El grupo de senderismo «Peñas arriba» del Instituto José María Pereda viene organizando salidas mensuales desde hace más de 15 años. Con desigual participación según los años, las épocas y la participación de los alumnos, un grupo de profesores y alumnos aprovecha los fines de semana para, «con la mochila al hombro», entrar en contacto con la naturaleza, recorrer la provincia y convivir fuera de las aulas.

«El río Ebro al atravesar la provincia de Burgos configura una de sus más importantes singularidades desde el punto de vista geológico, paisajístico y humano. Su extensa cuenca hidrográfica, que con su red de afluentes drena unos 5.000 kilómetros cuadrados , abarca un tercio del territorio provincial. En sus 145 kilómetros de recorrido cruza por valles, hoces y cañones, las variadas tierras de las comarcas del norte burgalés«. Eso decía la guía. Era nuestra primera salida con Peñas Arriba y prometía ser emocionante ya que al haberse apuntado los alumnos suficientes podía llevarse a cabo. La gente estaba animada tras el verano y los profesores también.

ITINERARIO

Sábado, 17 de octubre, 8’30 de la mañana. Nos reunimos frente al instituto para emprender nuestro viaje hacia el cañón del Ebro intercambiando nuestras primeras impresiones todavía algo dormidos. Tras una ameno recorrido llegamos a un lugar donde nos detuvimos a tomar un tentempié.
Casi sin darnos cuenta llegamos a Valdelateja donde empezaríamos nuestra marcha.

El comienzo fue duro, como un aperitivo de lo que nos esperaba. A nuestro favor el tiempo, algo nublado pero con agradable temperatura, apta para nuestro objetivo de descargar las tensiones acumuladas a lo largo de la semana. Aunque la subida fue dura mereció la pena al llegar a lo alto desde donde se divisaba el hermoso paisaje burgalés.

Tras el descanso la travesía discurría tranquila hasta llegar a las ruinas de Cortiguera, un bello pueblo abandonado, fijándonos sobre todo en su iglesia, en una gran casa señorial. Siguiendo nuestro camino llegamos a Pesquera de Ebro donde comeríamos. ( Mientras los alumnos pasábamos frío en la terraza del bar o en la calle, ellos entraban en calor con un buen cocido).

La ribera del Ebro sería la recompensa a nuestro esfuerzo por su gran belleza natural. El río Ebro es la fuente de energía que utiliza la central eléctrica que bordearíamos, después de relajarnos tirando piedras al río y descansando.
Los últimos 45 minutos del trayecto serían ligeros llegando de nuevo a nuestro punto de partida: Valdelateja. Había sido un día duro pero merecía la pena.

Si después de leer esto no os animáis a sumaros a Peñas Arriba ¡estáis atrapados!

Trabajo original