El alumnado de 3º de ESO del colegio Apostolado del Sagrado Corazón de Jesús de Ceceñas, Medio Cudeyo, ha dado rienda suelta a la creatividad y ha participado en el II Concurso InterAulas de periodismo escolar con un vídeo, dos pódcast, un texto y un dibujo. Con estos formatos los estudiantes narran la llegada del coronavirus a sus vidas, cómo ha cambiado sus rutinas y el impacto del virus en la economía y el medioambiente.
LA HISTORIA DEL CORONAVIRUS
Por Daniel Arias Carrión y Miguel Ángel López Gómez
COVID Y MEDIOAMBIENTE
Por Martina Hoppichler Ureña, Leyre Agudo Ocejo y Shaila Cruz Aja
LA DOBLE CARA DEL MUNDO
Por Lara Pascua Agüero, Pablo Andrés Mosquera e Iria Gutiérrez Ortiz
En estos últimos años, en el mundo se ha producido un cambio en el medioambiente. Tras los primeros meses de la pandemia, como consecuencia del confinamiento y cese de muchas actividades sociales e industriales, nuestro planeta parecía empezar a curar muchas de las heridas producidas por los humanos. Según un estudio global revisado por expertos y publicado por la revista ‘Nature Climate Change’, las emisiones diarias de CO2 se redujeron un 17 % a nivel mundial.
Efectos ambientales producidos a partir del confinamiento por el brote COVID-19:
Impacto positivo:
-Reducción de emisiones de GHG 2 (protocolo de gases de efecto invernadero).
El objetivo del GHG 2 es ayudar a las empresas a medir su exposición a los riesgos climáticos y mejorar su eficiencia en la cadena de suministro.
-Mejora de la calidad del agua.
-Reducción de la contaminación acústica y mejora de la calidad del aire.
-Fauna restaurada.
Impacto negativo:
-Aumento de desechos médicos.
-Eliminación de EPP3. Los EPP3 son equipos especiales que se usan para crear una barrera entre la persona y los microbios. De esta manera, se disminuye la posibilidad de exponerse y propagar los microbios.
-Residuos municipales intensificados.
-Reducción de las actividades de reciclaje.
En los primeros meses de la pandemia, la contaminación disminuyó por el parón de las actividades económicas y el transporte. Sin embargo, la crisis sanitaria también ha causado estragos en el medio ambiente y ahora comenzamos a percibirlos.
Antes de la llegada del COVID-19 a nuestras vidas, el ser humano tenía un gran reto por delante: hacer frente a la emergencia climática. Una crisis provocada por nuestra propia especie que tiene devastadoras consecuencias en el
bienestar de la fauna y flora del planeta, al igual que en la salud de las personas.
El cambio climático y la –cada vez mayor– invasión humana de la naturaleza es lo que los expertos señalan como el principal motivo por el cual entramos en contacto con un virus animal. Por otra parte, combatir la enfermedad también deja una huella climática sobre la que numerosos expertos llevan meses alertando.
Lo que sí es cierto es que, durante los meses de confinamiento más duro, las emisiones de gases de tipo invernadero se redujeron considerablemente. Con la vida en casa, los coches aparcados y las fábricas cerradas, se llegó al registro
más bajo desde 2006 de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera en abril de 2020, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial.
¿Cómo afectó el confinamiento al ecosistema marino?
Hubo unos cambios positivos: se oxígeno más el agua, no hubo tanta pesca marítima y los peces tuvieron más tiempo para reproducirse y así mitigar el agotamiento de algunas especies.
¿Cómo disminuyó el tráfico ilegal de animales?
Al prohibirse los viajes y desplazamientos, el tráfico de animales quedó paralizado. Ayudando así a que tanto las especies protegidas como especies autóctonas que se ven afectadas por la invasión de sus hábitats por parte de
especies extranjeras transportadas ilegalmente por el hombre se beneficiarán. Se podría decir que la pandemia del COVID-19 les dio una tregua.
Todos estos datos que hemos ido obteniendo a lo largo de la investigación realizada para hacer nuestro artículo nos han llevado a la reflexión de que no queda mucho tiempo para reparar los muchos daños que hemos ido causando
a nuestro mundo. Unos pocos meses no son suficientes para resolver el problema que tenemos delante de nuestras narices. Por distintos intereses no llegamos a tomar las medidas necesarias. Hoy es el COVID-19, pero si no
cuidamos lo que tenemos ahora, mañana tendremos que hacer frente a otros enemigos. Y quién sabe si serán más fuertes.
EL VIRUS SOMOS NOSOTROS
Por Guillermo Pascua Agüero, Abel López del Río y Samuel Marín
COVID Y MEDIOAMBIENTE
Por Laura Yun Conde Sánchez