferente. Siempre que salía de su casa y se libraba de las palizas e idioteces que soltaban sus padres, entraba en otro mundo pero lleno de risas y de barbaridades. El resto de niños se burlaban poniendo nuevas etiquetas diferentes cada día y sometiendo a numerosas bromas, que con el paso del tiempo se convirtieron en un Yo ya no quiero vivir más. Quedándose en el borde de un acantilado con tan solo once años.
Pero lo más importante es que Iñaki se dio cuenta justo a tiempo de lo que quería hacer y por el bien de su hermano decidió seguir luchando cada minuto de su vida. Pero lo más importante es que empezó a reaccionar a lo que le decían los demás. Fue entonces cuando plantó cara a su problema para poder solucionarlo. Aunque con una tutora como la que tenía que lo que le decía Iñaki le entraba por un oído y le salía por otro y unos compañeros cómplices que en ningún momento fueron capaces de abrir la boca y se quedaron mirando sin hacer nada al respecto, Iñaki lo tenía complicado.
Más tarde dejó los estudios porque tenía una vida cada vez más dura debido al entreno diario que no podía compaginar con los estudios. Así que después de mucho tiempo luchando por lo que él quería consiguió cumplir su sueño de convertirse en jugador profesional de Baloncesto. Fue en ese momento donde aprendió que el bullying se elige al azar, no porque seas más alto y más bajo.
Yo creo que lo más importante con lo que me he quedado del testimonio es que todo el mundo puede conseguir alcanzar sus sueños que para eso son, para cumplirse. Y principalmente agradecer a Iñaki su ejemplo, poder dar a conocer a la gente que si se intentan las cosas, si se las pone empeño y ganas todo se puede sacar adelante da igual la dificultad que tengas si lo consigues es porque lo intentas y tu sentimiento es tan grande ya que eso te va a hacer sentir tan feliz que lo intentas y no paras hasta conseguirlo. Porque al final ese es tu objetivo y ese es tu sueño desde pequeño y aunque no supieras las dificultades que te podías encontrar a lo largo de tu vida fuiste capaz de sacarlo adelante y demostrarle a la gente de que es capaz una persona. De conseguir sus sueños.
Pero si nosotros no hacemos nada al respecto de las cosas que vemos y nos quedamos callados como los compañeros de Iñaki. Estamos convirtiéndonos en cómplices porque si somos capaces de decirlo también somos capaces de defenderlo y de ayudar a los demás. Porque igual uno solo contra cien no puede pero si se van sumando manos al final se puede.
Y me ha parecido una charla muy interesante que habla de cosas que pasan en la calle, que son de verdad y que nadie las defiende. Además ahora ya no solo en físico, sino también por internet. Son temas serios que empiezan con una pequeña broma que con el tiempo deja de hacer gracia y se convierte en un gran problema. En el que los demás, los que lo ven, deberían de ayudar no solo por quedar bien sino por respeto. Porque al final todos somos personas y nos merecemos que nos traten a todos por igual y no a unos mejores que otros por el hecho de que uno sea más alto, bajo, flaco… Y si se nos pegan las cosas que hacen otros mal porque no nos quedamos con lo que hacen bien porque si nos unimos todos al final somos capaces de frenar es mochila cargada de piedras y de obstáculos que no te dejan ser feliz.
REFLEXIÓN 4
Por Marcos de la Fuente.
Iñaki Zubizarreta ha sido jugador profesional de baloncesto en equipos como el Baskonia. También ha ganado una Copa del Rey, pero tuvo una infancia terrible llena de desgracias y maltrato. Iñaki a sus 12 años era mucho más alto que cualquiera de sus compañeros y eso no hacía que sus compañeros le respetasen, todo lo contrario, se metían con él por su altura y corpulencia y todos se burlaban de él, incluida su maestra que, además de no hacer nada al respecto también le vacilaba y se metía con él. Iñaki nos contó que a sus 12 años llegó a su colegio un niño nuevo muy alborotador y revoltoso que no le permitía juntarse con sus amigos y hasta le puso un apodo, le llamaban ‘La peste’ y cuando se intentaba acercar a alguien todos corrían en otra dirección gritando: ¡Que viene La peste, que viene La peste! Y eso a Iñaki le ponía muy triste.
Otro día estaban jugando a la salida del colegio y llegó el padre de aquel niño, cuando vio a Iñaki jugando con sus compañeros el padre enfadado dijo: «¡Qué hace ese subnormal jugando con mi hijo!» Al principio, la madre de Iñaki no se percató de que ese insulto iba dirigido hacía su hijo, pero cuando se dio cuenta se enfadó mucho y se peleó con el otro padre. Al cabo de unos pocos días ese niño llegó a clase y en vez de llamarle ‘La Peste’ cambió el apodo a ‘Jacobo, cuanto más alto más bobo’. Sus compañeros se lo llamaban todo el rato e Iñaki, molesto, se lo contó a su tutora pero está al contárselo, soltó unas ruidosas carcajadas y dijo: «Eso es cosa vuestra, yo no puedo hacer nada». Llegó a un punto que un día vinieron alumnos de 1º de Bachillerato a meterse con él, le pegaban y le escupían. Un día que estaba un alumno de esos que se metía con Iñaki haciendo ‘’sus necesidades’’, cuando acabó trajeron todos los niños a Iñaki le impidieron salir de ahí y le introdujeron la cara en la taza del váter, al sacar la cabeza Iñaki vomitó unas cuantas veces y se limpió. A raíz de eso sus compañeros se enteraron y le empezaron a llamar ‘Comemierda’.
