Pez guitarra, pez luna, tiburón, ballena… Los alumnos del Colegio Cumbres descubren el mundo marino en el Museo Marítimo del Cantábrico.

Salimos del colegio, bajamos la cuesta y cogimos el autobús que nos llevaría al museo a las 9:40 horas. Cuando llegamos nos dividieron en grupos y nos saludaron las guías; una se llamaba Ainoa y otra Ana, eran las que nos iban a enseñar todas las cosas y además muy simpáticas. ¡Al fin empezamos la visita!

Lo primero que vimos fue el esqueleto de una ballena, de un cachalote y de varios delfines. Nos dijeron que el de la ballena es el único que hay montado en su totalidad, que es de una especie que se llama ‘roncual común’, tiene 24’5 metros de largo y es el más grande de su especie expuesto en el mundo. Nos dio mucha impresión, porque era grandísimo. También había focas disecadas, leones marinos, gaviotas y otras especies dentro de una sala con cristales, y todo este piso estaba lleno de muchos animales conservados en frascos de cristal; la pena fue que no pudimos ver a la sardina de dos cabezas porque le estaban cambiando el formol (que es el líquido en el que se mete para conservarla).

Luego fuimos a otro piso y nos enseñaron los utensilios que se usaban para la pesca y cómo era la vida de los pescadores, las escafandras de los buzos, unos buzos entrando en un barco, los barcos de pesca, los puertos antiguos y los nuevos. Vimos cómo se hacían los antiguos barcos pesqueros en unos talleres llamados Atarazanas. También nos hizo mucha ilusión ver unos barcos que, dijo Paco, había hecho el padre de nuestro profesor de educación física, Quique; eran muy bonitos.

Después bajamos a los acuarios. Había una piscina muy grande, las demás eran más pequeñas, y tienen animales que viven en el Cantábrico entre rocas y arena, como si estuvieran en la naturaleza. Nos dijeron cómo se llamaban muchas de las especies, pero los que más nos gustaron fueron unos tiburones chiquitines, las rayas, los peces guitarra y sobre todo el pez luna que es muy grande, plano y además no tiene cola ¡es muy raro!

En los acuarios pequeños había: erizos y estrellas de mar, lapas y peces más pequeñitos, también algunos pulpos, pero sólo le vimos a uno un poco del tentáculo con las ventosas porque se asustaban y se escondían detrás de las rocas.

Si hubiéramos llegado sobre el mediodía, habríamos visto a unos señores que se meten en el acuario grande para dar de comer a los peces, pero era justo la hora de salir otra vez para el cole.

La salida del museo daba a una tienda en la que había muchas cosas bonitas y algunos compramos algo (un delfín de peluche que hacía ruido cuando apretabas la aleta, lápices…).

Antes de marcharnos a coger el autobús hicimos preguntas a las guías sobre cosas del museo. Nos dijeron que está situado en el muelle de San Martín Bajamar, junto a la playa de los Peligros; vienen 75.000 visitantes al año y es el más visitado de toda Cantabria; se hacen investigaciones sobre el mar y tienen más de 9.000 objetos repartidos por todas las partes del museo.

Fue una mañana muy divertida. ¡Nos lo pasamos muy bien!

Trabajo original