El ataque cibernético a un hospital sirve de inspiración a Ángela Gomara, alumna del colegio San José de Santander, para escribir este relato de ficción con el que participó en el III Concurso InterAulas de periodismo escolar y con el que quiere concienciar sobre la importancia de tener un sistema informático de protección de datos.
«Si queréis recuperar los datos y la información de este hospital tendréis que pagar 2000 bitcoins antes del miércoles». Cuando leí ese mensaje en el ordenador de la UCI y empezaron a sonar las alarmas de todas las habitaciones no me lo podía creer. ¡Habían hackeado el hospital y todos los datos y los tratamientos de nuestros pacientes habían desaparecido!
—Tenemos que pagar lo que piden, hay que hacer lo que sea para que el hospital funcione de nuevo y la gente no muera por esto.
—Dra Fernández, por supuesto que los pacientes son nuestra prioridad, pero no podemos reunir esa cantidad de dinero en tan poco tiempo. Tenemos que encontrar otra forma de acabar con esto.
—Claro. ¡Y mientras tanto la gente es la que paga por invertir el dinero en campañas de publicidad en vez de hacerlo en un sistema de protección de datos para evitar situaciones como esta! — La sangre me hervía por las venas. Era incapaz de entender que el director del hospital estuviera tan tranquilo cuando, debido a este desastre, no teníamos acceso a los historiales médicos de los pacientes y no sabíamos qué tratamientos aplicarles.
Era como si hubiéramos retrocedido siglos atrás: evaluando a cada paciente de nuevo, apuntando todo en papeles y registrando cada dato en libretas… Este grave problema iba a acabar con nosotros. Teníamos que hacer algo antes de sacrificar vidas humanas.
Llevaba ya diez muertes en mi departamento, la UCI, y los pacientes empezaban a estar desesperados y aterrados pensando que ellos iban a ser los siguientes. Estaban dejando de confiar en sus médicos y en el hospital, el que se supone que es un sitio seguro al que deben acudir y en el que serán tratados como merecen. Sus datos personales y sus historiales estaban en manos de extraños que ahora tenían acceso a todo aquello que quisieran, y todo esto por no disponer de un programa de protección contra posibles ataques externos que pudieran poner en peligro la información de la gente de este edificio.
—Nos quedan 24 horas para tomar una decisión o perderemos para siempre los datos de este hospital. No pienso permitir que muera más gente por culpa de no haber dado prioridad a lo que realmente importaba. Hay que pagar el rescate, tenemos el dinero suficiente para hacerlo y es la única solución que tenemos hasta ahora. — Miré al director del hospital esperando que cediera ante mi desesperada petición. No podíamos dejar que los hackers se salieran con la suya y se llevaran el dinero, pero si no lo hacíamos, gente inocente seguiría muriendo por no recibir los tratamientos que necesitan.
—Está bien, pagamos el rescate, pero de inmediato instalaremos un programa de protección de datos para evitar que esto siga pasando. Me da igual el dinero, lo que importa es que no muera más gente, y evitar que algo así vuelva a ocurrir. Tenía que haberme dado cuenta de que esto podía pasar. Los hackers existen y tenemos que proporcionar a nuestros pacientes la confianza de que en este hospital sus datos están bajo protección y que estarán bien atendidos siempre.
—Menos mal, ya era hora de que te dieras cuenta de que nosotros no salimos afectados de todo esto pero los enfermos sí.
«La cantidad ha sido abonada correctamente, en breve recuperaréis los datos y el hospital funcionará de nuevo. ¡Hasta la próxima!». En cuanto leí el mensaje sentí alivio porque todo volvía a ser como antes, pero a la vez un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Todo este tiempo se me había hecho eterno, lo había pasado fatal viendo cómo la gente sufría por esto.
En breves momentos el hospital volvió a su normalidad: los ordenadores se encendieron y también lo hicieron las máquinas de las habitaciones de los pacientes. Esto había sido como una pesadilla.
—Esta historia es una de las muchas que ocurren a diario en todo el mundo. Por desgracia, hoy en día se dan muchos ataques de hackers que roban datos e información personal que pueden poner en peligro la estabilidad mundial. Por ello y mucho más, es importante que nos concienciemos acerca de la importancia que tiene instalar un potente sistema informático de protección de datos para evitar que situaciones como la que ocurrió en el hospital de La Laguna se repitan. La seguridad digital es un tema del que no se habla mucho a jóvenes como vosotros, pero que es importante y que puede llegar a evitar accidentes que pongan en peligro la vida de la gente.
Toda la sala estaba llena de adolescentes que escuchaban atentos a la charla sobre la seguridad digital, haciendo preguntas y mostrando interés en los métodos para prevenir estos ataques.
En cuanto di por finalizada la charla, todos se pusieron en pie y comenzaron a aplaudir alegres por la información que habían aprendido.
Por fin estábamos haciendo algo para hacer que la gente se conciencie acerca de la gravedad de este asunto y que tome medidas para acabar con los ataques informáticos y la piratería lo antes posible.
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