Harto de su vida y de todo lo que había pasado se despidió de sus padres y su hermano y fue a un acantilado dispuesto a tirarse por él y acabar con su vida. Pero no lo hizo, no se tiró, pero no fue por sus padres ni sus amigos, fue por su hermano pequeño, porque sus otros hermanos habían fallecido recientemente y a Iñaki le pareció injusto que su hermano perdiera a sus tres hermanos tan pronto. En ese acantilado Iñaki se hizo una promesa, que a partir de ese momento se iba a defender pasara lo que pasase. Y así fue al siguiente día que fueron los de 1º de Bachillerato a donde él y le empezaron a pegar, Iñaki le pegó un puñetazo a uno y le dejó toda la cara sangrando, pero después con los demás no le fue tan bien. Al final de la pelea le dejaron tan destrozado que en su casa se desmayó y despertó dos días después en el hospital. Iñaki había estado en coma, se miró a un espejo y no se reconocía tenía la cara con tantos moratones y tan deformada que no se reconocía. Cuando le dieron el alta y llegó a casa su cara todavía no estaba del todo bien y cuando le vio su hermano empezó a gritar que ese no era su hermano.
Después de ese incidente Iñaki se cambió de colegio, pero no para evitar el acoso, sino para estar más cerca de su equipo de baloncesto puesto que ya le había fichado para las categoría inferiores del Baskonia. Ahí Iñaki, lejos de los acosadores, fue al psicólogo para tratar de averiguar por qué había recibido tanto acoso.
A mi esta charla me emocionó bastante porque Iñaki había tenido una infancia muy dura y llena de problemas. Para mí lo que hicieron sus compañeros fue horrible y de terriblemente maleducados y lo que hizo su maestra aún peor que fue ignorar el caso pudiendo haberlo parado desde el principio. También lo que está haciendo Iñaki ahora, que ha creado una fundación en contra del bullying, está muy bien porque así ayuda a niños acosados a no pasar lo mismo que pasó él.

El exjugador de baloncesto cuenta su experiencia como víctima de acoso.
REFLEXIÓN 5
Por Marta Sarabia.
Ayer vino al colegio a dar una charla sobre el acoso escolar Iñaki Zubizarreta, que es un famoso exjugador de baloncesto que por haberlo sufrido de niño hoy se dedica a dar conferencias para ayudar a otros niños, y ha sido muy impactante y nos ha hecho pensar. Todo el mundo tiene momentos de bajón y a veces pensamos que nuestros problemas son los peores y los más importantes. En esos momentos duros, nos gusta recibir amor de la gente que queremos, o simplemente concentrarnos en nosotros mismos y salir adelante. Iñaki Zubizarreta es un claro ejemplo de superación para todos nosotros.
Tuvo que enfrentarse a muchos problemas muy duros, los cuales le destrozaron física y mentalmente hasta el punto de que en varias ocasiones estuvo al límite de acabar con su vida tirándose por un acantilado. Iñaki Zubizarreta era un niño como todos, que lo único que quería era recibir amor de su familia y amigos. En su familia las cosas no iban bien, sus dos hermanos fallecieron dejando un silencio en la casa donde habitaban, su madre, padre y hermano pequeño. El cabeza de familia, tenía grandes adicciones al alcohol, lo que provocó que más adelante falleciera por sobredosis, poniendo así fin también al maltrato que hacía a su hijo. La situación para Iñaki era difícil, pero todo empeoró cuando sus amigos le empezaron a excluir y hacerle comentarios ofensivos como ‘Jacobo el bobo’, ‘subnormal’…
Estos comentarios empezaron a suceder a menudo, incluso llegando a agresiones físicas que en una ocasión le dejaron en coma por dos días enteros, además de constantes humillaciones e insultos. Si Iñaki Zubizarreta no llegó a suicidarse fue precisamente por su hermano pequeño, ya que no quería dejarle solo con la grave situación que tenía en casa. Iñaki se refugió en el deporte, logrando convertirse en jugador profesional de baloncesto, jugando para varios equipos de ACB y LEB.
Desde su retirada se ha dedicado a compartir su historia, y a colaborar con muchas campañas contra el bullying como ‘Se buscan valientes’ de Antena 3 y supervisando el cómic ‘Subnormal’ inspirado en su caso. Su historia nos dejó conmovidos, porque al fin y al cabo a todos nos podría pasar algo así. Sobre todo me pareció muy interesante la idea de superación de las dificultades gracias al deporte y a pensar en ayudar a tu familia, y el pensamiento de que para acabar con el acoso escolar es muy importante la intervención de los demás compañeros, porque debemos intervenir cuando veamos que se están metiendo con los demás aunque no nos afecte directamente.
Aunque los acosadores sean unos niños, el silencio de los demás es necesario para que el bullying no pare y a veces hay que ser valiente para pedir ayuda y terminar con esas situaciones, porque tenemos miedo de que los acosadores se metan con nosotros por defender a las víctimas. Me parecieron muy útiles algunos consejos, como evitar hacer comentarios negativos sobre los demás si no estamos seguros de que no van a hacerles daño, porque muchas veces no nos damos cuenta de ello. También, que una broma no es una broma de verdad si la persona a la que se la haces no se ríe con los demás realmente, y que no hay que dejar que unos se metan con los otros si vemos que están causando daño a alguien.
En resumen, la historia de Iñaki Zubizarreta me pareció muy emocionante y su charla es muy útil porque nos hace reflexionar sobre cómo evitar el acoso en el futuro.
Más información:
https://www.relevo.com/baloncesto/victima-bullying-esperanza-duro-insultos-20240713164941-nt.html
https://www.ondavasca.com/inaki-zubizarreta/
https://www.acb.com/jugador/trayectoria-logros/id/20200711
https://archivo.interaulas.org/interaulas135/temadelmes-1.htm
https://archivo.interaulas.org/interaulas135/temadelmes-2.htm