Breve relato de un día de excursión a Santoña.

A las 9:40 ya estábamos en camino y, aproximadamente, a las 10:30 llegamos. Cuando solamente habíamos empezado a subir la montaña ya estábamos agotados, la cuesta era «súper pindia», la verdad es que ni siquiera había un camino fijo.

Cuando ya llevábamos medio trayecto, paramos en un descampado para que algunos descansasen, mientras que otros bajaban a un faro, y para volver tuvimos que subir nada más y nada menos que ¡800 escaleras! total, que llevábamos ya un cansancio que bueno.
En el trayecto pasamos por el penal del «Dueso», y ya allí al lado estaba la playa de Santoña, donde comimos y estuvimos jugando hasta las 16:00, nos vino a buscar el autobús, y en una hora ya estábamos en el patio del colegio.

Trabajo original