¿Es realmente fiable la tecnología de hoy en día? ¿Nos hace libres o esclavos de ella? Estas fueron las cuestiones que se plantearon Laura, Daniela y Luis, estudiantes de 1º de Bachillerato del IES Marismas de Santoña, en el trabajo con el que se presentaron al III Concurso InterAulas de periodismo escolar.
Es necesario una visión más general acerca de los problemas que atañen a la seguridad en el nuevo periodismo digital, porque no sólo nos encontramos con una cuestión técnica, sino también laboral y, en un plano más teórico, filosófica.
El periodismo digital es una nueva modalidad periodística que utiliza internet y las nuevas tecnologías como medios de distribución de la información y se vale de varios formatos para comunicar en una misma plataforma. Nosotros planteamos internet no sólo como un medio de distribución, sino también de producción. La producción necesita edición, pero ¿qué aplicaciones o herramientas, nuevas o no, se pueden encontrar que no estén en la web? En primer lugar, responderíamos que el papel, pero el nuevo medio de transmisión no es ese, o lo es cada vez menos; y, además, ocurre que, como en el periodismo clásico, se plantea también en el periodismo digital el problema de una revisión que, dados los medios actuales, puede ser más eficaz y rápida. En realidad, en el periodismo digital se ponen encima de la mesa los mismos problemas del periodismo clásico, con otros medios. Es decir: el buen periodista, que es a la vez buen escritor y buen estilista, seguirá siéndolo, utilice medios clásicos o digitales. Defendemos los medios digitales para el periodista como defendemos el papel o la pizarra o la tiza para el profesor.
“En el periodismo digital se ponen encima de la mesa los mismos problemas del periodismo clásico, con otros medios”
En este sentido, la tecnología en el ámbito laboral ha facilitado labores antes inimaginables, haciendo que se puedan combinar las necesidades de cada trabajador y se mejoren las velocidades de producción con nuevas maquinarias e investigaciones. Ahora la formación continua a lo largo de la vida orientada para el manejo de las nuevas tecnologías, máquinas y la adquisición de habilidades para utilizarlas, será un nuevo objetivo de la actividad laboral de los trabajadores, y es cierto que al nuevo periodista se le exigen muchas cosas o, mejor dicho, nuevas habilidades o competencias. Pero también se deberá tener en cuenta la pérdida de trabajos por la sustitución por máquinas y los demás problemas que la tecnología puede traernos, como la responsabilidad diluida de las acciones en lo que conocemos como ciberespacio, o la llamada brecha digital; aunque la capacidad interactiva, la eficacia, la inmediatez, la rapidez en la transmisión de información, y la variedad de periódicos digitales existentes son factores de una gran trascendencia y que no pueden ser pasados por alto de ninguna manera. Lo que queremos decir con esto es que no todo es blanco o negro: en esta cuestión del periodismo digital existen zonas grises o intermedias, como ocurre con los demás oficios que han recibido de forma notable la influencia de las nuevas tecnologías.
“Al nuevo periodista se le exigen muchas cosas o, mejor dicho, nuevas habilidades o competencias”
No por ser un lugar común es menos cierto: el fenómeno de la globalización, surgido en las últimas décadas, ha alterado fundamentalmente la forma en que las personas interactúan y realizan acciones a nivel mundial. Numerosas facetas de la vida humana, incluidas el periodismo, la política, la economía, la administración… se han visto significativamente afectadas por este proceso. La revolución tecnológica, particularmente la revolución de la información y la comunicación, ha sido una de las principales fuerzas detrás de la globalización. Debido a la comunicación instantánea y la transferencia de información que han permitido las nuevas tecnologías, ahora es posible que la información se expanda y que, así, podamos comunicarnos más fácilmente con personas de todo el mundo, o que tengamos acceso a medios de comunicación de todo el mundo.
“Muchas personas no tienen en cuenta que Internet no es 100% seguro”
Sin embargo, la globalización es un fenómeno complejo que ha tenido un impacto tanto positivo como negativo en la sociedad, y especialmente en la cuestión que nos interesa en este artículo: el periodismo digital. Hoy en día la sociedad se deja influenciar por las tecnologías en todos los ámbitos de la vida, pero muchas personas no tienen en cuenta que internet no es 100% seguro. Y es que la tecnología hoy en día se ha convertido en una necesidad para muchos. Esta necesidad está afectando a la capacidad cognitiva de los jóvenes en tres competencias muy importantes: la capacidad de interpretar, de argumentar y de proponer. Además, hay una pérdida de la privacidad personal alarmante; se dice que en el futuro la privacidad será un lujo para pocos, debido especialmente a la difusión de noticias falsas y la ausencia de regulación en las plataformas digitales, entre otros factores. El periodismo digital enfrenta desafíos de seguridad de la información: sabemos que los piratas informáticos, por ejemplo, pueden poner en peligro la seguridad de los periodistas y sus fuentes, lo que plantea el problema de la privacidad de los datos y lo fiable de la información. Hay quien dice que los teléfonos móviles, ordenadores, tabletas, iPads, cada vez son más inteligentes y nosotros como sociedad somos cada vez más bobos.
“Un periodista busca siempre la verdad, o eso nos gustaría creer. Porque si no busca la verdad, ¿qué busca entonces?”
Las cuestiones sociales y éticas planteadas desde el campo de la filosofía de la técnica pueden aplicarse al ámbito digital, y pueden ayudar, también, a clarificar el tema de las seguridades en el periodismo digital. Como decíamos anteriormente, en la cuestión del periodismo digital no todo es blanco o negro, existen zonas grises o intermedias: a nivel general podemos concluir, entonces, que las nuevas tecnologías nos hacen libres, pero también esclavos de ellas. ¿En qué creer?, ¿qué es la verdad? Un periodista busca siempre la verdad, o eso nos gustaría creer. Porque si no busca la verdad, ¿qué busca entonces? ¿Qué mayor seguridad que unas nuevas tecnologías al servicio de la verdad periodística?
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